Turismo rural en Argentina (1)

No resulta fácil encontrar un único concepto que exprese lo que se entiende por Turismo Rural en Argentina porque depende de las características naturales, geográficas y etnológicas de cada país y de su cultura rural.

Evidentemente la organización de cada espacio rural tiene que ver con el tipo de sociedad que habita ese territorio, con sus procesos productivos, con el desarrollo tecnológico aplicado a los procesos productivos, sus formas y tipos de cultivo, las redes de comunicación y flujos con los núcleos vecinos, entre otras causas.

Por ello cuando se habla de turismo rural en Argentina (América) no se puede comparar ni tiene las mismas características que el turismo rural en Francia (Europa) o en Senegal (África). También existen diferencias sustanciales en cada continente: no es lo mismo hablar de turismo rural en Brasil, en Chile, Venezuela o Argentina, porque son diferentes las relaciones que cada cultura establece con la tierra en el proceso productivo y habitacional.

Por otro lado, la dificultad de definir turismo rural está condicionada por el hecho de que es un concepto compuesto por dos términos que son objeto de diferentes definiciones: turismo y rural. Al tratar de relacionar los dos términos se puede decir que el turismo recibe el calificativo de rural cuando se inscribe en un ámbito geográfico específico: el espacio rural, aquel dedicado a los procesos productivos rurales y que resulta ser un territorio transformado por el hombre.

A partir de esta conceptualización es importante hacer una reflexión sobre la nueva ruralidad en Argentina. Históricamente las áreas rurales eran aquellas dedicadas a la producción agrícola con muy baja densidad de población y con una casi total insuficiencia de servicios e infraestructura de todo tipo. El modo de vivir de la gente de campo se consideraba la antítesis de lo urbano y moderno. Evidentemente la imagen de la ruralidad actual dista diametralmente de ese escenario por diversos motivos: las relaciones sociales campo-ciudad son más abiertas y continuas, ha mejorado notablemente la calidad de vida rural apoyada por la llegada de los servicios fundamentales al campo que mejoran su aislamiento y han permitido que se sumen otras actividades económicas, distintas a las agrarias.

La pluriactividad y la agricultura a tiempo parcial son nuevos componentes de la ruralidad de nuestros días. Por ello una imagen actual del mundo rural se caracteriza por la diversidad de actividades. Lo agrario no es más la única actividad del campo, y el turismo se inserta en un ámbito de gran complejidad y de variada diversidad. De este modo, el espacio rural no es sinónimo de espacio agrario. Los campos han dejado de ser espacios monofuncionales para pasar a ser multifuncionales.

Sin embargo, la transformación de los espacios rurales no ha sido idéntica en cada región. La evolución del sector agrario está ligada a procesos de industrialización, de tercerización económica y de desarrollo urbanizador que también afectan a la mayoría de los países del mundo. En este marco de reestructuración productiva del modelo económico vigente, se han detectado cambios radicales en los espacios rurales, a saber:

  • Se ha favorecido la instalación en el ámbito rural de pequeñas y medianas empresas industriales y de servicios orientadas a diferentes mercados.
  • Se observa un crecimiento de actividades recreativas: complejos recreativos, campamentos, alojamientos de diversa tipología, parques temáticos y salones para fiestas.
  • Existe un crecimiento de áreas residenciales o barrios cerrados que sacan del circuito agrario terrenos productivos y/o áreas marginales.
  • Se advierte en general un fenómeno de retracción del flujo de población rural a urbana, a veces en forma temporal, a partir de la revitalización de determinadas zonas por la diversificación productiva superadora de la agricultura como única actividad agraria.
  • Se impulsa por parte de las administraciones locales las iniciativas no agrarias con la radicación de industrias y empresas de servicios.Una externalidad negativa es la ubicación de actividades contaminantes o peligrosas (plantas de tratamiento de residuos, cavas ladrilleras, canteras o minería a cielo abierto).

Evidentemente este nuevo escenario trasciende lo meramente agrario y en su interacción nos devuelve otra representación de lo rural que no podemos obviar, a fin de trabajar con una imagen real y actual del turismo rural.

Continuará…