Retiros parroquiales abordan la oración, el ayuno y la penitencia

Para los viernes 17, 24 y 31 de marzo, a las 19.30, la parroquia organiza tres retiros en Nuestra Señora de la Paz, de la avenida del Libertador, en Pinamar, en los que se abordarán la oración, el ayuno y la penitencia (el ejemplo que daba Jesús a partir del Sermón de la Montaña) como vehículos de la Cuaresma que se inició esta semana que llevan a “intensificar la vida del espíritu”, como propuso el papa Francisco en su mensaje alusivo que tituló “La Palabra es un don. El otro es un don”.

La Cuaresma es una época propicia para la conversión, para renovarse por medio de los sacramentos, para reconocerse pecadores, buscar el perdón de Dios y comenzar de nuevo el camino hacia la Pascua, “la victoria de Cristo sobre la muerte”.

El Santo Padre se refirió al pasaje sobre Lázaro y el rico. A partir de esa parábola, el Pontífice establece tres puntos temáticos: “El otro es un don”, “El pecado nos ciega”, y “La Palabra es un don”.

Afirma que “la primera invitación que nos hace es la de abrir la puerta de nuestro corazón al otro, porque cada persona es un don, sea vecino nuestro o un pobre desconocido. La Cuaresma es un tiempo propicio para abrir la puerta a cualquier necesitado y reconocer en él o en ella el rostro de Cristo”.

Señala asimismo que “la Cuaresma es el tiempo propicio para renovarse en el encuentro con Cristo vivo en su Palabra, en los sacramentos y en el prójimo. El Señor, ‘que en los cuarenta días que pasó en el desierto venció los engaños del Tentador’, nos muestra el camino a seguir”.

Insistió en que conduce a un destino seguro: la Pascua de Resurrección, la victoria de Cristo sobre la muerte.

Cada viernes, en Nuestra Señora de la Paz se reza el vía crucis a las 18, lo mismo que antes, durante y después de la Cuaresma se dedican espacios semanales a las oraciones en San Francisco Solano, Laura Vicuña, San José, San Roque, del Sagrado Corazón en el Divino Niño de Marana-thá, del Movimiento Schoenstatt y del hospital de Pinamar.

Los coordinadores de Cáritas Pinamar asisten junto a voluntarios a familias, a mujeres, a los más necesitados, y pregonan los valores del Evangelio en pos de la promoción humana, la asociatividad, la cultura del trabajo y transformación de la sociedad.

El Santo Padre sostuvo que “en este tiempo recibimos siempre una fuerte llamada a la conversión: el cristiano está llamado a volver a Dios ‘de todo corazón’, a no contentarse con una vida mediocre, sino a crecer en la amistad con el Señor”.