Por falta de calefacción, se suspenden las clases en la EP1

El mal funcionamiento de una caldera dio como resultado que sus autoridades ordenaran el cese de actividades. Ante versiones alarmistas, la directora hace las aclaraciones del caso.

Karina Zabala, directora de la EP 1 Constancio C. Vigil dio detalles acerca del mal funcionamiento de la caldera que calefacciona el establecimiento y que determinó la interrupción transitoria de las clases.

“Estuvimos con suspensión esta semana porque el día jueves se nos rompió la caldera y el sábado estuvimos ahí en la escuela con la presidente del Consejo Escolar, los plomeros y los gasistas; la caldera ya había tenido una rotura el mismo viernes antes del receso escolar; como el gasista de la Escuela 1 es el mismo que atendía el Jardín 901 por la anomalía que hubo ahí, esa persona dejó de trabajar y estaban sin proveedores en el Consejo, entonces, me quedó la caldera rota la primera y la segunda semana de receso. Luego la arreglan, la prenden, pero no se pone en funcionamiento pleno con los radiadores porque es una caldera eléctrica con sistema de agua. Comienzan las clases el miércoles porque el lunes y el martes tuvimos paro, y el miércoles arrancó sin calefacción y en el transcurso de la mañana la caldera queda funcionando lo más bien, vienen los gasistas, pero el jueves en el transcurso de la tarde empezó a funcionar mal, no quiso más. Así que ahora tenemos que cambiar la caldera sí o sí”, pormenoriza.

Entre las causas de las medidas de fuerza que han adoptado los docentes en los últimos tiempos figura la demanda de un mejor mantenimiento de la infraestructura de las escuelas.

“En general, en la provincia de Buenos Aires, la situación en infraestructura la verdad que es preocupante y no de ahora sino de hace mucho tiempo y en cuanto a este caso, en Pinamar, y lo digo como directora de la escuela, no he tenido inconveniente con el Consejo Escolar. Siempre las gestiones se hacen. El tema es que ellos se manejan por partida, ciertas cantidades de dinero. A ellos les dan dinero para utilizar en ciertas cuestiones, como cuando nos daban a nosotros antes subsidios que teníamos que utilizar para un fin determinado, por ejemplo, material para educación física. Son fondos asignados; entonces, esas son las dificultades que tienen los consejos escolares. En este caso la caldera ellos la compran a través del fondo educativo que es manejado por el Municipio y la caldera ya está. El dinero es lo de menos en este caso. Lo que nos va a llevar tiempo es la licitación y, además, la habilitación de obra. Ayer tuve una reunión con los papás del turno mañana y del turno tarde. Estoy en vía de comunicación con ellos, estoy en contacto con 24 papás de los 24 cursos”, amplía la docente.

La decana de las escuelas pinamarenses cuenta con una matrícula de 650 chicos. Para paliar los efectos de la interrupción de las clases, tras la lógica suspensión, “las maestras empezaron a trabajar el sábado en módulos de trabajo, publicamos un cronograma en el Facebook de la escuela y a través de estos grupos de Whatsapp hacemos circular los grados y dónde retiran los módulos y trabajan en la casa con eso y durante la semana iremos llamando a distintos grupos para ir haciendo las correcciones. Estamos viendo la posibilidad, si podemos calefaccionar algún salón con estufas eléctricas para, por lo menos de forma rotativa, una vez a la semana, poder tener un grado”.

Esta situación es un claro ejemplo del estado de la escuela pública.

“Si bien lo que hace ruido en la gente y en los medios de comunicación es lo salarial, nosotros hacemos un reclamo en defensa de la escuela pública, los fondos, el tema infraestructura. Para mí el jueves fue un día muy difícil para trabajar porque siempre voy a las marchas y conocía a compañeras de Moreno. Recuerdo que una vez habían hecho unos carteles que eran unas fotos con la situación edilicia de la escuela y realmente era muy shockeante”, agrega.

Por un lado, el manejo de la web ha permitido organizar la situación y las clases continúan con las limitaciones del caso. Pero, en otro aspecto, Karina Zavala se queja de la ligereza con que algunas personas suben noticias alarmantes a la red sin chequear su veracidad. Por ese motivo pide moderación y tener un poco de conciencia antes de referirse a un establecimiento escolar. La recomendación cabe también para quienes consumen este tipo de información sin verificar el origen o el grado de veracidad de quien la difunde.