Por nuestra cuenta

Feliz 2017. Empezamos nuevo año y siempre ello conlleva en muchos casos (como el mío en particular) a realizar un balance del año transcurrido, de todo lo que hemos hecho, de las cosas que nos faltó realizar, de lo que hicimos bien, de las oportunidades de mejora que tendremos en el futuro y fundamentalmente establecer objetivos y metas para el nuevo año.

Esto es a priori como debería funcionar también cualquier organización seria o que pretenda serlo, como podría llegar a ser el Municipio. Claro que para ello hay algo fundamental en todo este proceso, que es la autocrítica, y claramente es un ejercicio muy necesario pero muy poco practicado en gran parte de la planta política de Pinamar. Sin autocritica no hay evolución posible (pueden anotar).

Esta semana escuché y leí en varios medios sobre la temporada que empezamos a transitar días atrás en nuestro querido partido. Algunos optimistas comentaban (o anhelaban) que teníamos un 65% de ocupación con picos del 80% durante el fin de semana. ¿? No digo que estamos en pleno capítulo de The Last of us, pero no hay sensación de temporada, los locales gastronómicos están muy por debajo del año pasado, los hoteles con pocas reservas, las inmobiliarias dieron su veredicto, sentenciando la peor temporada en años. Suerte que ahora Pinamar tiene identidad de marca. Ahora sí que trece meses después, dos secretarios de turismo, miles de pesos invertidos, muchos pokemones encontrados, y Pinamar está preparada para empezar a brillar. Pinamar conecta (lo mejor de SCI FI que vi).

No voy a entrar en detalles ni análisis de las estadísticas, ya que cada uno tendrá su propia percepción de lo que es la temporada, y ya lo escuchamos a Iván en la mesa de Mirtha hablando de números relacionados al turismo (también me atraganté en ese momento), pero si lo que deberíamos analizar es en qué situación estamos y qué pretendemos para Pinamar. A diferencia de muchos detrás de un escritorio, para conocer la realidad hay que caminar un poco más el pueblo y charlar más con los que generan la riqueza para el pueblo. No tenemos industria. Solo turismo, con lo cual, escuchen un poco. Por ahí están tocando el timbre pero la gente no sale.

Si hay algo que deberíamos reconocer y destacar es que Pinamar fue fundado y construido por personas con una visión única y que intentaron mantener durante muchos años. Todo lo realizado en Pinamar es realizado por el sector privado. Pinamar al Estado no le debe prácticamente nada (de hecho deberíamos reclamar por todo lo que pagamos y no recibimos), ya que todo el progreso urbanístico y turístico que podemos observar a diario es porque alguien decidió invertir en nuestro pueblo, sin ayuda del Estado, el cual carece de ideas y objetivos de trabajo que contribuyan al desarrollo. No pudimos resolver en todos nuestros años de vida cuestiones básicas para el desarrollo de cualquier ciudad. Lo único que hicieron históricamente fue asfalto, veredas y últimamente regalarles casas a los ocupas. Llovió esta semana y se inundaron las mismas calles que cuando yo era chico. Esto durante todos los gobiernos que pasaron fue en mayor o menor medida así. Lo bueno es que ahora, como se alinearon los planetas y tenemos una persona que ocupa el máximo cargo de nuestro municipio que es del mismo partido que la gobernadora y que el Presidente, ¡ufff!, olvidate; otra que los vuelos a la estratósfera del Turco. ¡No nos para nadie!

Ojo, tuvieron una muy buena idea, que fue el lanzamiento de la temporada 2017, el mes pasado. Lugar increíble, como es Cariló, catering superlativo y justificado totalmente (se olvidaron de borrar en las fotos lo que comieron, como marca el manual de Jaime), ambientación y musicalización suprema, y hasta el clima acompañó. Lo único para objetar humildemente es que la próxima, si quieren hacer una fiesta privada para todo el gabinete, sus familiares y amigos, páguensela de sus propios bolsillos y no de las tasas que pagamos todos los demás. Ese lanzamiento de temporada tuvo la misma repercusión que la marcha de protesta frente al Municipio. ¡Son unos Cracks!

Por otro lado, entiendo que nuestro intendente, cuando completa un formulario de datos personales, deba poner tilde a la casilla de universitario incompleto, pero eso no justifica que en puestos clave del Municipio ponga a gente que no tenga las herramientas profesionales para llevar a cabo su trabajo. ¿Es mucho pedir? Digo, cuando voy al médico, no me da lo mismo que me atienda alguien que vio todas las temporadas de E.R. (preferiría a un doctor de verdad). Esto es lo mismo. Pretendemos que Pinamar mejore y nivelamos para abajo.

Hay mucho para mejorar y queda todo en manos del privado porque cuando el Estado mete mano te encontrás con unos hermosos baños químicos en pleno corazón de Pinamar, en plena avenida. ¿Cómo puede ser que alguien en su sano juicio lo haya autorizado? Puedo llegar a tolerar al grasa que eligió los adornos navideños de Once para poner en todas las rotondas (solo le faltó poner vendedores de Kebab), pero los baños me superaron. Puede que el responsable de eso haya sido el mismo que decidió decorar toda la Avenida Bunge con contenedores de basura (¡muy elegante!).

A este cocktail de buen gusto tenés que sumarle los containers de comidas que están poniendo en muchos lugares (algunos los llaman foodtrucks, pero evidentemente los que lo ven así tienen el pasaporte en blanco o nunca lo tramitaron). Muchachos, please.

Lo mejor de esta temporada claramente es la renovación del frente marítimo. Hay que felicitar a todos los concesionarios que realizaron una inversión muy importante (mínimamente dos años de sueldo de Iván). Demostraron nuevamente que Pinamar es privado y que, si queremos mejorar y realmente volver a tener lo que alguna vez tuvimos, debemos trabajar más y mejor por nuestra cuenta y, como siempre, esperar que el Estado no intervenga.