Nora Ponce hace público su enfrentamiento

Luego de haber tomado posesión de la banca que dejó vacante el concejal Galarza, el camino de la edil no fue fácil. Hoy trata de tomar distancia de lo que considera descalificación y maltrato.

Día a día, se agudizan las diferencias que la llevan a confrontar con el concejal Gregorio Estanga. El enfrentamiento tuvo su inicio en la dicotomía que se plantea entre Unidad Ciudadana y el Frente para la Victoria. Una situación confusa que pareciera extenderse hasta las próximas elecciones.

–¿Ha cambiado la situación incómoda vivida en los primeros días de ocupar la banca?

–A mí lo que me toca es recibir a un vecino en la condición en que estoy y hay vecinos que no quieren que toda la comisión esté escuchando cuál es su situación o su planteo. Voy a reuniones arriba, cerradas, y le pide a mi equipo de trabajo que se retire. Entonces, es lo que veo que no se está trabajando, no se está cumpliendo con el reglamento interno, no se acató el informe que envió la Asesoría General de Gobierno. Cuando la presidenta, Gabriela Ferretti, no supo resolver la situación de los bloques, solicitó ayuda a la Asesoría General de Gobierno, la cual emitió un dictamen donde dice que no es posible que haya la unificación de dos frentes o dos partidos políticos que han participado en diferentes elecciones. Es simplemente lo que estoy pidiendo y lo que le pedí ayer al presidente de la Comisión de Legales, que se dirima cuanto antes, y hoy tenemos a un Gregorio Estanga que es presidente de dos bloques. Eso no existe, no corresponde. Me pide que me escinda de mi bloque, lo cual no corresponde, como tampoco corresponde que yo sea parte de Unidad Ciudadana de La Cámpora porque yo no voy a engañar al electorado: quien se sintió representado en el 2015 es a quien yo represento. Hay nuevos, hay gente a la que le puedo agradar, hay gente que no, pero, sumado a todo esto, la agresión que viene atrás. Al señor Gregorio Estanga evidentemente le gusta pelearse con las mujeres y lo veo de muy poco hombre, y grita y descalifica; eso ocurre en el trabajo de comisión, y no es con la única persona que ha ocurrido, también pasó con Mercedes Taurizano, con Alejandra Apolonio, ha sucedido con Camila Merlo. Tiene esta costumbre de agredir verbalmente a las mujeres con ciertos calificativos.

–¿Piensan llevar el tema para que sea tratado en la Mesa de la Mujer?

–No nos olvidemos de que en su momento estuvo el caso de Luis Velázquez amparado por él, otros temas que duelen y por eso no se recuerdan todos los días, como el concejal que hoy está privado de su libertad, y, sumado a lo que sucedió el viernes pasado, fueron comentarios totalmente desafortunados para con los concejales de Madariaga por defender su interés propio, se le escapó verbalmente lo que piensa. Entonces, hoy quedamos todos en una bolsa y, la verdad, yo no tengo ganas de ser parte de esa política. Él lo tiene bien en claro, se lo dije en sesión y se lo digo de frente. Entonces, es una cuestión de defender derechos porque hoy me toca a mí pero mañana va a haber otras legisladoras, y cada legislador tiene derecho a ocupar el espacio que le corresponde y trabajar de la manera que le corresponde. Los insumos que nosotros utilizamos son pagos de mi bolsillo, no los paga el Estado […]. Pago todo lo administrativo, pago mi teléfono; cuando tengo que viajar, viajo con mis propios recursos. No todos los concejales se manejan de la misma manera, cuando hablan de austeridad, entonces no jorobemos, y yo no voy a ser parte de esa mentira.

–¿Cómo es el clima de trabajo?

–Ojalá fuese un Concejo donde haya debates como los hubo en algún momento, donde sean constructivos, donde sea productivo tener debates con los otros ediles, pero hoy reina la agresión totalmente y no solamente al par, sino también a la familia, y yo creo que esto no va a tener un buen final. Creo que la presidencia tiene que tomar un poco más de protagonismo en cuanto a exigir que las cosas se encaminen en cuanto a la labor legislativa diaria, y de hecho sucedió que viene gente arengada. Es un espacio público, pero tenemos siempre las mismas caras. Son militantes de un espacio político, como es La Cámpora, y cuando tuvimos el caso de Villa Gesell, de meningitis, vino mucha gente y el 80% era de Gesell y no emitieron sonido, con un respeto, y con el dolor que traían acompañando a su mamá, y acá cualquier tema es motivo de agresión a quien sea. Entonces, acá es la política, la doctrina y la bajada de línea que tienen los dirigentes de La Cámpora, y esto se traslada a los jóvenes. Ojalá que los jóvenes puedan crecer y disfrutar de la política de otra manera porque no es constructivo para ellos entrar con este grado de agresión.

–Hay temas que tienen un público, y otros que convocan a otras presencias, a mi modesto entender. ¿Qué se percibe con estas actitudes?

–Es claro lo que se busca. Y generar estos climas que no conducen a ningún lado. Recordemos la Audiencia Pública donde vino militancia de este sector: muy poca gente concurrió a escuchar y ver de qué se trataba, cuál iba a ser el ajuste de la tarifa y demás. Sin embargo, los ediles que representan a ese frente político se abstuvieron en un tema tan importante como es el aumento de la tarifa del transporte público. ¿No es raro? Somos Robin Hood, somos nacionales y populares pero, a la hora de tratar el aumento, no saben ni contestan.

–¿Cuál fue tu postura ante la iniciativa del concejal Urrizola por el tema del congelamiento de los sueldos?

–En un momento lo iba a acompañar. Pero de repente escucho un discurso tan mediocre y me pregunto si lo seguiremos trabajando en comisión.