A escasas dos semanas de las elecciones generales, Javier Pizzolito, primer candidato a concejal de Cambiemos, y el intendente, Martín Yeza, hacen un análisis del lapso que los separa de la contienda electoral. Se los ve distendidos. Es muy probable que en unos minutos Pizzolito retome la actividad, de cara a la comunidad. Yeza, por su parte, está más calmo. Ambos tienen la certeza de que el escaso tiempo que resta es el de dar a conocer la propuesta, recordar lo hecho y apostar al futuro que los tendrá como protagonistas y volcar su esfuerzo para que ello ocurra en la mayor medida.

El candidato es el primero en referirse a su momento, a este momento que lo muestra distendido: “Estoy muy entusiasmado. Me ha tocado charlar con los vecinos en la previa a las PASO de un montón de cosas que se venían y hoy, al salir a recorrer el partido y empezar a toparse con esas cosas que veníamos anunciando, eso genera un disfrute, un regocijo, y la certeza de que uno está comunicando con la verdad, que están llegando soluciones, que están llegando obras que nos van cambiando la vida de a poquito”.

Se puede decir que las obras formaron parte de las primeras metas trazadas por el intendente. Aunque Yeza no lo admita, seguramente la gran cantidad de obras supera las expectativas y lo alienta a seguir adelante.

“Todas estas obras que, durante tantos años, muchos partidos políticos han propuesto, al empezar a hacerse carne lo que plantean también es que ahora más que promesas no queda más que mirarnos a los ojos entre nosotros y empezar a encontrar las coincidencias porque hicimos lo que cualquiera hubiera hecho en nuestro lugar, lo empezamos a lograr y ahora nos queda un trecho largo hacia el futuro. Asumimos en una ciudad donde tal vez estaba esta sensación de que ‘Pinamar ya no es lo que era’ y, si bien Pinamar sigue muy cerca de ese concepto, genera esperanza ver que la ciudad está en obra, está en movimiento. […] Estamos vistiendo de gala nuestra ciudad para que los pinamarenses volvamos a tener una ciudad hermosa y que nuestra industria, que es el turismo, esté jerarquizada”, asegura el mandatario.

Obviamente, el engranaje de la campaña funciona más aceitado, especialmente si las obras se visualizan y no se quedan en una expresión de deseos. Javier tiene la conciencia de que los vecinos avizoran el cambio, que notan la mejoría y que, como a todo ser humano, los cautiva la esperanza de un futuro promisorio. Él cree que se acabó el tiempo de seguir mirando hacia atrás. Hoy nota que la gente lo para en la calle para referirse a lo hecho y a lo que se viene y que en no pocos casos muchos se sinceran admitiendo que van a cambiar el voto ante lo irrefutable del trabajo realizado: “La verdad que no los acompañé en las elecciones anteriores pero lo que veo me está gustando; empecé a ver obras que nos hacían falta como pinamarenses”.

Un aspecto del perfil de Javier Pizzolito es que siempre pone en valor las obras que benefician la vida de la gente, que la mejoran, sin que ello signifique no valorar aquellas que se visualizan: “En semejante volumen de obra creo que lo importante es que podamos discutir y sacar los proyectos lo más redondos posibles, pero básicamente creo que teníamos una deuda pendiente con la limpieza de la ciudad. El hecho de haber podido equipar y jerarquizar todo el parque de herramientas del corralón y así los empleados municipales tener con qué empezar a trabajar se vio, innegablemente se vio una mejora en el servicio de limpieza, en Servicios Urbanos, de mantenimiento de la ciudad y creo que la clave en este segundo periodo de mandato de la gestión de Cambiemos es poder acoplar la responsabilidad de los vecinos a este esfuerzo del Estado. Entonces, me parece que nos debemos una legislación que ordene las cosas, que obligue a seguir cumpliendo el cronograma de servicios urbanos que está pautado; incluso uno lo puede ver en la página web del Municipio, pero también decir: ‘Como vecinos, nos vamos a acoplar a ese cronograma, a esa programación y vamos a potenciar esto, que es un esfuerzo del Estado pero finalmente el Estado somos todos’, y que, si eso lo podemos lograr desde el Concejo con una ordenanza como Pinamar ciudad limpia, obviamente los resultados van a ser mucho más potentes”.

Si uno hace memoria, las imágenes de la gobernadora, María Eugenia Vidal, recorriendo Pinamar y sus instituciones deportivas tienen su peso. Cuenta Yeza que, cuando la oportunidad se da, pregunta por alguna institución o por algún nombre que por algún motivo le ha quedado grabado.

Luego de dos años de gestión Yeza ha acortado caminos, tiene otro trato, se ha generado otra confianza con la figura que más ha crecido a nivel nacional, no obstante que su quehacer lo desarrolle en el ámbito provincial.

“Hay cosas que le generan a uno un sentimiento, y no necesariamente por cómo la ve uno en la tele, sino al tener el vínculo cercano que es verla en lo privado, en lo particular, en el chat de Whatsapp, y ver que la misma persona que la gente ve en la televisión es la misma persona que vos ves cuando estás compartiendo un mate y que es una gobernadora que, cuando tenés un minuto, ese minuto lo aprovecha para pedirte que no aflojes, que sigamos haciendo, que no perdamos la humildad, que tenemos que seguir haciendo tantas obras que todavía hacen falta. La verdad que es muy lindo ser parte de un equipo donde tenés una gobernadora que está pensando, te pregunta cómo anda el club Nuevo Amanecer, hasta la ves con el rostro determinante y con una mirada desafiante. Le pedimos a la gente para este 22 de octubre que nos pueda acompañar. La verdad es que los necesitamos. Quedan batallas por dar, queda un camino para seguir construyendo hacia el futuro, y ese camino lo vamos a hacer juntos”, admite el intendente.

Llega el momento en que la charla concluye. Se nos ocurre proponerle a Martín Yeza que asuma por un momento el rol de periodista y que pregunte. Sin hacerse rogar, emite su pregunta. Está referida a saber si Javier es feliz, si se siente bien con la decisión que tomó…

–Y, yo te contestaría… Creo que esto, sin lugar a dudas, merece la pena. Hoy decía que la clave está en disfrutar lo que uno hace, y yo formé un equipo de voluntarios, que trabajan codo a codo en las mesitas, doblando boletas, atendiendo a vecinos; eso nos motiva a todos porque estamos detrás de un mismo objetivo, que es trabajar con los vecinos para que Pinamar esté mejor.