“Son obras que vienen a atender necesidades”

Lo dijo el mandatario municipal, a raíz del anuncio del inicio de la obra de un nuevo jardín maternal, que quedará finalizado al cabo de diez meses.

El intendente va por la reelección y lo hace sustentando su posibilidad electoral en la obra pública. Al respecto, recientemente hizo un anuncio sobre la concreción de otro jardín maternal y más calles asfaltadas. En su mayoría, obras ubicadas en la localidad de Ostende.

–¿Prosigue la obra pública?
–Sí. En principio, contándole a la comunidad lo que va a ser un hecho, como es la construcción de un jardín maternal. Ya hicimos el convenio, ya tenemos el anticipo financiero, que muchas veces es lo más importante porque es lo que se necesita para poder anunciar una obra con prudencia. A su vez sabemos dónde va a estar emplazada y con qué diseño. El nuevo jardín va a tener tres aulas. Esto nos va a permitir sumar unos 90 chicos más a lo que es el servicio. Recordemos que hay uno en funcionamiento, Mamá Sirenita, y algo que quizás la gente desconoce es que el Estado está obligado a dar el servicio educativo a partir de los cuatro años. Ya la salita de tres años es un lujo para la provincia de Buenos Aires. No obstante ello, estamos apuntando a que los chicos de esa edad puedan concurrir a la mayoría de los jardines. Por consiguiente, contar con un jardín maternal forma parte de la política educativa municipal, donde la provincia de Buenos Aires no incide y se hace todo con el esfuerzo de los recursos de los pinamarenses en lo que es el mantenimiento del jardín, pero la obra en sí es en virtud de un convenio que pudimos suscribir con el presidente, Mauricio Macri.

–Estuvimos en el lugar en el momento del anuncio y vemos que el lugar se ha convertido en un centro macro de atención comunitaria. ¿Esto se pensó así?
–Cuando se planificó Ostende, estaba previsto que la Avenida Central fuera una arteria importante, pero se fue desarrollando Víctor Hugo. El hombre puede proyectar pero luego es la sociedad la que determina con el uso, creciendo de otra forma. En lo que es la Avenida Central, la Municipalidad disponía de bastante tierra y por eso toda esta concentración de medios estatales. Esto facilita asfaltar, ya que las instalaciones se encuentran en un radio de cuadras cercano. Estamos contentos porque son obras que vienen a atender necesidades que tienen los vecinos y que nos han planteado desde hace años. Tenemos una lista de espera muy amplia. Con esto vamos a estar cubriendo más de la mitad de lo que es la demanda que aún está por fuera de lo que es jardín maternal.

–Vimos que cuando se anuncia una obra de asfalto siempre hay vecinos que se acercan a consultar. ¿A qué se debe? ¿Hay algún tipo de resistencia ante la mejora?
–En relación a los trabajos de asfalto podemos decir que del diálogo con los vecinos surge el temor ante las posibles acumulaciones de agua. Afortunadamente pudimos llegar con soluciones al respecto, barrio por barrio. En esta primera etapa de gobierno que nos ha tocado cumplir tuvimos que hacer cosas muy básicas, como son las veredas de Víctor Hugo, las de Espora, el agua corriente para Ostende. Obras educativas: tenemos más de 55 obras educativas ya realizadas y algunas en marcha aún, donde quizás el punto más saliente está dado por el nuevo edificio de la Escuela Técnica. El habernos sacado de encima los temas básicos hace que ahora nos podamos meter en los barrios para poder ir mejorando Pinamar entre todos.

–Así como el estudio de impacto ambiental es un lugar común de cada obra, hoy vemos que ocurre otro tanto con la accesibilidad plena. ¿Esto fue tenido en cuenta en lo realizado?
–Mila [Gómez Beret, secretaria de Planeamiento] me persuadió de una idea en relación a la construcción de nuestras obras y para eso me habló de diseño universal. Accesibilidad significa primariamente un edificio con escalones al cual le agregan una rampa; eso es una política de accesibilidad. El concepto de diseño universal obvia hacer un edifico de varias plantas y concentra todo en una planta única, sin obstáculos de ningún tipo. El concepto se visualiza en las nuevas veredas de Víctor Hugo y Espora, y no en las veredas de Shaw. Esto es una consecuencia de visibilizar el fenómeno de la discapacidad, que era un asunto tapado en Pinamar, un tema tabú y que ya en estos cuatro años que estamos por cumplir pudimos desarrollar a partir de la vereda que hicimos en el ingreso a la Escuela 501. Vemos que tuvimos que comenzar con algo tan básico para luego proseguir con el Centro de Formación Integral, donde los chicos de la misma escuela pueden continuar sus estudios en lo que sería el nivel secundario. Es notorio cómo el censo para determinar la cantidad de personas discapacitadas dejó en claro las necesidades de este sector tras conocerse el número, que supera las 1150.