Repudio a recorte en Salud

A través de distintas expresiones y sin conformar una organización política partidaria y mucho menos alguna agrupación opuesta al gobierno, un grupo de vecinos vociferó por momentos su indignación.

Una cantidad apreciable de vecinos se concentró en los jardines del Hospital Comunitario de Pinamar con el fin de hacer escuchar sus reclamos, a raíz del recorte presupuestario que se reflejará en despidos de parte de los profesionales y que llevará a dejar de efectuar algunas prácticas quirúrgicas y las guardias nocturnas de la Sala de Valeria del Mar, entre otras restricciones.

Espontáneamente, una serie de oradores hizo uso de la palabra con distinta intensidad y grados de conocimiento, pero a decir verdad prevaleció lo emocional, por tratarse de un tema sensible, como es la salud pública.

Si bien se pudo apreciar la presencia de concejales en el lugar, ninguno articuló palabra y solo se limitaron a escuchar atentamente a los expositores. Quedó en claro que la reunión no tenía visos políticos. Todos coincidieron en su repudio hacia la cesantía de los profesionales sin mediar un aviso previo y utilizar un escrito para comunicar la prescindencia o el cese de funciones de un trabajador, profesional o no.

“No queremos recortes de médicos o de presupuesto, no vamos a permitir que el Municipio avance en esa dirección. Venimos a reclamarle, pacífica pero legítimamente, al Municipio que desista de estas actitudes”, dijo el primer orador, para alertar en un tramo de su discurso acerca de la inexistencia de una grieta, tanto en la sociedad como en los presentes.

El presidente de la Cooperadora de Salud, Héctor Campa, leyó una carta abierta, donde se expresaba el espíritu que guía el fin social de su entidad.

La nota decía lo siguiente: “Carta abierta al Intendente de Pinamar, señor Martín Yeza. Ante los hechos de público conocimiento respecto al despido de profesionales de Salud, la Cooperadora de Salud del Partido de Pinamar decimos: con referencia al doctor Esteban Siga, médico nefrólogo, que dicho profesional prestó servicios 18 años ad honorem; que durante tantos años con humildad y profesionalismo se dedicó a la atención de todos los ciudadanos que recurrieron a su especialidad; que, ante esta situación de despido del doctor Esteban Siga, esta institución se ofrece a pagar el sueldo por el término de tres meses, de 8500 pesos, al mencionado médico, de manera tal de poder mantener esta especialidad única en la zona para que nuestros enfermos no tengan que viajar a otros distritos. Esta institución agradece infinitamente la especial sensibilidad del doctor y estamos seguros de que la ciudadanía nos seguirá para poder seguir contando con esta especialidad médica en nuestro nosocomio. Esperando una respuesta positiva, saludamos a usted con la consideración que se merece”.

A continuación fue una vecina quien con más de 20 años de residencia puso en valor la atención recibida en la Sala de Valeria del Mar, que determinó una mejoría sustancial en su salud. La mujer aseguró ser vecina de la sala y ser testigo de la asistencia que reciben muchos pacientes por parte del plantel médico de este lugar. Agregó la importancia con relación no solo al lugar donde está emplazada sino también a Cariló, que carece de presencia sanitaria.

Otra vecina trajo a colación el recuerdo de un médico de su conocimiento, que tuvo que recurrir a la atención hospitalaria, por lo cual quedó muy agradecido por la calidad de la prestación recibida.

Ethel, quien dijo ser docente pinamarense, recordó que el personal del hospital le había “salvado la vida” a su hija, en lo que calificó como “momentos complicadísimos”. “Soy docente de la ES de Valeria, donde llevamos a nuestros chicos cuando tienen accidentes, a nuestros adolescentes cada vez que tienen un problema. Me parece un error lo que está pasando, todo lo que necesitamos y es básico lo están terminando. ¿Qué nos está pasando?”, agregó en el cierre.

A medida que los oradores se iban acercando, los ánimos y conceptos se fueron endureciendo. Tal el caso de Federico Tomassone, quien dijo ser docente, secretario de Suteba Madariaga y delegado de base del casino.

Tomassone, luego de expresar su solidaridad con los cesanteados, calificó lo que junto a todos los trabajadores estaban viviendo como “un plan de guerra”.

Más adelante, agregó que era una marcha para evitar que la salud pública se privatice. Recordó que la gobernadora está a punto de cerrar tres casinos provinciales y que, lejos de incentivar la ludopatía, lo que quería es velar por las fuentes de trabajo y por el recurso que se genera con el juego que se destina a las escuelas y a la salud.

Luego fue el turno de Alejandra, quien comenzó expresando un “no a Yeza, no utilices al pueblo como rehén por un capricho. Acá no se discute la calidad de los médicos, acá nos están tomando de rehenes por un capricho por un aumentito que él quiso”.

Los oradores siguieron expresando su sentir. Algunos se quejaron por una supuesta soberbia, otros por la falta de sensibilidad, algunos recordaron haber sido bien atendidos. Lo cierto es que la queja contra este cambio que propone el gobierno recibió el repudio generalizado de las 300 personas que se dieron cita en el hospital para reclamar a viva voz.