“No hay ninguna toma de posición un poco más enérgica”

Así lo remarcó el presidente de la Comisión de Planeamiento en relación a la falta de transparencia en torno a una loteadora que estaría operando sin cumplir los requisitos necesarios. Se trata de Dunas de Pinamar SA, en el km 385 de la ruta interbalnearia.

La cartelería es clara y muestra el lanzamiento de un barrio cerrado para andar en moto y cuatriciclo en el Partido de Pinamar. Al menos así se anuncia, con bombos y platillos, el emprendimiento Dunas, el proyecto urbanístico, a cargo del Estudio Robirosa, que ofrece el desarrollo de más de 400 hectáreas y un sector residencial conformado por lotes de 1000 metros cuadrados; chacras marítimas, de 5000 metros cuadrados a una hectárea, y un área con departamentos de uno y dos dormitorios. Por un lado, se anuncia como un complejo sustentable, “que busca que el desarrollo urbano y el ambiente natural convivan en armonía, resguardando el patrimonio e identidad de estas tierras” y en el que “el diseño paisajístico resalta las cualidades intrínsecas del lugar; los espacios verdes se adaptan a las condiciones del entorno, lo cual garantiza mayor adaptabilidad y un bajo mantenimiento”, según rezan las publicaciones de la desarrolladora en las redes sociales. Por otro lado, se están proyectando unas 40 hectáreas de dunas para la práctica de deportes off road con guardería de motos y cuatriciclos, lo que constituye una incongruencia en sí misma, puesto que ya se ha comprobado el alto impacto que tiene la circulación de este tipo de vehículos sobre las dunas.

Entonces, mientras se promociona que “las nuevas especies de árboles, arbustos y herbáceas, con diversos colores, texturas y alturas, expanden el bosque autóctono, creando suelos y techos frondosos”; que “el predominio de especies nativas, además, ayuda a mantener el equilibro y favorece la conservación de la fauna local”; y que “para disminuir el tránsito vehicular y la contaminación, las sendas peatonales y para bicicletas serán una alternativa para trasladarse dentro del complejo”, está claro que este complejo en la zona norte de Pinamar tiene el foco en la práctica de deportes off-road, disfrazado de un “proyecto ecológico y sustentable”.

Las publicaciones de la desarrolladora despertaron los oídos de los legisladores, quienes se preguntaron quién habría aprobado dicha urbanización, sobre todo teniendo en cuenta que lo que se promueve es la utilización del frente marítimo como corredor de cuatriciclos y vehículos off-road, una porción de tierra cuyo control y responsabilidad le compete al Estado. Con el ojo en la fiscalización, por unanimidad los concejales votaron el 7 de diciembre del año pasado, la comunicación 3351/16, en la que le pedían al Departamento Ejecutivo un informe sobre la existencia de proyectos urbanísticos presentados para su aprobación y posterior comercialización en la zona norte de la localidad, ejido conocido como Montecarlo y/o Dunas Pinamar, indicando en qué estado se encuentran los mismos, y si su comercialización se encuentra autorizada. Y, por otro lado, que en caso de no contar con autorización municipal se proceda a la clausura, sanción o multa correspondiente.

“Al expediente se han ido agregando, durante la gestión anterior, de Pedro Elizalde, algunos documentos tendientes a conformar el plan director de ampliación urbana pero restaban completar aspectos esenciales”

Sin embargo, el verano transcurrió con la desarrolladora realizando “preventas” y travesías 4x4, ofreciendo el novedoso producto a quien quisiera visitarlos. Nada se sabe de permisos o sanciones. El expediente volvió al HCD, sin una respuesta concreta, y aún espera allí, a que desde Planeamiento se dignen a realizar un informe detallado de lo que al norte de Pinamar sucede.

El arquitecto Augusto Urrizola, presidente de la Comisión de Planeamiento del HCD, señaló al respecto: “El Ejecutivo responde un par de meses después de nuestro pedido. Hay un informe que eleva el arquitecto Juan Antonio Chalde, que es personal de planta permanente, a cargo del departamento de Planeamiento, quien el 9 de enero, en el informe que eleva a su superior, en este caso la arquitecta Gómez Beret, señala que hay un expediente iniciado en 2015 registrado bajo el N° 2641, en el cual se presenta el señor Daniel Mautone en representación de Dunas de Pinamar SA, acompañando un anteproyecto de urbanización, en terreno de su propiedad, da la nomenclatura catastral que era del ejido original de la localidad de Montecarlo. Al expediente se han ido agregando, durante la gestión anterior, de Pedro Elizalde, algunos documentos tendientes a conformar el plan director de ampliación urbana pero restaban completar aspectos esenciales, entre ellos la conexión con la actual planta urbana que aún no se ha desarrollado en ese sector por parte de la loteadora original (Pinamar SA) y tampoco se ha avanzado sobre las restricciones que tiene la Ley de uso de Suelos de la Provincia, N° 8912, que es de 1977, y por el que el territorio de ese loteo que iba a ser Montecarlo quedó ‘congelado’ por no tener la provisión de servicios mínimos que se empezaron a exigir en ese momento, luego de cambiar la ley. Entre otros se pueden mencionar, la medida mínima de lotes porque eran muy chicos y fundamentalmente, la falta de provisión de agua corriente. En ese sentido esta firma encabezada por el señor Mautone adquiere una fracción que no estaba loteada en forma de lotes individuales y es donde aspira a hacer este desarrollo. El Municipio, a través de su área técnica, nos contesta esto, nos dice también que no existe a la fecha ninguna decisión municipal al respecto porque no se ha avanzado por parte de los particulares, ya que no se han interesado en traer toda la documentación pendiente.

–¿Cuál ha sido la evaluación de la comisión que preside?
–Lo analizamos en la reunión de comisión: que esta es la respuesta de un funcionario de planta permanente, pero no hay, después, a nivel de los funcionarios políticos, ni de la secretaria de Planeamiento, como del propio intendente, no hay ninguna toma de posición un poco más enérgica. A mi criterio, esto debería ameritar un serio llamado de atención a esta firma, futura comercializadora, para que tenga en claro que, si quiere desarrollar un emprendimiento en el Partido de Pinamar, lo tiene que hacer con el grado de seriedad que el tema merece.

La cuestión no es desalentar inversiones, y seguramente una de esta envergadura podría beneficiar a Pinamar a largo plazo, pero al parecer, se estaría cayendo en ese estilo tan conocido en nuestra localidad, de dejar que el inversionista y el turista hagan lo que quieran con tal de que vengan… total, después nos toca a los pinamarenses lidiar con el día a día.