Peligra un cetáceo autóctono

El delfín franciscana vuelve a ser noticia. Esta especie se ve diezmada, año tras año, por la intervención del hombre en su hábitat. Ante la situación, especialistas realizaron una convención en la Fundación Mundo Marino.

No hace muchos días, se realizó una convención en la Fundación Mundo Marino en relación a la situación por la que atraviesa el delfín franciscana, que habita nuestras costas y que es considerado como el cetáceo más amenazado de América del Sur. El tema tomó actualidad por el encuentro realizado y por la publicación aparecida recientemente en el matutino Clarín donde daban cuenta de la muerte de un individuo atrapado en una red de pesca.

La técnica oceánica Jennifer Pezzo, presidente de la Fundación Ecológica Pinamar (FEP), señaló al respecto: “Es algo preocupante y que venimos trabajando con la Fundación Aquamarina, quienes son los que más profundamente están trabajando en el tema. Hace muy poco en Mundo Marino se estuvo hablando acerca de las condiciones en que están las franciscanas ahora”.

Durante el encuentro celebrado en San Clemente del Tuyú se abordó una problemática que trata acerca de la situación de otras especies en peligro.

Por su parte, el licenciado en biología Diego Jorge explicó: “Como la franciscana aún no está en peligro de extinción, la Fundación Mundo Marino quiere abordar la situación antes de llegar a un número de ejemplares que haga irreversible el proceso. La principal causa de muerte de la especie es por quedar atrapada en las redes de pesca. Si ese número de ejemplares muertos supera a un porcentaje indicado por la Comisión Ballenera Internacional, que sería de un 2% de la población actual y que equivale a una cifra que va de 400 a 800 animales, y se mantiene en el tiempo, seguramente se pondría en peligro de extinción la especie”.

La franciscana generalmente circula por detrás de la rompiente, o sea, no lejos de la orilla, tal es así que algunos entienden que esta cercanía es la que la hace vulnerable. Siempre en aguas turbulentas se alimenta de pequeños peces, aunque no se descarta que coma alguna corvina o una pescadilla pequeñas.

Aunque en una primera instancia las cifras de las actuales poblaciones no son lo que más preocupa (se estima que en la región la población ronda los 25.000 ó 30.000 individuos), sí sus proyecciones de sostenibilidad. Se calcula que entre Argentina, Brasil y Uruguay mueren anualmente 3000 delfines de esta especie. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) califica el estado de conservación de las franciscanas como “vulnerable” y estudios recientes estiman que no ha disminuido la mortalidad a escala regional y que algunas de sus poblaciones podrían desaparecer en la próxima década.

Es evidente que poco se ha avanzado al respecto. La pesca comercial se da cerca de la costa con barcos que utilizan redes de arrastre o mediante la actividad de los pescadores artesanales que dejan sus redes fondeadas, y sigue siendo la principal causa de muerte de la especie.