Luego de la cuarentena estricta que se desarrolló durante gran parte del 2020 por la pandemia del coronavirus, una de las actividades con mayor activación fue la obra privada. En el barrio privado de Costa Esmeralda sostuvieron que este año ya superaron las 220 obras particulares en curso y, si se mantiene esta tendencia, podrían alcanzar un nuevo récord.

Pionero fue recibido en las oficinas administrativas del barrio privado, donde sus autoridades Aquiles Linfante, gerente Operativo, Carlos Figueredo, jefe de Administración, y Nicolás Malegni, jefe de Obras Particulares, explicaron este fenómeno que genera una fuerte mano de obra en la región -principalmente en Pinamar- durante la baja estación.

En los primeros tres meses de este año, en Costa Esmeralda se aprobaron 220 planos nuevos de obras particulares. En enero ingresaron 44, en febrero entraron 75 y en marzo, 101. En comparativa con el año pasado -en el que se contabilizaron 52 obras en los primeros meses-, la actividad creció un 323%. Además, continúan en ejecución varias obras que se iniciaron el año pasado.

“Hay una multiplicidad de factores que explican esta tendencia. Son la confluencia de las restricciones de las salidas al exterior. El público que ha estado invirtiendo acá ya nos ha avisado que es público de Punta del Este. No estamos compitiendo con Cariló ni Pinamar, sino que es un público nuevo. Y el factor que eligen por sobre otras cosas es la seguridad: tener el acceso controlado y un perímetro restringido donde no se producen robos”, explicó el jefe de Administración, Carlos Figueredo.

Costa Esmeralda es un barrio cerrado del Partido de la Costa que ocupa 1.100 hectárea, tiene casi 2000 casas, y una proyección de 4000 lotes. La estructura “funciona como una mini municipalidad”, ya que tiene a cargo el mantenimiento urbano, el alumbrado público, el servicio de guardavidas en playa, sectores público deportivo, y un departamento de obras particulares.

El emprendimiento no administra el área de salud -que depende de la municipalidad de La Costa-, pero en seguridad el despliegue es mayor por tener un área propia y el servicio tercerizado.

“Este proyecto se inició hace 15 años, cuando no existía esta clase de emprendimientos acá. No se necesitaban barrios privados, pero se trajo con la visión de Buenos Aires e implantarlo en la costa atlántica, con todos los beneficios naturales que tenemos acá”, recordó Figueredo.

En el 2016 se registró el pico histórico de visados en el barrio, ya que se alcanzó las 400 abras en simultaneo. Y, si bien en los primeros tres meses este año recién ingresaron la mitad de ese valor, las autoridades sostienen que si se mantiene esta tendencia se podría alcanzar el récord.

El jefe de Obras Particulares, Nicolás Malegni, afirmó que “la consolidación del lugar como destino turístico familiar ha hecho que la gente se vuelque a este destino y modifique la estadística de ingresos de obras”. “Ya hemos superado el 50% de ocupación: hay casi 2 mil casas construidas sobre 4 mil lotes. En ese sentido el crecimiento es muy grande”, precisó.

El efecto de la pandemia también tuvo su injerencia la población estable de Costa Esmeralda. “La cantidad de habitantes estable se triplicó en comparación a principios del año pasado. Estábamos en 80 o 90 familias y hoy estamos en 240.”, señaló Linfante.

Por su lado, Figueredo indicó que, a nivel de actividad interno, “este año será mucho mejor que el año pasado”. “Estos indicadores hacen que nos proyectemos. Todo marca que este año se van a sumar más propietarios, más necesidad de recursos, más demanda en la playa. Si se mantiene esta línea, tenemos que incrementar la calidad de servicio y la oferta”, observo.

“Estamos cada vez más alineados con la municipalidad en distintas áreas para funcionar. Estamos realizando eventos en conjunto, biosendas, el área de ambiente, cuidado del mar, la parte de la educación, o seguridad. Hacemos campañas de todo tipo como en reciclado de residuos”, aportó Malegni.

Más del 80% de los operarios de las obras y de los prestadores de servicio son de Pinamar

Según una estadística que se realiza una vez al año en el ingreso al barrio privado, el 80% de los trabadores corresponden a Pinamar -de los cuales más de 60% tiene domicilio en Ostende-. El 20% restante lo comparten Madariaga, Villa Gesell y La Costa.

“Hay una gran cantidad de obras en curso y entra mucha gente, y el control que la seguridad hace es requerida por la seguridad del barrio. Al trabajador se le pide que tenga una cobertura de seguro. A los trabajadores que son estables, antecedentes penales y certificado de domicilio. Nada más”, precisó Linfante.

“Gran parte de la mano de obra que genera este lugar abastece a la región. Si hubiera un sistema de transporte urbano que uniera las localidades, la fuente de trabajo se duplicaría”, señaló.