“Tengo la oportunidad de exponer nuestra obra”

El joven arquitecto pinamarense dará conferencias en una bienal española para la que sus trabajos fueron seleccionados expresamente. Durante quince días de abril vivirá un intercambio con las nuevas corrientes y los popes de la profesión a nivel mundial.

La Bienal de Arquitectura Latinoamericana (BAL) es una iniciativa del Grupo de Investigación AS20 de la Escuela de Arquitectura de Navarra, y se organiza con la colaboración de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, del Ayuntamiento de Pamplona, el Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro, la Universidad de Navarra, el Gobierno de Navarra y el Ministerio de Fomento de España, quienes integran su Patronato. Este mega encuentro no revestiría mayor interés en el ámbito local de no ser porque participará un arquitecto pinamarense. Se trata de Antonio Carrasco, quien ha sido seleccionado, y quien lo hace de manera unipersonal en contraposición del resto de los participantes, que pertenecen a grupos. Pero antes del viaje, el joven profesional tendrá el gusto de ver sus obras compiladas en un libro que publica Weber, lo que nos da la magnitud del trabajo del arquitecto pinamarense.

–¿Cómo se dieron este acercamiento y esta posibilidad?
–En 2016 hubo un salto de la producción del estudio al reconocerse a nivel nacional e internacional, algo que es muy importante en el trabajo del arquitecto cuando se viene trabajando de forma anónima y de repente surge algo como esto. Siempre hay casos en que la prensa especializada o los intelectuales empiezan a prestar atención a las cosas emergentes y eso ocurrió con el estudio en 2016. Ya venían, de mucho antes, haciendo pequeños reconocimientos pero a partir de 2016 por segundo año consecutivo la obra nuestra se reconoce en la bienal de arquitectura argentina. Eso a nivel obra. Después a fin de año tenemos el gran reconocimiento de la bienal latinoamericana, que es lo que vamos a desarrollar este 2017, que es una bienal que busca talentos de toda Latinoamérica, menores de 40 años. Hay que destacar que, este año, de Argentina se reconocieron cinco estudios: uno cordobés, tres de Buenos Aires y acá, perdidos, en Pinamar, nosotros. Entonces es muy valioso que nos reconozcan estando casi afuera de los círculos intelectuales. Los estudios de Buenos Aires están en una movida más intelectual, y más agrupados; además, en el ojo del exterior. Esta bienal es en España, y lo primero que miran es Buenos Aires, que se ponga el ojo en la pequeña obra que nosotros hacemos en Pinamar es muy valioso. A nosotros nos eligen por cinco obras. No podés tener sólo una obra buena; tenés que tener una cantidad de obras con cierta coherencia, eso te sube la regla porque es mucho más difícil conseguir una cantidad de obras que estén en ese nivel.

–¿Qué valores se tienen en cuenta?
–Lo que más se valora es la coherencia, es mantener la misma intensidad en cada obra, la misma intensidad intelectual y de valor en cada obra. […] Esto es posible también por las comunicaciones: si no existieran esas redes, internet, sería imposible que de España vean el Partido de Pinamar.

–¿Esto significa que desde España tuvieron que movilizarse hasta Pinamar?
–La profesión, la arquitectura como el arte, tiene convocatoria y siempre hay grupos de elite que evalúan. En un museo hay un grupo de (curadores) que eligen La Gioconda o las obras de Picasso, y le van dando valor y dirección al arte. Eso se da por los museos o las bienales. Con la arquitectura pasa lo mismo: hay bienales donde uno participa, donde uno presenta las cosas y de toda esa cantidad de presentaciones se elige. De Argentina se presentaron algo así como 25 propuestas de los mejores estudios del país, porque generalmente se presentan quienes están en condiciones, y de esos 25 solamente quedamos cinco. Esta es una bienal que es muy prestigiosa en el mundo, porque marca una línea de dónde tiene que ir la arquitectura de cierta técnica, y eso es muy valioso. Van a ir sólo quince estudios de toda Latinoamérica. Es una oportunidad de mezclar vivencias de cada país, que es buenísimo, aparte de la bienal con estos estudios, hay otro lugar donde están los maestros. Entonces hay una mezcla de los jóvenes arquitectos con los maestros de 60 y 70 años, que son los héroes nuestros. Nos juntamos y va a haber debates, mesas redondas, conferencias, que es lo que compone la bienal. Va a ser una semana íntegra, donde nosotros vamos a estar full time. Tiene tres ciudades satélites: la central es en Pamplona (Navarra) y tiene unos días de exposición en Madrid, otros en Barcelona y en Granada. Mi compromiso es dar conferencias en esos lugares y es ahí donde tengo la oportunidad de exponer nuestra obra. Lo más paradójico es que vamos a presentar obras de los tres partidos costeros: una de Pinamar, una de Villa Gesell y una del Partido de la Costa.

–¿En dónde, precisamente?
–En Villa Gesell, el hotel Vista, que ya fue bastante premiado; tenemos una obra en Pinamar; y una casa en Costa Esmeralda. Son los tres proyectos que exponemos y que es una forma de poner sobre la mesa lo que hacemos.

–¿Cuál es el eje que vincula a estas tres obras?
–Los elementos que relacionan las tres obras son los ejes de nuestra producción arquitectónica, que es la forma de plantear un programa de arquitectura, de buscarle la vuelta, es cómo construimos, y es cómo le damos determinadas condiciones al espacio, que eso es fundamental, y lo más importante es que toda esa ensalada de herramientas la tenemos que llevar a lo mínimo indispensable, que es lo más complejo, que las obras parezcan simples pero en su interior son muy complejas, pero a la vista de la gente tienen que ser súper sencillas. Por ahí hay un detalle que parece simple pero construirlo es difícil; al respecto nosotros no hacemos mención de ello.

–¿Este recorrido forma parte de un camino que te trazaste previamente?
–Sí. Se va trazando de a poco cuando determinados acontecimientos en la vida nos van diciendo que vamos por buen camino.