¿Qué hacemos con el embarazo adolescente?

Crece la densidad poblacional de Pinamar y también el porcentaje de embarazo adolescente. De un 14,43% durante 2015 pasamos a un 17,6% el año pasado, según los datos del Servicio Obstétrico del Hospital Comunitario.

El embarazo adolescente es una problemática que no puede dejar de analizarse desde una mirada sociológica, más aún si tenemos en cuenta los datos aportados por instituciones como Unicef o el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), que es un organismo de cooperación Internacional para el Desarrollo. Este último presentó un informe que revela a Latinoamérica y el Caribe como la segunda región mundial con mayor proporción de nacimientos de madres adolescentes. En la Argentina hay 700 mil nacimientos por año. El 16% proviene de madres adolescentes de entre 15 y 19 años (en algunas provincias equivale al 25%) y más de 3000 son de niñas de 10 a 13 años. El 69% de esas mujeres adolescentes no planeó ese embarazo.

¿Qué pasa en Pinamar? Para ahondar en la temática, consultamos a la doctora Patricia Olivera, médica obstétrica del Hospital Comunitario desde el año 1999. “La primera partera fue Carina García. Hoy somos un equipo junto a Brenda East, Valeria Soria y Luz Montenegro. Cuando empezamos, en el año 2000, teníamos semanas enteras sin partos y ahora generalmente no pasa un día sin tenerlos”, contextualiza la profesional.

–¿Creció la densidad poblacional de Pinamar pero también hubo un de embarazo adolescente?
–Sí, ambas cosas. En el año 2000 tuvimos 267 nacimientos; 15 años después, 459; y el último [registro], del año 2016, fue de 510 nacimientos. La franja adolescente que analizamos corresponde de los 15 hasta los 19 años. Pero hay muchas madres de 20 años también. Hasta el 2016 el porcentaje de embarazo, dentro de esta franja etaria, era del 14,43% y hoy es el 17,6%.

–¿Generalmente llegan solas a tener a sus bebés?
–Sí. No hay varones que acompañen. Nosotras las vemos en el embarazo avanzado, obviamente, y vienen tarde a las consultas (generalmente en la semana 20 de embarazo) porque no quieren aclarar su situación y en general están solas, no hay pareja. Las acompañan madres, abuelas, madrinas o hermanas al parto, ya que ahora pueden hacerlo por los cambios que hubo con el parto respetado.

–¿Como profesional, puede brindar un análisis causal de la problemática?
–Obviamente no hay planificación familiar que acompañe la educación sexual. Porque las adolescentes llegan con embarazos que no fueron programados, con mucho miedo, se hacen los primeros análisis para saber de cuánto están y recién se lo comunican a la familia. Tuvimos pacientes sin control que llegan al trabajo de parto. Y después está fallando la educación en la escuela porque no podemos esperar que nuestras/os jóvenes lleguen solas/os a la consulta previa para solicitar un método anticonceptivo antes de tener relaciones por primera vez, eso no pasa. La materia ESI [Educación Sexual Integral] se da desde la primaria y también en tercer año de la secundaria hay charlas que brindan los médicos comunitarios, pero evidentemente no alcanza. Desde el área de salud contamos con profesionales que atienden gratis y sin turno previo, para las consultas de planificación familiar de métodos anticonceptivos pero hay poca demanda por este tema.

–¿Hay un vacío de objetivos y cuidados personales y también un vacío educativo en los varones?
–Yo veo que en la época de nuestras abuelas se casaban jóvenes y eran madres temprano pero había un proyecto de fondo, que era formar una familia. Ahora no. La maternidad viene a llenar un vacío pero no es programada. Y se encuentran siendo madres antes de haber consolidado su personalidad, su parte psicológica, entonces es duro. Los varones no se hacen responsables. Y luego, esos bebés también son criados a medias con madres o abuelas. Siempre, figuras femeninas.

–¿Tenemos una responsabilidad como sociedad?
–Sí. Debemos trabajar en prevención de otro modo, evidentemente. El Ministerio [de Salud] lanza siempre planes. Por ejemplo, el Implanon es un anticonceptivo hormonal que se implanta debajo de la piel y dura tres años. Es gratuito y contamos acá en el hospital con el método anticonceptivo. Los preservativos gratis se siguen dando. También las charlas de médicos comunitarios en la secundaria pero yo creo que deberíamos hacerlas desde el primer año.

–¿Y quizás cambiar el lenguaje o mensaje?
–Se les habla de los métodos de cuidado anticonceptivos para prevenir embarazos y enfermedades de transmisión sexual. Pero no se habla de las consecuencias de la maternidad adolescente en la vida. Ni de la responsabilidad paterna. Los adolescentes viven el momento, el hoy, y no tienen miedo. También tenemos en cuenta el factor del consumo de alcohol y drogas, que quizás hace 17 años no pasaba. Hoy combinan estos inhibidores y llegan a tener relaciones sin consciencia.

–¿Qué piensa respecto a la premisa que sostienen algunas personas respecto a que muchas mujeres “se embarazan para cobrar y vivir de las asignaciones que provee el Estado”?
–Absolutamente no. Es un concepto erróneo. Repito, no lo programan, no toman los recaudos por los motivos que ya explicamos y se ven luego con una realidad que no buscaron.

–Ante esta realidad, ¿cómo ve el panorama para los próximos años?
–Difícil. Porque no veo a nivel local ni nacional una política de educación por parte del Estado para que lleguemos a los chicos con un lenguaje no técnico ni médico. Deberíamos llegar de otro modo, con preguntas abiertas y lograr que usen un método anticonceptivo, aunque no sea el que nosotros les indiquemos. Educar a los varones porque no se hacen responsables de su paternidad es esencial.

Servicios gratuitos locales:

  • Dra. Alexia Nicomedes (Planificación familiar): atiende en la salita de Ostende, sin turno; viernes, de 8 a 11 hs.
  • Ginecología, sin turnos, en el Hospital Comunitario de Pinamar: lunes, martes y miércoles, a las 18 hs.
  • Las mayores de 18 años y con hijos que deseen realizar la ligadura de trompas pueden hacerlo con un trámite simple y en forma gratuita.