“No nos quedamos sentadas esperando”

El estado de abandono y desidia las movilizó. Un grupo de mujeres de Ostende decidió accionar y limpiar la plaza donde juegan sus hijos. Se sumaron a una organización social y ya proyectan limpiar otros predios de uso público. Un mensaje directo al gobierno municipal.

Es nuestra casa, son nuestras playas, nuestras calles, veredas y plazas. Un bien preciado, instrumento siempre usado de promesas de campaña. Es nuestro espacio público, el cual añoramos limpio, prolijo y bien mantenido. Un tema que nos preocupa y a este grupo de mujeres las impulsó a ocuparse. “Somos en mayoría un grupo de mamás, vecinas de la Plaza de Dakar y Pringles que decidimos no quedarnos más sentadas esperando. También tenemos dos compañeros varones”, comienza Tamara Rosso, coordinadora de la iniciativa.

–¿Las movilizó la situación del barrio, la necesidad de trabajar o ambas?
–Conozco gente de Mar del Plata y Balcarce que agrupados bajo el nombre de Atahualpa formaron una organización social, cultural, política que pelea por el trabajo, la educación y una vida más justa y digna en el país. La organización comenzó agrupando a gente desocupada y ahora tramita subsidios para proyectos productivos o para equipamiento y se los reclama al Estado municipal, provincial o nacional, porque la plata del Estado también es nuestra. Los subsidios y convenios, recibidos por parte del Estado, no nos comprometen con el gobierno y son de uso exclusivo, o sea no se pueden destinar para otra cosa, solo para lo que fueron pedidos o para lo que fueron otorgados. Por este motivo y por la independencia del movimiento, nos organizamos y crecemos con la colaboración interna. En Pinamar, estamos comenzando y ésta es nuestra primera acción social.

–¿La plaza de su barrio estuvo siempre en mal estado?
–El Municipio está ausente. Si nos quejamos, nos sentamos a esperar y no hacemos nada, esto sigue así. Nosotras somos mamás y nuestros propios hijos juegan acá, hay mucho vidrio, botellas rotas, no hay casi control policial, muy poco. Por eso no nos quedamos más sentadas esperando y accionamos. Los vecinos se acercan, nos felicitan. Recién, vos lo viste, un vecino se acercó a decirme que es la primera vez, en 25 años que vive acá, que ve tanto movimiento de limpieza. Los vecinos nos invitan mate, están contentos.

–¿Cuánto tiempo les demandará dejarla en condiciones óptimas?
–Somos veinte personas en dos turnos, uno a la mañana y otro a la tarde. Trabajando cuatro horas cada grupo, creo nos llevará tres días sólo la limpieza.

–¿Y los juegos rotos?
–Hace nueve años que vivo acá y nunca vi a la Municipalidad limpiar ni arreglar un juego. Los pocos juegos que ves son los de las campañas políticas, después se olvidan de la plaza. Esto es todo obra de los mismos vecinos. También hubo un vecino que, por motu proprio, venía y los pintaba; le dijeron que deje de hacerlo porque no le corresponde. Esto se contradice, porque tampoco vienen a arreglarlos.

–¿Este es un mensaje al gobierno municipal?
–Sí, quiero que el Municipio nos escuche y nos ayude. Esto es para fomentar el trabajo. Somos una cooperativa y no nos sentamos a mirar por la ventana y criticar. Acá hay mucha voluntad y ganas de trabajar. La mayoría somos mamás y queremos trabajar y progresar. Acá falta seguridad, iluminación y juegos. Los que hay están en mal estado, son peligrosos, hay chapas sueltas, son viejos y la idea es recuperar la plaza y concientizar. Y no queremos sólo hacer limpieza sino también acciones culturales y deportivas. Tenemos muchos chicos a los que les gusta el vóley y el fútbol. Queremos colaborar con los clubes también. Yo pertenezco al club Nuevo Amanecer y estamos pasando tiempos difíciles con el merendero. No puede faltar comida para los chicos ¡por favor!

–¿Qué otros puntos están carentes y piensan abordar?
–Ahora queremos limpiar todas las plazas. Si todos ponemos un poquito, se puede. Por eso me parece importante recalcar que el Municipio no pone voluntad, porque limpiar una plaza no es solamente cortar el pasto e irse. Es también hacer mantenimiento, sacar los vidrios, rastrillar la pinocha y dejar la arena limpia, cuidar la seguridad de los juegos, etc. Pensamos aportar de acuerdo a las necesidades sociales que vemos. Y son muchas, por ejemplo, la Escuela 7 es un médano para entrar ¡y es la escuela nueva! Pensamos limpiar las escuelas y, si nos ayudan, algunos espacios baldíos donde circulan nuestros hijos y nos da miedo por la oscuridad y los pastizales. Por ejemplo, en Gaona, cerca de la Escuela 2, de Ostende, hay pastizales altos y es peligroso. Tenemos miedo por nuestros chicos. También queremos resolver el tema de las meriendas que están faltando tanto en la Escuela 7 como en la 2.

–¿Cualquier vecino puede sumarse a esta iniciativa?
–Pueden sumarse voluntarios, contactarnos por las redes. Por ahora no tenemos sede, todo lo estamos haciendo a pulmón. Las herramientas incluso son nuestras, de casa. Le pedimos al Municipio, nuevamente, que esté presente con nosotros.