“Pinamar necesita una gestión en comunidad”

Si bien los arquitectos interactúan en varios cometidos con la gestión, sería beneficioso aprovechar su experiencia ante la realización de una nueva obra pública. El sector pide que la Dirección de Obras Particulares se refuerce con más personal.

Ante la verdad revelada con relación a la reformulación de las avenidas Espora y Víctor Hugo, los profesionales pinamarenses expresaron su descontento, no tanto por la pérdida de una oferta laboral sino por no haber sido tenidos en cuenta en el momento de la convocatoria, que, para graficar, podríamos decir que se hizo en voz baja.

La obra de las veredas es un ejemplo a no repetir, en aras de la ética y la equidad que tienen que teñir el proceder de los administradores de turno. Así como es lógico respetar la idiosincrasia de los vecinos a la hora de concebir una obra pública, es altamente positivo dejar testimonio de las tendencias y la impronta de nuestros profesionales en los espacios que compartimos todos.

El arquitecto Ramón Uranga es delegado Pinamar-General Madariaga del Colegio de Arquitectos, Distrito IX, y desde nuestra redacción nos pareció beneficioso para el análisis de la situación planteada contar con su mirada, así como en anteriores ediciones lo hicimos con otros actores.

Con la mesura que lo caracteriza y el tono pausado con que se expresa, Uranga señaló: “Nosotros, como institución, trabajamos para aportar a la gestión municipal y a la comunidad. No somos un partido político. Sabemos que la gestión municipal tiene su idiosincrasia y tiene su reglamentación, o sea que hay cosas que están reglamentadas y nosotros decimos: ‘Podemos mejorarlas’. Parece que lo que Pinamar necesita es una gestión en comunidad, mejorar como comunidad, porque como destino turístico creo que tenemos que dar un salto de calidad y eso se da entre todos. Es un poco a partir de eso que cada uno de los ítems que uno toca o de los sectores que uno observa que hay que mejorar. La gestión sola a veces no alcanza; es algo que la experiencia de vida te va dando, más la formación profesional, por supuesto”.

Uranga entiende que desde su sector siempre se ha tratado de sembrar las consignas de que se puede dar un saldo de calidad y que ello implica igualdad de oportunidades para todos, una accionar más participativo. El arquitecto reconoce, asimismo, que los arquitectos trabajan en situaciones puntuales con el Municipio, como lo es la Comisión Municipal de la Vivienda, donde intervienen concejales e instituciones intermedias. Los profesionales están trabajando en una gestión mixta del frente marítimo con éxito. También tienen presencia en el Consejo Asesor de Cariló, por citar ejemplos.

“Desde afuera, con la experiencia, decimos: ‘Podemos mejorar’. Por ejemplo, en la gestión de turismo, hace muchos años que venimos tratando de que haya un ente de turismo porque van a estar el público y el privado siempre trabajando sobre ideas superadoras y eso lo necesitamos. En cada uno de los ítems que uno observa se da ese tipo de cosas; uno lo plantea como una opción de mejorar lo que tenemos, no como una crítica, porque la gestión fue votada por el pueblo y tiene su consenso y nosotros recordamos lo que ha pasado en los últimos diez años en Pinamar, y la idea nuestra es ayudar a la gestión donde se nos permita”, reflexiona.

Uranga se refiere a otro aspecto que ha dado motivo de algunos reclamos. Se trata de la situación actual de la Dirección de Obras Particulares. La queja se centraliza en la falta de personal. Para Uranga es necesario que la operativa sea ágil, sin desconocer que se trata de un área compleja, ya que en el desarrollo de las obras se suelen cometer irregularidades y la dirección tiene que fiscalizar, y para poder hacerlo, además de contar con la cantidad de personas necesaria, éstas deben estar dotadas del conocimiento necesario para ejercer un control adecuado. El reclamo no es reciente y en los últimos meses ha recrudecido la demanda de contar con una gestión más rápida “para evitar que haya gente sin trabajo, ya que toda la industria de la construcción gira en torno a lo que se apruebe en Obras Particulares. Entonces, es necesario que funcione bien”. Por otro lado, la normalización requerida redundaría en que todos los profesionales sean medidos con la misma vara.

Si bien se puede pensar que la situación presupuestaria puede tener injerencia en este tema, esto no es así, ya que es el momento de un recambio generacional en el área, un pasaje que aún no se produce para tapar el bache.

“A la gente que se tome hay que formarla. No es que de un día para el otro va a conocer el área. Se tiene que formar. Entonces, lo bueno es que haya gente de carrera porque en realidad el problema surge al irse jubilando el personal antiguo. Entonces, lo importante es que no vaya cualquiera, sino técnicos que enseguida estén a tono con lo que se necesita. En la Municipalidad había una camada antigua, que era un poco la estructura permanente que se va jubilando. Entonces, ese recambio hay que hacerlo y hay que trabajar en la capacitación permanente de la gente nueva”, concluye.