Told you so

Por Martín Melia. Contador público (UBA)

Si hay algo que siempre destaqué de este gobierno nacional, popular y altamente sensible, fue su política crediticia. Soy un convencido de que, para que cualquier economía funcione en el largo plazo, debe tener dos pilares (entre otros): prestar plata y endeudarse. El tema son los plazos, los acreedores y el destino de los fondos.

Ahora bien, ningún gobierno de los últimos que se jactaron de hacerlo tuvo la política que sí tiene este gobierno. Prestemos plata al que lo necesita, solucionemos los problemas habitacionales y vivamos todos felices y sonrientes.

Hace unos meses explicaba y advertía sobre estos préstamos. En la actualidad, los préstamos hipotecarios a las familias otorgados por el conjunto de bancos alcanzan a representar sólo 0,5% del PBI (frente a un promedio de aproximadamente 15% para una muestra de países de economías emergentes). Podría llegar al 1%, pero igual seguimos far far away. En este marco, los créditos hipotecarios en UVA (unidad de valor adquisitivo) han venido tomando relevancia desde su creación. Los créditos UVA son la bomba.

A diferencia de los préstamos hipotecarios tradicionales, en pesos y ajustados a una tasa de interés nominal en la mayoría de las veces variable, estos créditos UVA tienen una cuota inicial mucho menor para cada monto y plazo determinados. En un crédito en UVA no es necesario que las cuotas iniciales busquen compensar la eventual pérdida futura del valor real del monto prestado en un contexto de inflación. Esto se debe al mecanismo de denominación utilizado, que se relaciona con la evolución del índice general de precios, que evita la licuación del capital adeudado (¿qué pensabas, que los bancos iban a perder?). Otra diferencia con los créditos a tasa de interés nominal, donde las cuotas iniciales tienden a ser tan altas porque al tomador del crédito se le pide desembolsar en un año aproximadamente un cuarto del monto del préstamo obtenido. Hoy, la tasa de interés fija se duplicó. Ya estamos mal. Además de que para los créditos tradicionales la barrera de ingreso en tremenda. Te piden que hasta el grupo sanguíneo sea compatible con el de algún directivo del banco. Olvidate.

Por su característica, el crédito en UVA tiene un efecto potencial de ampliar el acceso a la compra de la casa propia, porque en hogares con ingresos menores se puede acceder al servicio por primera vez; también, en el caso para un mismo nivel de ingreso, los solicitantes pueden acceder a un monto de préstamos (y valor de la vivienda) mayor.

Hasta ahí, linda historia. Todos felices. Fuiste al banco, presentaste pocos papeles, algunos hasta de dudosa procedencia, te dieron la platita y te compraste tu casa. Por supuesto que pasaste por una inmobiliaria habilitada y tomaste posesión. Sólo ahora te resta pagar 360 cuotitas de valor casi incierto. Es probable que pagues la primera cuota, la segunda, la tercera y hasta la cuarta feliz porque todavía venís con la emoción de ser dueño primerizo. El tema es que, luego, en el contexto macroeconómico que estamos viviendo, te vas a dar cuenta de que esa cuotita ya no es tan fácil de pagar, y que tu sueldo no aumentó en relación con la cuota, por lo que estás destinando una mayor proporción del mismo a pagar la cuota, así no entrás en mora y evitás que el banco te mande a los muchachos de morosos incobrables (dejá de darte gustos como comprar alimentos de primeras marcas, tené dignidad).

Si bien este sistema es fantástico desde lo ideológico, en su aspecto práctico está complicado. El principal problema es la inflación y la no intervención oportuna del Estado. Lo peor que nos podría pasar es que nos dejaran en manos de los bancos. Prefiero que me preste plata el dueño de las estaciones de servicio. Si el Estado no interviene, es muy difícil que pueda tener éxito en un país como Argentina, con inflación, con descrédito y con falta de confianza de quienes quieren invertir ese dinero para que otros lo tomen prestado y sea transformado en un crédito hipotecario. La economía es la esperanza de la gente y, si no hay confianza y no hay certidumbre, todo esto es un castillo de naipes.

Pero el problema, no es sólo el valor de la cuota, que en a la fecha ya superó la del sistema tradicional, sino que tu capital se actualiza. Esto es lógico porque vos al banco le debés UVA, no pesos. Si la UVA aumenta, tu capital también lo hace (dale, no seas boludo y razoná un poco). El problema es que, así, cada vez debes más y no lo vas a terminar de pagar nunca o hasta que “Ellos” vuelvan, que es lo mismo. La letra chica es que lo que no pagues ahora, por un límite en la relación cuota-ingreso (este año los salarios pierden con la inflación), lo más probable es que lo agreguen al capital, al final del plazo, y cuando pienses que estás terminando de pagar todo el préstamo te vas a encontrar con los nietos de Él y Ella quedándose con tu casa, como hicieron en Santa Cruz básicamente. Ahora, en serio (antes también). Hay que tener cuidado y analizar todas las variables antes de tomar estos prestamos, por lo menos hasta que pase la tormenta. Esta tormenta generó entre otras cosas tasas de interes lapidarias que repercuten directamente en los préstamos. Cuando ves que el banco te paga mucho por un plazo fijo, no festejes, preocupate.

Ahora bien, si vos estás leyendo y ya tomaste el préstamo, lo siento mucho. Si estás en vías de tomarlo, puede que suceda lo siguiente, que es algo que ya vimos este último mes. El banco te va a prestar UVA, que equivalen a un monto determinado de dinero. El dólar aumentó más del 70% en los últimos meses y la inflación va a cerrar en un 50% anual. Dependiendo del momento en que tomaste el préstamo, si todavía no te llamaron del banco para notificarte del dinero, es probable que con este dinero no puedas comprar los dólares suficientes como para pagar la propiedad que imaginaste.

Es decir, en nuestro país, sabemos que la moneda que manda es el dólar y las propiedades responden a ese billete. Si empezaste el trámite con el dinero justo, estás en el horno, porque no te va a alcanzar y, a no ser que algún concejal te preste guita, te vas a quedar sin el pan y sin la torta. Recordá que el éxito de esta modalidad de crédito hipotecario sólo será posible en un contexto de descenso sostenido de la inflación y de estabilidad cambiara.

Te comento esto nuevamente para que lo tengas en cuenta antes de decidir qué hacer. Es sólo una advertencia que ya hice tiempo atrás.