Por nosotros se encarnó y lo hizo de modo que lo recibamos, como un bebé, recién nacido, es decir, necesitado de nuestro cuidado y protección.

Dios hace las cosas de manera paradójica, extraña. El Salvador viene necesitado de ayuda, al revés. Justamente nos salva moviéndonos a amar. Dios es amor, y cuando recibimos amor y amamos entramos en la salvación.

Recibamos al Niño Dios y hagámonos cargo de Él, de amarlo, cuidarlo, ayudarlo a crecer.

Al hacerse hombre se une a cada persona, Él mismo se identifica con cada uno; luego va a decir, lo que hicieron a cada uno a mí me lo hicieron.

Pensemos concretamente en las personas, cercanas o que se acercan o a las que me puedo acercar, en donde está Jesucristo necesitando recibir mi amor.

¡Feliz Navidad!

Equipo de comunicación de la parroquia Ntra. Sra. de la Paz
Pueden consultar la información de la parroquia en la web: parroquiapinamar.org