“No hay nadie que sea dueño de casa”

Lo asegura Paso, metafóricamente, en relación al Frente Renovador, donde muchos aspiran a ser incluidos, cada uno con distintas expectativas y con diferentes posibilidades.

Edgardo Paso es el único ex legislador pinamarense que tuvo el Frente Renovador; su genética política tiene mayoritariamente componentes de la tendencia, lo que hoy le permite posicionarse como una figura con fundamentos para recordar los primeros pasos junto a Sergio Massa.

“Tengo la suerte de estar desde el momento cero, desde antes de que se llame Frente Renovador. Antes de asumir como concejal tuvimos unas reuniones con Sergio, donde, además, nos planteaba el porvenir”, recuerda quien fuera el concejal más joven de la historia local.

Entiende que el FR está muy vivo, a la vez que recuerda la carrera del líder partidario: “En ese momento éramos muy pocos y hoy tenemos más inquilinos en la casa. En el 2015 ser fueron todos y nos dejaron la casa para nosotros. Hicimos un muy buen trabajo y ahora, en el 2017, aparentemente tenemos más compañeritos. Así que no hay nadie que sea dueño de la casa, porque un partido político es eso, un lugar donde entra y sale gente de manera constante. Aquellos que estamos desde hace más tiempo nos sentimos mejor porque sabemos que es nuestra casa y estamos tranquilos. Y los otros, los que están desde hace poquito, están conociendo dónde queda el baño o cómo funciona la cocina”.

Consultado acerca de la postura de Propin, que pareció canonizado con el acercamiento del FR, Edgardo Paso es claro: “Vienen de la lógica de un partido vecinalista en donde es de ellos y hacen lo que quieren. Pero, bueno, hoy están en un frente electoral que es mucho más amplio que el Frente Renovador, que es FR más Gen y hoy son uno más dentro de esa gran casa que va a ser Un País Unido. No sirve hacer un acuerdo trabajado ‘en contra de’; no me sirve que yo trabaje ‘en contra de’ y que fulano trabaje en contra mío; en un mismo frente electoral no sirve eso. Hay que trabajar de manera conjunta y si llegamos a un acuerdo mejor, y si no habrá otros estamentos para dilucidar cuál de las dos posturas es la mejor. Lo que no tiene que existir es la agresión”.

“Tengo la suerte de estar desde el momento cero, desde antes de que se llame Frente Renovador. Antes de asumir como concejal tuvimos unas reuniones con Sergio [Massa], donde, además, nos planteaba el porvenir”

Acerca de su experiencia más reciente y el acercamiento de las dos máximas figuras del Gen y el FR, narra su experiencia: “Me tocó participar del acto de lanzamiento de Un País Unido. Es un evento, el cual más allá de la trascendencia política, tiene que marcar un antes y un después, en el sentido de lo que significa un espacio político. Un lugar donde uno no solo tiene el discurso político de la ideología sino atrás tenemos el contraste de los hechos por expertos que te dicen cómo se sustenta esa ideología cómo nos mejora la vida a nosotros y por qué hay que hacer eso lo que es avance importante en cuanto a la calidad de la disertación de un político. Creo que, cuando nos tocó a nosotros, trabajamos de esa manera, que es explicando. Cuando tocan las buenas noticias, bien, y cuando tocan las malas, también; nada de andar escondiéndose, en un panorama que es lo que necesita la Argentina y sobre todo Pinamar: unidad. No amontonamiento, sino unidad. Cuál es la diferencia: que amontonamiento es por conveniencia, unidad es mirar al que está al lado y pensar de última que será un contrincante o alguien que no piensa como yo, pero que es una persona que quiere lo mejor por este país, por esta provincia y hay que respetarlo, escucharlo”.

Su tono conciliador sobrevuela la experiencia de haber logrado los cambios en el frente costero, merced a lo que entiende como un trabajo en común y de haber dejado de lado las diferencias al igual que el resto de los concejales. Fueron tres años de madurez institucional. Una experiencia en la negociación que deviene de haber sido un bloque unipersonal y tener que luchar contra una enorme cantidad de dificultades. De allí la cautela que le hace decir que no es candidato y que falta mucho para elegir un itinerario para llegar al objetivo.