Paula Lauro espera ansiosa su presentación en la CABA

Luego de haber triunfado en la instancia inicial del máximo certamen de la especialidad, se dispone a afrontar esta nueva prueba, para la cual se siente preparada.

La Municipalidad de Villa Gesell entregó un reconocimiento a la bailarina de tango Paula Lauro, quien llegó a la final de la preliminar oficial de Tango Buenos Aires Festival y Mundial, llevada a cabo en Pinamar a principios de junio.

“Es una situación muy linda; estamos muy contentos, felices, ansiosos. Queremos ya estar en la competencia; falta muy poquito, así que muy felices de que haya ganado alguien de la costa, con lo que cuesta sostener el tango en esta zona. Nos pasa a los que vivimos acá que sentimos que el invierno es muy frío, la gente sale poco. Hace ya doce años que estoy en Gesell, vivo en Mar Azul, y doy clases y organizo bailes. En invierno cuesta que el grupo se arme. Por suerte en Cultura tengo uno grande; después de tantos años armé un grupito que sigue pero las milongas y todo lo que se arma es difícil. Cada vez que empiezo el taller me pasa que viene alguien que vino a probar en verano, se quedó a vivir y se da que a veces vienen bailarines impresionantes o músicos: es como que buscan el escape a la playa, así que nos encontramos muy buenos bailarines”, relata.

Paula, quien brinda talleres de baile en el Centro Cultural Homero Manzi y desde hace varios años organiza “milongas” en la ciudad y la zona, fue recibida, días pasados, por el intendente, Gustavo Barrera, quien le entregó un reconocimiento en nombre de la comunidad.

Ante la convocatoria de la artista, concurre gente de todas las edades, desde 11 hasta casi 90 años.

A diferencia de otras profesoras, Lauro prefiere el tango cantado. Estima que le suma otra pasión a la danza. Es evidente que el hecho de escuchar la letra y analizar su contenido le brinda un valor agregado de significación a la coreografía.

“Mi compañero es de Lanús, da clases allá, viaja; está un poco más en lo profesional. Yo tengo tres nenes chiquitos, y un poco me fui saliendo de ese terreno: sólo doy clases y hago los bailes acá. En Pinamar nos juntamos. Lo conocí bailando, pero nunca había bailado con él; sabía que lo hacía muy bien y yo me adapté a la perfección. Acá tuvimos una química increíble”, explica previamente a viajar a Buenos Aires con el objeto de conocer más a su compañero de esta nueva exigencia.

Consultada acerca de si es necesario que exista un vínculo de pareja para lograr buena química y entendimiento, respondió: “En el tango no es necesario que haya un vínculo sentimental; al contrario: fijate justo lo que nos pasa a nosotros. Recordemos lo que nos dijo el jurado cuando se enteraron de que nosotros no habíamos bailado nunca. Dijeron: ‘La verdad que representaron realmente el tango de salón, porque, hoy en día y hace mucho tiempo, cuando uno iba a un baile no conoce a toda la gente y esta danza es así, el hombre invita a bailar y la mujer acepta o no, y a veces ni se conocen’. Eso, creo que es mágico. Por supuesto, si nos conocemos suceden otras cosas y hay otra comodidad, pero la idea es la interpretación libre y la conexión”.