Un mundo de certezas e incertidumbre

Los protagonistas del mañana, los estudiantes de hoy, deberán construir su recorrido en un campo cambiante. Es el momento en que los futuros profesionales se capacitan para el gran desafío de jugar su chance dotados de conocimiento. UADE aporta sus docentes, los rota y los acerca a la región para instalar nuevos temas de debate.

El director de la Licenciatura en Gobierno y Relaciones Internacionales, Jorge Argüello, dictó clase durante la jornada del martes pasado. Ansiosos, alumnos siguieron con atención sus conceptos y evaluaciones acerca del tema Malvinas y su relación con la salida de Gran Bretaña de la comunidad europea.

Este proceso forma parte de una clara intención de la universidad para atraer a su cuerpo docente a la comunidad, ya que, en los tiempos actuales, los futuros profesionales se encuentran con una cercanía palpable con otros países no necesariamente limítrofes y es positivo familiarizarse con esos nuevos espacios.

Argüello refuerza el concepto: “Yo creo que hay un desafío que la universidad ha decidido asumir, que es la rotación de su cuerpo docente en las distintas sedes que tiene, con la idea de ir provocando el debate en torno a las nuevas cuestiones que están apareciendo. En ese sentido, yo dirijo la carrera de Gobierno y Relaciones Internacionales de UADE. Es una carrera en crecimiento que nos marca cuál es el interés y cuáles son algunas de las consecuencias de este proceso global que estamos viviendo. Provocar y promover este tipo de intercambios en los distintos ámbitos de la universidad y lograr insertar estos debates en el tejido social de Pinamar y los municipios de la región. De esta manera la universidad estaría cerrando el círculo de su compromiso con la sociedad, que no solamente es educar a los más jóvenes sino participar del debate de la comunidad aportando los elementos académicos necesarios”.

Hoy es importante para las nuevas generaciones tener conocimiento de un contexto global cada vez más complejo. El reto en este nuevo mundo no está dirigido, de manera exclusiva, a quienes habitan los grandes centros urbanos sino también a aquellos que han acortado las distancias con el pensamiento elevado que dan la excelencia académica y las circunstancias de convivir con nuevas herramientas que acercan el mundo, en algunos casos tornándolo inmanejable.

Para el profesor Argüello, pareciera que los fenómenos de la política internacional fueran cíclicos, con desarrollo y desenlace incluidos. Él testifica que ese mundo cambiante que observamos azorados ya lo ha visto en otros momentos de la historia. Sin haberlo convenido de antemano, la charla toma como eje a su especialidad, las relaciones internacionales, y hace pie en la juventud y su búsqueda, ahora más facilitada para trasponer las fronteras, no sólo las limítrofes sino aquellas que el mismo hombre construye a través de diversos mecanismos.

Se entiende que el mundo siempre fue cambiante pero nunca tan vertiginoso.

“La gente joven claramente se desplaza en búsqueda de oportunidades laborales, de nuevos lugares adonde desarrollarse. Cuando mi padre se mudó de Córdoba a Neuquén, que fue cuando yo nací, fue para siempre. Las mudanzas hoy tienden a ser precarias. Hay como una actitud de búsqueda y yo creo que esto tiene que ver con la globalización y con el cambio del espíritu de la época. Esta modalidad no es ajena a la sensación de incertidumbre generalizada que está viviendo el mundo. Yo crecí en el mundo de posguerra, que era un mundo de certezas; no era justo pero era un mundo de certezas”, asegura.

El docente trae a colación el mundo de posguerra y nos invita a reflexionar, ya que, como se sabe, las grandes guerras marcan cambios profundos en la historia. Luego de 1945, una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, los países ganadores de la contienda diseñan un sistema de reglas e instituciones que van a regular el mundo en las épocas posteriores. Argüello recuerda que se forma la ONU, la Corte Internacional de Justicia, aparece la Asamblea Mundial de la ONU, donde cada país tiene un voto y es el máximo recinto de la democracia planetaria. También se crea el Consejo de Seguridad, que da fe de que en la guerra hubo cinco ganadores, donde cada potencia se reserva el derecho de veto, por medio del cual estos países pueden vetar cualquier resolución que la comunidad internacional tome.

Se trata de organismos creados para establecer el equilibrio pero que en realidad lo son para una toma de conciencia colectiva acerca de los resultados de la guerra. También aparecen las denominadas empresas de Bretton Woods: el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y lo que luego sería la Organización Mundial de Comercio.

“Atravesamos un mundo signado por la Guerra Fría y que, como dije, no era un mundo justo, pero era un mundo con reglas que hoy están todas relativizadas. Ese cuerpo normativo está verdaderamente relajado o superado por la realidad. Esto es lo que explica que en el mundo exista lo que hoy se llama G20, que es un foro conformado por las veinte economías del mundo que se auto-reconocen y auto-eligen para integrar este grupo. Estamos en un mundo de transición, donde las certezas se han ido transformando en incertezas. Donde países como el nuestro deberán hacer un gran ejercicio para encontrar su lugar en el mundo. Porque no se trata sólo de reinsertarse en el mundo; hay que definir en qué mundo queremos hacerlo y de qué manera lo vamos a hacer”, afirma, para luego tomar un ejemplo reciente con nuestro país, que aparentó integrarse a la comunidad mundial pero que en ningún punto alcanzó sus objetivos, ya que no logró inversiones foráneas ni tener una participación en el comercio mundial”, agrega.

Algunos pensarán en el mañana de sus hijos; otros, en su futuro, pero es evidente que los escenarios son desafiantes y es necesario capacitarse e incorporar las herramientas del conocimiento que no son vulnerables a los vaivenes económicos y que cotizan en el mercado de las decisiones importantes.