“Quien queda abierto en invierno está haciendo patria”

Con locales cerrados y una merma significativa de la actividad comercial, la economía pinamarense es un reflejo de la retracción a nivel nacional. Por otro lado, las dos temporadas últimas no han sido las mejores.

María Cristina Malegni, además de ser presidente de la Cámara de Comercio, es una gran conocedora de la realidad pinamarense, la que percibe no solo desde su rol de comerciante, sino también desde su condición de vecina de muchos años en la ciudad.

Como es evidente que una de las características de esta baja temporada es la falta de trabajo y el cierre de comercios, de ahí es que su opinión resulta más que valedera ante la realidad que nos circunda.

“Nosotros lo vemos con mucha preocupación porque en realidad esto viene ocurriendo desde hace tiempo, lo que pasa es que comúnmente cerraban los comercios uno o dos meses hasta que abría otro. Pero ahora lo que pasa es que se bajan las cortinas y no se vuelven a subir. El tema es que, ahí, es más de una familia la que queda sin trabajo o con problemas económicos. En principio, el propietario del local se queda con el local vacío y la familia que vivía del comercio se queda sin recursos; y si tiene empleados, ni hablar. Este es un tema que, bastante antes de las elecciones, en 2015, alguien me dijo que si ganara un gobierno como el que tenemos actualmente y hablando de la clase media, que hasta que gastáramos el último peso que tuviéramos guardado y nos fuéramos volcando hacia la pobreza no iban a parar. En ese momento sentí que era una barbaridad lo que estaba diciendo y hoy veo que sí, es así. Porque no ocurre solo en Pinamar”, describe.

Malegni compara con las épocas de Fernando de la Rúa y Carlos Menem, cada una con sus remezones económicos, que quedaron instalados en la memoria colectiva de los argentinos.

La presidente de la cámara analiza y se pregunta: “¿Qué podemos esperar de acá a fin de año, con dos temporadas malas por detrás? ¿Y en la próxima qué va a pasar? Porque Pinamar sigue estando como está. Digamos se ha hecho un maquillaje. Las propuestas que tiene Pinamar son caras en relación a lo que se le ofrece al turista. Es altamente preocupante. Algunos hoteles cierran en invierno; muchos gastronómicos también están cerrando. La gente no viene”.

De lo local, pasa a lo nacional y repara en los últimos informes que indican que ha mermado sensiblemente la venta del litro de leche.

“Pasa en Pinamar, en cualquier distrito de la provincia y en toda la república; no quiero ni pensar cómo vive la gente en el interior. Por otro lado, veo que no hay medidas. Por ejemplo, yo admiro Madariaga por el compromiso que tienen; podrán tener sus cosas, sus diferencias, pero con el tema del gas el intendente se puso sobre su espalda el compromiso de defender a su pueblo porque en definitiva a cada intendente que tenemos en un lugar lo ha elegido el pueblo. Acá, hemos escuchado que hay recursos de amparo que se presentan por un lado, entidades intermedias que se nuclean para defender al consumidor porque es una barbaridad; yo conozco gente que paga un alquiler por un espacio mínimo y les ha venido 4 mil pesos de gas. También le pasa al gastronómico”, detalla para pasar a la respuesta mínima que puede dar la cámara: “Lo que estamos elaborando junto con otras instituciones es el tema del amparo colectivo. Después, con respecto a las decisiones comerciales, lamentablemente no tenemos una caja fuerte con la que les podamos resolver la situación a las personas. No hay microcréditos. Entiendo que la gente necesita un poco de aire, hay mucha angustia. Quien se queda abierto en invierno está haciendo patria, y realmente lo puede hacer quien es dueño del local”.

El panorama se oscurece si uno considera que no hay créditos blandos a nivel bancario y que la Municipalidad tampoco tiene contempladas medidas para atemperar los efectos de la crisis.