Más allá de las circunstancias…

El año en curso se caracteriza por diversos conflictos que han ensombrecido el ejercicio de la docencia; no obstante, la vida sigue y la institución está dispuesta a honrar su cumpleaños número 70 de la mejor forma.

Este año la Escuela Primaria N° 1 Constancio C. Vigil cumple 70 años, una cifra significativa, si tenemos en cuenta que Pinamar es joven y que se trata de la primera, la que albergó a los hijos de los pioneros, no solo para educarlos sino para integrarlos a una reciente comunidad.

Como ya es sabido, la comunidad educativa de este establecimiento siempre se ha destacado por su alto compromiso; tal es así que han comenzado con una serie de actividades que apuntan a la conmemoración.

La directora, Miriam Falcón, nos cuenta: “Nosotros tomamos como eje de trabajo los 70 años de la escuela, que no es poco para la historia de Pinamar. Por sobre todo, entre las cosas que nos planteamos trabajar, comenzamos con una, que era hacerlo con instituciones. Por eso desde nuestra biblioteca se está trabajando en la colaboración de la construcción de la biblioteca de la Escuela N° 7. Es decir, la escuela más antigua colabora con la construcción de la biblioteca de la escuela más nueva. El viernes pasado ya fuimos con un grupo de alumnos de segundo a sexto grado con una donación de siete cajas de libros. Esa fue una de las primeras actividades. Después tenemos programada una feria del libro, donde vamos a invitar a ex alumnos y ex docentes para que sean parte de las actividades, para que nos ayuden, nos cuenten historias, relatos de su tránsito por esta escuela. Hay otros grupos que se van a encargar a recabar esa información a través de fotos, anécdotas. Está diversificado. No hay un mega proyecto para hacer un evento grande sino trabajar el tema que va a atravesar todas las actividades de la escuela”.

Con estas actividades se va a apuntar a fortalecer la identidad a partir de fortalecer la propia identidad. La Escuela N° 1 tiene entre sus características: haber comenzado siendo una escuela rural dependiente de General Madariaga, donde la mayoría de los hijos de los pioneros concurrieron, lo que le da un rasgo de pertenencia e historia diferente a las del resto del partido.

“Esto los chicos lo desconocen por una cuestión de edad, por lo tanto tenemos que acercarlos a esa historia. Otro objetivo como parte de una institución que pertenece a una ciudad y una cultura, nosotros queremos relacionarnos con los otros, con otras instituciones y hacerlos parte de nuestro trabajo porque a nosotros nos gusta, nos apasiona y lo que ellos fueron dejando como huella también, ya sea en las otras instituciones o los que pasaron por acá”, agrega.

Día a día se va haciendo el recorrido. Un camino que comienza en las primeras imágenes que fueron llegando y que los memoriosos tratan de identificar: caras, lugares y circunstancias.

Un ejemplo es que ya se ha montado una muestra fotográfica de quienes participaron la semana pasada en la construcción de la nueva biblioteca escolar. Cada alumno dentro de unos años podrá recordar la jornada y sentirse parte de la historia con justo derecho.

El acto principal será coincidente con el de fin de curso; son las actividades las que concitan todo el interés. Los chicos ya están integrados y comprometidos con el tema. Unos, al ver las viejas fotos, preguntan por los antiguos delantales o se extrañan de que la escuela tuviera otra fisonomía.

Cualquier vecino, ex alumno o no, puede acercar un relato, una imagen o lo que crea conveniente, de manera tal de reconstruir este rompecabezas de 70 años.

“Yo hace 27 años que trabajo acá; los 27 de antigüedad que tengo los trabajé acá y hoy justo entro a la secretaría y me encuentro con una chica que me dice: ‘Usted fue mi maestra’, lo cual es cierto, y también fui la vicedirectora de sus hijos y seguramente en unos años me traiga los hijos de los hijos. Nosotros acá vimos varias generaciones. Más allá de lo que nos suceda o de lo que las circunstancias que nos atraviesen, aquí estamos”, concluye la directora.