Participación clerical multiplicada, en gestas patrióticas y pandemias

Enviado por el equipo de comunicación de la parroquia Ntra. Sra. de la Paz.

El próximo jueves se cumplen 204 años desde que fue declarada la Independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica, en San Miguel de Tucumán.

La formalidad, en realidad, se empezó a gestar el 24 de marzo de 1816, con las sesiones en las que estuvieron 33 diputados de los 34 elegidos, uno cada 15.000 habitantes de cada provincia.

De la activa participación eclesiástica en el proceso emancipador de la Patria iniciado el 25 Mayo de 1810 dio cuenta el hecho de que, de los 29 firmantes de la histórica acta, 11 eran clérigos.

Pero también lleva la marca que dejó Ildefonso Escolástico de las Muñecas, asesinado por el ejército realista dos días antes del Congreso de Tucumán, quien había sido ordenado sacerdote en Córdoba. Su trayectoria siempre estuvo signada por la función de intermediación social: desde que fuera capellán o párroco en distintos puntos del actual altiplano boliviano y del Perú, o cuando estuvo a cargo de la parroquia del Sagrario en la Catedral, destinada a los españoles, en Cuzco.

Un año después de la afirmación de la voluntad de “investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli” y “de toda otra dominación extranjera”, en 1817, otro diputado, Mariano Sánchez de Loria, se ordenó sacerdote al morir su esposa.

Otros clérigos también se incorporaron al Congreso con posterioridad, como Felipe Antonio de Iriarte, Diego Estanislao de Zavaleta, Domingo Victorio de Achega, Luis José de Chorroarín, Gregorio Funes, José Benito Lascano.

El presbítero tucumano José Agustín Molina tuvo, asimismo, decisiva presencia aunque no ya como diputado sino como prosecretario de la Asamblea. Y en 1836 se convirtió en el primer gobernador eclesiástico de Tucumán en calidad de vicario apostólico de la diócesis de Salta y elevado a la dignidad episcopal.

Los curas representaron un rol activo en las luchas por la independencia, ya que además de su misión evangelizadora, asistieron espiritualmente a las tropas comandadas por Manuel Belgrano o José de San Martín, de inclinación predominantemente mariana, que combatían la resistencia imperial en aras de garantizar la Independencia e inclusive llevarla más allá de las Provincias Unidas.

La pandemia del coronavirus de nuestros días representa un reto universal que demanda de un decidido enfrentamiento a cada nación y, como sucediera en Argentina en aquellas gestas libertadoras de hace más de dos siglos, aúna los esfuerzos ciudadanos, a través de los respectivos gobiernos, con los de entidades no gubernamentales, y religiosas, como Cáritas, que en Pinamar por ejemplo asumió la responsabilidad de entregar alimentos y ropa a más de 80 familias.

También los laicos de la parroquia brindan el servicio de asistencia domiciliaria a personas mayores y vulnerables solas.