Todo se transforma

Por Fernanda Grimaldi. Consultora especialista en comunicación y marketing. Licenciada en relaciones públicas, con maestría en comunicación institucional y posgrado en recursos humanos.

Cuando me preguntan a qué me dedico me defino, entre otras cosas, como alguien que acompaña a otros en sus procesos de crecimiento, cambio y desarrollo a nivel personal y profesional. En esto la comunicación es el nutriente más importante no solo para vincularse, expandirse y darse a conocer. Pero sin dudas es el autoconocimiento lo que marca la diferencia. Y esto es fundamentalmente tener una buena comunicación, contacto y conexión con uno mismo.

Como dice Manuel Tessi, autor de la metodología Comunicación 1 A, la comunicación siempre empieza con uno mismo. La comunicación intrapersonal es esa suerte de auto-comunicación que una persona mantiene consigo misma, fundamentalmente a través de la palabra pensada. Y, como toda forma de palabra, el pensamiento tiene poder creador, generador de realidades, sobre nosotros. En general se cree que los mensajes intrapersonales son manejados a nuestra voluntad pero en realidad es lo opuesto. Internamente tenemos nuestro propio yo que nos repite muchísimos mensajes que no son propios pero que se camuflan y se hacen pasar por nosotros mismos. Y nos condicionan.

El autonocimiento es fundamental. Ya se sabe que no hay nada más difícil que liderarse a uno mismo. Justamente cuando se puede desenredar esa madeja de mensajes, pensamientos y creencias y empezar a distanciarnos de algunas cuestiones es cuando podemos canalizar esa energía y desarrollar una comunicación con los demás más efectiva.

Quien acompaña en esos procesos es un compañero de ruta. Precisamente el significado y origen etimológico de la palabra acompañar es compartir el mismo pan. En este caso trato de compartir un camino trabajando con el otro posibilitando que pueda ampliar su mirada, utilizar algunas herramientas, traducir de manera clara y precisa los propios deseos y metas para transformarlos en mensajes y acciones que los potencien y posibiliten alcanzarlos. Aparecen diferentes posibilidades de acuerdo a lo que cada uno busca, necesita, hizo, aspira y por sobre todas las cosas el nivel de compromiso y dedicación que se decide asumir.

Exige poner a disposición todos mis recursos, experiencia, capacidad de escucha, análisis, atención, investigación y creatividad. Cada caso es diferente a pesar de que haya coincidencias en algunas cuestiones. Hay algo en común en todas las personas que deciden sumarme en su proceso de crecimiento y desarrollo y es que en todos los casos ya han buceado internamente y han llegado a identificar algunos de esos nudos que los están trabando o herramientas que les faltan y quieren incorporar. Tienen un nivel de apertura y curiosidad superior a la media y es por ese motivo que les resulta natural y hasta lógico sumar a alguien que los acompañe y les permita llegar de manera más directa a su objetivo.

A nivel organizaciones es exactamente igual. Una empresa o institución que está necesitando mejorar procesos, estilos, comportamientos, creencias que están impidiendo que fluya la energía adecuada a través de una comunicación indefectiblemente va a tener que atravesar un proceso profundo de conexión y sinceramiento en algunos temas.

Si la palabra crea realidades, la palabra pensada crea la primera realidad. La crea dentro nuestro. Pero ¿cómo nacen nuestros primeros pensamientos y emociones? De palabras adultas. Nacen en nuestro hogar, de algunas mentiras piadosas o cuentos de hadas que cuenta mamá. Nacen en el colegio, de algunas verdades, verdades duras, que no parecen cuento. Y esto sucede a nivel organizacional. Por eso es imprescindible el trabajo de arriba hacia abajo. Porque quienes fundan, dirigen y lideran esasinstituciones deben reconocer la malaorganización, falencias o cuestiones que no están funcionando y que están impactando en sus resultados. Porque los resultados numéricos se visualizan en el cuadro de resultados. Y para cada indicador se necesita un combustible que es intangible pero vital y determinante para alinear esfuerzos, reconocer logros, identificar oportunidades de mejora, innovar y dar saltos de calidad, lograr tener el mejor equipo posible. Y no es nada más que humanizar la organización, porque si se reconoce que está dentro de cada uno la mayor parte de lo que se necesita para lograr casi cualquier cosa, lo que se necesita es destrabar el candado que limita y condiciona, abrir y expandirse para que todo crezca. Y si eso no es comunicarse, qué es.