Quien quiera oir que oiga

Durante dos jornadas, los docentes pinamarenses hicieron oír su protesta. Nuestro distrito fue el que más se acogió a la medida de fuerza.

Y llegó un día en que los docentes fueron comprendidos por una parte importante de la comunidad de la cual son integrantes. Sin perder el concepto del criterio personal, ya no es común observar y escuchar expresiones que sin el menor análisis denostaban a una medida de fuerza docente sin evaluar el reclamo, sin tener en cuenta el papel del maestro y, lo que es peor, con una ligereza que nos hablaba de una sociedad que condena sin escuchar ni observar.

Este acercamiento llegó tras la vía de la comprensión, ya que en Pinamar los docentes se adhirieron al paro en un 90% o más, demostrando que el problema salarial se agrava en un lugar que depende de un monocultivo, como lo es la temporada, y con una realidad que podríamos nombrar como una mala cosecha.

Los representantes de las distintas agrupaciones docentes, encolumnadas en un frente único, marcharon por la calles de Pinamar como luego lo harían por Ostende en la mañana del martes. Una cantidad nunca vista de docentes reclamó por el llamado a paritarias, por su recomposición salarial y por poder trabajar en espacios tan dignos para ellos como para sus alumnos.

Fueron las oportunidades en que los manifestantes pudieron decirles a los padres sobre la naturaleza de su queja, sobre los detalles de una gran bola de nieve que se convierte en un enorme y confuso discurso luego de ser “aclarado” por los medios hegemónicos.

En ese confuso laberinto de ruido mediático era necesario aclarar por lo menos a nivel local de qué se trata la Ley Nacional 26075, de Financiamiento Educativo, donde se marca no solo lo salarial sino la cuestión de recursos, de infraestructura, que es lo esencial para el sostenimiento de la escuela pública.

“Para la paritaria nacional nos tiene que citar el Ministerio de Educación de la Nación. De hecho, el año pasado nos citaron en enero y las clases comenzaron sin conflictos. Este año estuvimos esperando. Si de los gremios dependiera, nosotros desde el 1° de enero estaríamos sentados en una silla para negociar. Pero nos tienen que convocar. Y la convocatoria no existió en ningún momento. Y están negados. Por eso le pedimos a la comunidad que nos apoye en esta lucha, porque no es solo una cuestión salarial, que es lo que dicen los medios. Pero hay muchas, cuestiones de fondo. De hecho, nos pasó en esta escuela, como en jardines, que muchas veces las clases comenzaron porque fueron los papás los que colaboraron pintando las aulas con las docentes, arreglando sillas y mesas. Pero es el Estado quien debe proveer eso”, dijo la dirigente de Suteba Carina Zabala.

Flavia Porres, presidente del Consejo Escolar, agradeció públicamente a la inspectora distrital de Educación, quien tenía la orden de enviar a la Dirección de Escuelas las planillas de los maestros que hacían paro, por negarse a tomar esa medida. “El 23 de junio del año pasado se habilitó la Escuela 7, que está en Ostende. Y no se pudo usar porque el director de Cultura y Educación Bonaerense, Alejandro Finnochiaro, que ahora se llena la boca diciendo que a los docentes no nos importan los chicos, no firmaba la resolución para que esa escuela pudiera funcionar. Lo hicieron recién a fines de diciembre, cuando terminaron las clases. Mientras tanto, todos esos chicos estuvieron en las diferentes escuelas de Pinamar, hacinados en aulas. Porque si vamos a hablar de calidad educativa, tener 43 chicos dentro de un aula deja mucho que desear. Los únicos que vinieron a reclamar fueron los papás de los chicos anotados, pero el resto de los padres no vinieron ni a hablar ni a pedir por esos nenes. Pasó lo mismo con el Jardín N° 904, que se quedaron sin él, se tuvo que arreglar, los tuvimos que trasladar a otro lado, y los únicos que vinieron a reclamar fueron los padres de los nenes del Jardín N° 904. Al resto de los papás, como tenían a sus chicos en las escuelas, no les importó de los nenes que tenían que ir a la Escuela N° 7 porque el N° 904 no estaba en condiciones. Entonces, no nos podemos llenar la boca diciendo que nos interesan los chicos y que a los maestros no y los dejamos sin clases. Esto lo tienen que saber para comunicárselo a los padres, para que sepan a quiénes les interesan los chicos y a quiénes no. Desde mi lugar de docente siempre los voy a apoyar, y desde el Consejo Escolar los estoy apoyando y por eso enviamos una nota solidarizándonos con todos los docentes y directivos de las escuelas”, concluyó Flavia Porres. Es de destacar que la paritaria docente actúa directamente sobre las paritarias de todos los empleados públicos, y que dentro del marco de una magra temporada, los empleados del sector (municipales, correos, entidades recaudadoras, etc.) tienen una marcada incidencia en la sobrevida del comercio local.

Luego vendría la jornada del martes, donde el reclamo se potenciaría en la renovada adhesión de gran parte de la comunidad. Algunas actitudes del pasado castrense, tales como la toma de fotos de algún manifestante o el pedido de datos filiatorios por parte de la policía, intentarían vanamente ensombrecer la jornada, que fue a pleno sol. Tras la salida a la calle de los maestros, quedan los reclamos y los ejemplos. Los docentes no pueden dejar de lado su destino de dar lecciones.