Martín Yeza analiza parte de su gestión

El intendente de Cambiemos confía en todo lo realizado. Aspira a generar un cambio que evite que Pinamar sea dañado, aún ante el peor intendente.

Martín Yeza vive un cambio notable. Hace un par de días elogió a quienes hicieron de Cariló lo que es hoy. Hay que considerar que sus antecesores se han caracterizado por tener enfrentamientos constantes con la localidad. En este pequeño racconto de su gestión, su mirada deja el camino de la simple enumeración y analiza la realidad, de cara a un 2019 electoral.

–¿Cuál sería el resumen de tu gestión de gobierno?
–Al respecto yo creo que hay tres niveles. En el primero está la enorme cantidad de cosas que se hicieron. Hoy estamos con un porcentaje de cerca del 20% del total del partido con iluminación de tecnología led, lo que nos permitió un ahorro del 25% del consumo energético de electricidad, que además es más seguridad. Durante un año y medio, el tema preponderante era el de las ramas; ya no es un tema, pero tenemos otro nivel de complejidad, que es el compromiso de los vecinos para tratar de tener nuestra ciudad lo más limpia y prolija posible. Y así podríamos enumerar obras, como la de Víctor Hugo, la de Espora, el Centro de Atención Primaria de la Salud y tantos otros proyectos que se han ido desarrollando. En un segundo nivel, y por demás importante, es la manera en que se empezó a ordenar la gestión. Desde 2015 hasta acá la curva de mejoras del Municipio en cuanto a la administración de la Municipalidad de Pinamar fuimos premiados como el segundo mejor municipio, a nivel nacional, en gestión financiera y planificación estratégica plurianual. Sin ser un experto, es esperable que hayamos podido ahorrar y que hayamos podido hacer un montón de cosas con muchos de esos ahorros. En el tercer nivel creo que estamos en presencia de un hecho extraño para la democracia, de aquí a unos 20 años, y que es el hecho de que vamos en camino de ser una intendencia que va a terminar su mandato, cuando la Municipalidad de Pinamar no lograba, desde 2007, poder terminar sin tener interrupciones.

–Según tu criterio, ¿esto a qué obedece?
–Es un mérito institucional, no sólo de nosotros como equipo en el Poder Ejecutivo, sino también de cierta maduración institucional en el Concejo Deliberante, al menos hasta acá. Esto se ha logrado entre todos y entre todas las fuerzas políticas. Hemos tenido una maduración político-democrática junto a otros espacios políticos. Yo creo que desde Cambiemos hemos puesto una vara arriba. Entonces, si alguien quiere proponerles a los pinamarenses un cambio, tiene que tener equipo. La vara para el año viene va a generar que tanto dentro de Cambiemos como de otras alternativas políticas tengan que decir primero con quiénes lo quieren hacer. Por otro lado, ya no se va a hablar de un Centro de Atención Primaria, la renovación de los espacios públicos no va a ser un tema, la problemática de Víctor Hugo y Espora ya no va a ser un tema, entre otros. Quien quiera oponerse, primero va a hablar mal de nosotros y luego tendrá que tener un equipo. Además de encontrarse que los temas que fueron parte de los discursos de campaña de los últimos veinte años ya no lo son.

–¿Qué recuerdo te dejan los comentarios hacia la falta de higiene del distrito, vertidos hace un par de años?
–Tenían razón, la verdad que la tenían durante 2016. Pinamar estaba mal. El tema es tratar de entender cómo se llegó a eso. Veamos por ejemplo el tema alumbrado. Cuando tomamos el gobierno, el sistema funcionaba con cuadernos Gloria, hecho un rollo con una banda elástica; ahora funciona con un sistema de reclamos. Al contar con él pudimos darnos cuenta de en qué consistía la demanda del vecino. Hoy los reclamos disminuyeron y los 30/35 reclamos que tenemos se resuelven en no más de 36 horas. Cuando asumí pregunté cuántos postes había y me respondieron que entre 10 y 12 mil, y cuando los mandamos a contar vimos que había cerca de 7500. Saber el consumo de lámparas nos permitió ordenar las licitaciones públicas, yo no nos pueden decir que no hay insumos. Éste es el año en que nosotros queremos terminar de diseñar una Municipalidad que pueda sobrevivir al peor intendente posible. Estamos trabajando para diseñar reglas institucionales al respecto.

–Acerca de un concepto tan escuchado como la regionalización, ¿cómo ves la concreción de alianzas con otros distritos?
–Éstas son discusiones que a veces tengo con concejales de la oposición que me plantean, por ejemplo, la idea de hacer consorcios regionales. El tema es no hacer cosas que uno no haría en lo privado. ¿Vos te asociarías con alguien que está en quiebra? ...difícilmente. Yo creo que la complejidad en este tema es que no todos los municipios están administrados de la misma manera; entonces, a la hora de afrontar un desafío regional, es difícil cuando vos sabés que tenés las cuentas ordenadas y quizás otro municipio no las tiene, porque un consorcio regional se hace concreto y se hace efectivo… Por ejemplo, con el tema de la administración de la basura o un diseño del transporte público o una zonificación de las prestaciones de salud, es muy difícil plantear este tipo de agendas, que son económicas. Cada vez que nosotros hablamos de basura o de seguridad o de salud, estamos hablando de recursos, no estamos hablando de un convenio de buenas intenciones. Lo que quiero significar es que ante una situación donde el resto de los integrantes de una mesa debe solventar los gastos de un tercero o cuarto integrante de un grupo de municipios, uno termina preguntándose para qué conformar un grupo donde hay que hacerse cargo de una parte mayor de su funcionamiento. Diría que el problema es la asimetría de las administraciones municipales. Con Madariaga tenemos un muy buen entendimiento, con el Partido de la Costa tenemos un problema con los barrios privados que pagan impuestos en su distrito pero que terminan usando los servicios de salud de nuestro Municipio. Y respecto a Gesell tenemos muchos problemas vinculados al tema seguridad.