La concejal se muestra expectante ante el devenir electoral; por otro lado, sigue preocupada por el quehacer social.
El mandato de la concejal Nora Ponce expirará en diciembre. Cabe imaginar que su carrera política encontrará continuidad en una nueva alternativa electoral o en la actividad social que la ha tenido como figura central en otras oportunidades.
Lo cierto es que los plazos se acortan y es momento de tomar decisiones: “Estamos a días del cierre de alianzas y todavía se está viendo qué va a pasar y esto es dañino y también molesta mucho al electorado. A la gente común no le gusta esta cuestión de la especulación constante, de estas alianzas que a veces no se comprenden demasiado, y de no cumplir la palabra por ciertos dirigentes, que es lo que se está viendo; y, en lo personal, a la espera de lo que va a suceder pero sobre todo con la convicción de que voy a acompañar a aquel o aquella compañera que tenga que ver con mi ideología y voy a trabajar, por supuesto, ya que nunca dejé de hacerlo”.
En relación con su papel en el campo social, Ponce destaca que la actual gestión se caracteriza por una marcada insensibilidad, no sólo a nivel nacional sino también a nivel provincial y local.
“Hay gente que se ha enojado conmigo pero considero que había muchos cambios para realizar, para mejorar, que habíamos perdido el rumbo en muchas cuestiones pero no a este precio. Estamos en un momento muy difícil donde ya no se trata de no tener dinero para cargar la tarjeta para viajar sino en situaciones en que la gente está sin su medidor de gas. Por ejemplo, me ha tocado visitar familias recuperándose de enfermedades, con chicos muy chiquitos, con nenes a los que bañaban con agua fría, y esto está sucediendo acá, no en el conurbano. No pueden no enterarse de lo que está sucediendo. No puede ser que el depósito de Acción Social no tenga el acopio que corresponde. No puede ser que no haya un acopio si tenemos una situación de emergencia. Eso es lo que sucede hoy. Hay mucha insensibilidad de parte de la gente que está a cargo, de la directora del área, del secretario, con quien tengo una muy buena relación, pero no estoy hablando de la persona sino de su trabajo: me parece que tiene mucho para aprender y para mejorar. No es tiempo de probar a ver qué hacemos, es hora de solucionar estas cuestiones y de ahí sigamos viendo de poner la ciudad linda, que está mejorando, pero hay prioridades que no se tuvieron en cuenta”, agrega.
Mientras tanto, la concejal a veces se ve forzada por la situación a requerir ayuda de otros intendentes, como Juan Pablo De Jesús, Leo Nardini o Gustavo Barrera, pero no puede ser con la asiduidad que la situación demanda. Cuenta con la colaboración de su hijo, que le acerca información sobre las necesidades de la gente. Es el punto donde el idealismo de un joven se choca con la realidad de la difícil materialización de una ayuda.
“En el momento que me tocó estar al frente de Acción Social éramos gobierno nacional, provincial y local, lo mismo que está sucediendo ahora, con la diferencia que hoy esa herramienta no la tenemos, pero otros distritos sí. Entonces hay algo que está funcionando mal. Hay algo que no se está haciendo bien. Quizás es la falta de conocimiento, la falta de preparación, el poco diálogo entre quienes están a cargo del área. Cómo puede ser que vas a Gesell o a La Costa y contás con los recursos y en mi propia secretaría los recursos no están. Hay algo que no está bien, porque los otros distritos no corresponden a este gobierno, sin embargo ven de generar el recursos, de generar la gestión, y esto acá no está sucediendo”, concluye.