Por un 2018 de conquistas

Cambia el calendario. Se va 2017 y comenzamos a pensar en 2018 con buenos augurios.

Mi mente retrocedió más atrás en un intento de boceto o balance mental sobre los años que llevo escribiendo esta sección feminista, desde marzo de 2014. ¡La sensación es positiva en general aunque sigamos transpirando la camiseta! ¡Queda muchísimo por hacer y en el camino sentís que los avances son tan lentos y a costa de tanta lucha, machaque y esfuerzo que la pucha! (me enseñó a decir mi madre, educadamente). Si miramos hace cuatro o cinco años, la palabra feminismo se asomaba tímidamente en el diccionario; hoy es una de las más habladas. El feminismo es definido por la Real Academia Española (RAE) como la “ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres”. Tan simple, la cosa. Pero todavía escucho a mujeres decir: “¡Yo defiendo esto pero no soy feminista!”. Como si “ser feminista” fuera algo malo, extremista o fundamentalista. La respuesta es que, si creés en la igualdad, sos feminista (perdón por la insistencia). Celebremos, a la vez, que cada día hay más hombres feministas; una conquista. Por supuesto que existe el feminismo porque existe el machismo; seguramente, si la historia fuera otra, si no hubiera existido ni existiera desigualdad de género por la sola condición de ser mujer, probablemente no tendría cabida ni razón de ser la lucha porque ya tendríamos justamente eso, un pensamiento que va más allá de la condición sexual de las personas. Quizás tendríamos que caminar por otras conquistas, pero hoy, a punto de cambiar el calendario nuevamente, puedo afirmar que el feminismo, en el mundo, es la nueva conquista de pensamiento, que invita a la auto-interpelación y revisión en constante movimiento. No sólo han cambiado cosas importantes en cuanto a leyes a favor de la igualdad (un ejemplo es la Ley de Paridad lograda en provincia de Buenos Aires junto a otros países de Latinoamérica), sino que asistimos a un verdadero cambio de paradigma y quienes no logren “aggionarsi” quedarán fuera de la copa. Desde aquél 3 de junio de 2015 donde nace el colectivo Ni una menos, hito del feminismo Argentino con repercusiones en todo el mundo, hasta nuestro día a día, donde las noticias sobre acciones feministas, programas de gobiernos, movimientos de mujeres, organizados o espontáneos, revelaciones de voces calladas que ahora hablan, nos inundan de conocimiento, motivación e inspiración. Desde países imperialistas, como Estados Unidos, con escándalos varios que salen a la luz, movilizaciones de mujeres en contra del presidente Trump por expresiones misóginas; declaraciones de violaciones y abusos a actrices y cantantes como Madonna o las recientes denuncias hacia varios productores de Hollywood. En cada rincón de la tierra, surgen noticias que hablan de feminismo, como un efecto que se multiplica sin fin. En Arabia Saudita, donde la cultura y la religión justifican la gran cárcel de la libertad femenina, han dado un paso adelante en 2017 con el permiso para conducir vehículos aprobado para las mujeres. ¡¿Increíble, cierto?! ¡Ahora las mujeres saudíes podrán conducir! No quiere decir que puedan hacer otras tantas cosas que aún tienen vedadas. Otro logro que, lejos de festejarse, despierta horror de solo pensarlo pero da un pantallazo de la lucha en otros rincones del mundo: en 2016, el Parlamento de la Unión Africana hizo ley la prohibición de la ablación (mutilación genital femenina), práctica que aún estaba vigente en treinta países del continente. Sin palabras. Algunas conquistas emocionan, otras apabullan y otras muestran pocos resultados. En los primeros días de diciembre contábamos femicidios cada 27 horas en Argentina; algunos de ellos fueron en Córdoba, Salta, Misiones, San Isidro, General Arenales y Rafael Castillo (Buenos Aires). Al cierre de esta edición las noticias abundan: siete mujeres denuncian a un profesor de la Universidad de Buenos Aires por abuso sexual desde hace años; Maju Lozano (periodista y conductora) relata el acoso padecido en un restaurante (donde cenaba con amigas) por parte de cinco hombres (situación tan común que naturalizábamos las mujeres y ya no). Y podría seguir resumiendo títulos que hablan de conquistas feministas o que trazan el camino, pero elijo cerrar con una noticia que no se queda fuera de la gran copa: “Liberty Media, el nuevo dueño de la Fórmula Uno, evalúa modificar una tradición: la presencia de promotoras en la grilla de largada y calle de boxes. El director deportivo de la F1, Ross Brawn, calificó de ‘anticuada’ la forma en la que aparecen las mujeres. De este modo pretende eliminar prácticas que utilizan a la mujer como ‘adorno’, dijo en declaraciones a la BBC”. Noticia que generará, posiblemente, un gran debate, como el de los concursos de belleza, pero que se vuelve necesario volcar en la mesa de discusión y revisión. Si pretendemos que el sistema deje de cosificarnos, si marchamos en contra de esto, entonces también es hora de que las mujeres dejemos de “vender nuestros cuerpos como mercancía”. ¿Queremos los verdaderos cambios o solos los que nos convienen? Vale preguntarnos, cuestionarnos y repreguntarnos. Las grandes conquistas surgen de valentía, compromiso, convicción y constancia. Hoy, los medios de comunicación dan especial atención y hasta prioridad a temáticas de feminismo; los más comprometidos contamos con columnas o secciones especializadas donde se actualiza constantemente la información. Asistimos a un verdadero cambio de paradigma. Esta era tecnológica, revolución histórica que estamos viviendo, también va acompañada de una apertura mental inigualable, donde el conocimiento, como base de todo, nos invita a reflexionar, ver, pensar y vivir… en movimiento. Como la vida misma, puro movimiento. Que 2018 venga cargado nuevas conquistas para todos.