Mensajeros del Evangelio: no imponer la verdad y apelar a la libertad, como hacía Jesús

Enviado por el equipo de comunicación de la parroquia Ntra. Sra. de la Paz.

En plena época de terminación de las confirmaciones y comuniones de niños, divididos en siete grupos para otras tantas celebraciones, en los pasados sábados 14 y 21, además del venidero 28 de agosto, en la capilla Laura Vicuña de Ostende, la parroquia Ntra. Sra. de la Paz celebró la semana pasada el Día del Catequista.

Fue un momento propicio para rendir homenaje a san Pío X, quien es considerado patrono y modelo del ministerio laical del catequista.

Tuvo lugar en el marco de la Jornada Diocesana de Catequistas, que se llevó a cabo en comunión con la arquidiócesis de La Plata, donde nuestro obispo Monseñor Gabriel Mestre impartió las bendiciones.

El pbro. Alejandro Puiggari, director del Instituto Superior de Catequesis de Argentina, compartió una reflexión acerca de la importancia de los Catequistas y el rol de los mismos.

Citó el Motu Proprio Antiquum Ministerium, con el que Francisco establece el ministerio laical de catequista, para llamarnos a “vivir el Ministerio como servidores, convocados a soñar juntos”.

“Hoy el envío tiene mucho de soñar juntos; ¿cómo vamos a salir mejores como catequistas? Siguiendo un camino sinodal, descubriendo qué necesitamos del otro, de la vivencia en comunidad, de la formación y el discernimiento”.

Citó tres ejemplos bíblicos en los que podemos descubrir este llamado a leer los signos de los tiempos, las pistas que nos deja Dios.

En un segundo momento, los pbros. Fernando Mendoza y Juan Andrés Rosso, director y vicedirector respectivamente del Secretariado diocesano de Catequesis, compartieron un momento de reflexión junto a los catequistas de los siete decanatos de nuestra diócesis, en torno del punto 2 del documento de trabajo del primer sínodo diocesano referido a la “Catequesis Renovada”.

El Papa había exhortado a que la educación religiosa se enfoque en llevar a las personas a una relación personal con Cristo y construir una comunidad de creyentes donde se valoren los talentos de cada persona y donde todos salgan a compartir el Evangelio y servir a los pobres, dijo.

El camino había sido trazado por el 257º Sumo Pontífice Pío X, quien ocupó el sillón de san Pedro once años, entre agosto de 1903 y agosto de 1914, tras suceder a León XIII.

Su nombre era José Sarto y había nacido en Riese, poblado de Venecia, Italia, en 1835. Terminó uniendo a su compromiso con el Sacramento de la Eucaristía, donde recomendaba y encomiaba la comunión diaria con la posibilidad de que los niños se acerquen a recibirla desde el momento en que entendieran quién está en la Santa Hostia Consagrada.

Por eso se lo conoció como el Papa de la Eucaristía.