Psicólogos de cuidados paliativos

Como expliqué en una nota anterior, hay muchas áreas en las que un psicólogo puede desarrollar su trabajo, una de ellas en cuidados paliativos y pacientes oncológicos.

A partir del interés por conocer más de esta especialización, es que me contacto con la licenciada en psicología Verónica Warmerdam, quien trabajó durante seis años en el Hospital Militar Central de Buenos Aires ejerciendo esta tarea y hoy atiende en su consultorio de Valeria del Mar. Ella nos cuenta sobre esta temática lo siguiente: “Cuando un paciente tiene una enfermedad que no es curable a corto o mediano plazo, pueden ser tres meses, un año, e irremediablemente lo llevará a la muerte, los cuidados paliativos se activan para brindarle la mejor calidad de vida posible en el tiempo que le quede. La palabra paliativo sería tratar de paliar el dolor, tratar de que los síntomas que puede traer esa enfermedad, frente a la cual no hay cura, sean lo menos nocivos posibles. Siempre se hace una escala costo-beneficio. Cuánto va a mejorar un tratamiento la salud del paciente, si vale hacerlo, dependiendo del dolor o molestias que le va a traer, y los beneficios; el fin va a ser el mismo, va a fallecer, pero la idea es que la muerte sea lo menos dolorosa y denigrante posible”.

Verónica trabajó con pacientes en tratamientos paliativos, teniendo relación con oncología y otras áreas de la salud, como cardiacos, diabéticos, renales crónicos, pacientes de la tercera edad que presentaban comorbilidades, enfermedades potencialmente mortales a corto o mediano plazo. Los médicos derivaban al principio cuando había un mes de vida, cuando ven que ya no hay nada que hacer, pero la idea es empezar a trabajar cuando está en tratamiento. Los médicos paliativos son especialistas en dolor, se quiere lograr que el paciente sufra lo menos posible, preparar al paciente y a la familia para eso.

Desde el trabajo psicológico se busca acompañar al paciente y la familia, sostenernos, preparar a la familia y al paciente y prepararlos para lo que va a suceder. No se trata de presionar al paciente; son pacientes que vienen notando deterioros en el cuerpo, registran que hay algo que no está bien. Hay que acompañarlos, darles un lugar donde expresar lo que sienten; algunos no expresan delante de la familia lo que les pasa, no se permiten angustiarse. Darle el espacio para hablar de miedos, temores, expectativas, los proyectos que no va a poder cumplir, pero ayudarlos a buscar proyectos que pueden cumplir. A veces es resolver cuestiones de trámites y papeles; otras, reencuentros con familiares o casarse con la persona con que compartieron años, pero nunca se casaron.

Al paciente se lo acompaña en el sufrimiento. El cuerpo se va deteriorando y eso duele, es triste y angustiante. Con eso no se puede trabajar. Pero sí con su familia, para que se sienta acompañada, al igual que él. Escucharlos, contenerlos, darles tips para ayudar a la organización, tanto con ellos como con los familiares.

Se colabora en la organización familiar, para cuidar del paciente cuando se vuelve totalmente dependiente, ayudar a esos cuidadores con el agotamiento que conlleva la situación. Muchas veces es uno de los familiares, solamente, que cuida al paciente, y en este caso hay que trabajar con la familia, para ponerla al tanto de la situación. Ver si se puede, desde la obra social, contratar algún cuidador para ayudar a la familia.

Quien cuida llega a un agotamiento que hay que tratar de evitar, creando estrategias de cuidado. Hablando de cómo evitarlo. Trabajar también con la culpa que a veces les genera estar cansados de cuidar a ese familiar que aman. Además de estar lidiando con el dolor que les produce saber que van a perderlo.

Es un trabajo interdisciplinario, con doctores y enfermeros. Hay que conocer lo que hablan los médicos con el paciente, qué le dicen. Los tratamientos a los que lo someterán, las consecuencias y complicaciones que pueden traer; y aquí se evalúan los costos y beneficios, si se le va a administrar, por ejemplo, quimioterapia, cuáles serán los beneficios y para qué se realizará, qué se espera y cómo le afectará al paciente, porque a veces logra que la vida se alargue un tiempo más, pero conlleva dolor, entonces el paciente debe decidir si someterse o no al tratamiento. Se trata de ser un puente entre los doctores y el que padece la enfermedad.

Los médicos en general buscan salvar la vida, no observan la calidad de vida. Pero en este caso los pacientes no tienen cura, y a veces los tratamientos suman solamente dolor. Quizás se tiene, por ejemplo, a un paciente lúcido, postrado con muchos tubos conectados. Y no se gana mucho con los tratamientos, no se mejora la calidad de vida. Entonces se busca empoderar al paciente para que pueda decidir qué quiere hacer, cómo quiere vivir el tiempo que le queda.