Médanos de coraje

Tsunamis de valor, huracanes de osadía, montañas de agallas o cordilleras de valentía.

Como ustedes prefieran, es lo que están sacando a la luz miles de mujeres por el mundo. No callan más, es contagioso. Cuentan y relatan por aquí y por allí, vomitan el dolor de sus entrañas, sacuden la vergüenza y le hacen burla al silencio de años que fue el único compañero de esa inmensa soledad. Una y otra vez. Le dicen chau a la cordura del sistema que no es más que la máscara de la mayor locura escondida. Mujeres del mundo despiertan, hermanadas por un mismo sentir y vivir. En India, nueve mujeres desfiguradas por el violento ataque con ácido, ocasionado por parte de hombres de sus vidas que dejaron su cuerpo marcado, se animaron a desfilar para diseñadores de renombre en un evento destinado a dar visibilidad sobre tamaña locura de machismo y violencia (fuente: Infobae). En Estados Unidos, la ola de denuncias por acoso y abuso sexual no tiene freno. Ahora salpica a Massage Envy, una empresa de franquicias que cuenta con casi el 70% del mercado de masajes y spa en ese país. Según una investigación de Buzzfeed, más de 180 mujeres han denunciado abusos sexuales durante visitas a los centros en distintos puntos del país nórdico. Los testimonios revelan un patrón bajo el cual las denuncias de las mujeres eran ignoradas; la empresa protegía a sus empleados. La revolución contra el acoso sexual crece en EE.UU. luego del escándalo que rodea a 34 altos directivos y famosos de Hollywood. En España, miles de personas –mayoritariamente mujeres– salieron a la calle en más de 50 ciudades el 25 de noviembre. Recordaron a las víctimas asesinadas por sus parejas, pero también denunciaron el acoso sexual o la discriminación. Pidieron una sociedad por fin justa con las mujeres (fuente: El País). Y así seguimos y seguimos. Las denuncias crecen aquí también. Lo que tenga que salir a la luz… que salga. Porque el despertar femenino ¡es un hecho! Bendito el hombre que lo comprende, bendito aquél que abraza y acompaña. Bendito el hombre bueno que de macho no alude nada. Porque lo que una mujer necesita para denunciar, que el sistema le crea y ampare son… médanos de coraje.