Un nuevo y fallido intento

La vieja costumbre de colmar el recinto del Concejo parece retornar a las sesiones del legislativo. En este caso a instancias del gobierno, el pedido de aumento presupuestario fue tratado pero sin que se lograra su aprobación.

La semana legislativa arrancó con una sesión extraordinaria convocada por el Departamento Ejecutivo, a fin de dar tratamiento a un nuevo pedido de aumento del módulo y, además, un proyecto para reducir los descuentos a residentes y hoteleros. En un tercer intento, desde Shaw 18 se buscó conseguir más dinero de parte de un HCD que luego de las elecciones, y a pesar de la victoria oficialista, hoy, está en manos de la oposición.

Al parecer, la administración de Martín Yeza no estaría dispuesta a dejar las cosas en el 16,9% de incremento que el HCD le autorizó, por todo concepto, en las dos asambleas de concejales y mayores contribuyentes realizadas entre diciembre y los primeros días de enero de este año. Será por eso que insistió con un nuevo pedido de aumento que, junto a la reducción de los descuentos, la devolución del expediente del presupuesto (que seguía en el HCD desde el primer proyecto de aumento) y un repudio a la reforma previsional (planteado por el FPV), conformó la sesión extraordinaria del lunes.

Con presencia de empleados municipales y hoteleros, el recinto estaba a tope. Ya antes de comenzar la sesión, un tema fuera del orden del día hizo que comenzara un debate, a raíz de la denuncia hecha por una vendedora ambulante hacia un funcionario del Ejecutivo y que se había acordado acompañarla a la fiscalía. Esto desató la diatriba del bando oficialista sobre cuestiones técnicas acerca de lo que debía o no hacer la presidenta (claramente la pérdida de la presidencia del HCD es difícil de digerir, y sigue siendo una herida abierta en el bloque Cambiemos) y que terminó con el comienzo de la sesión, votando en cada punto la urgencia e interés público, tal y como lo determina el artículo 68 de la Ley Orgánica de las Municipalidades.

Antes de someter a votación la correspondencia o no de su tratamiento, Guillermo Migliorini dijo que su bloque había pedido la palabra para asegurar que Propin no acompañaría los dos primeros puntos (los pedidos por Yeza) por no estar de acuerdo con un nuevo aumento en esta época, y luego de dos asambleas de mayores contribuyentes. Dentro de los argumentos esgrimidos, planteó que no haber una mala planificación y contar con una buena fiscalización se generaría una mayor recaudación para el Municipio. Por otro lado, y ya adelantándose en el punto tres, dejó claro que se requería la devolución del expediente de presupuesto, para que el Ejecutivo lo rehiciera con los incrementos y tasas aprobados con anterioridad. Y, además, aseveró que Propin no tendría inconvenientes en rever un nuevo aumento, pero a mediados de año.

La respuesta no se hizo esperar. Alejandra Apolonio planteó que, al querer devolver el expediente del presupuesto, se estaría pidiendo un ajuste que el Ejecutivo no pretende hacer; una idea bastante peculiar, si se la toma de manera literal, puesto que cualquier cambio que se haga se daría con más presupuesto que el del 2017, que es el que está en funciones en este momento. Pero, se podría inferir que la idea de la concejal era explicar que la gestión Yeza no está dispuesta a ceder en el monto pedido, sobre todo porque finalizó su alocución con un pedido de acompañamiento, tanto para el aumento del módulo como para la reducción de los descuentos. El bloque Cambiemos continuó la defensa de los pedidos (bajo la atenta mirada de los secretarios de Gabinete y Gobierno). Mientras la concejal Camila Merlo planteaba que, de no aprobarse los dos primeros puntos, los servicios que utiliza la comunidad recibirían el mayor impacto, Augusto Urrizola hacía lo propio especificando cada uno de los servicios que se verían afectados y, entre aplausos del Sindicato de Trabajadores Municipales de Pinamar, dijo que no se podrán sostener los lugares de trabajo. En devolución a estos dichos, Gregorio Estanga explicó que la recaudación ha sido alta este último año, que, con los aumentos otorgados y en función de la inflación estimada, el dinero para sostener los servicios y las fuentes de trabajo está en manos del Ejecutivo, por lo que no necesitaría un aumento más.

El debate fue extenso, tenso, con muchos insultos y gritos de parte de los presentes, cada uno defendiendo su parte de razón. Sin consenso, tal y como se suponía desde el principio del día, los dos primeros puntos terminaron desestimados por ocho votos negativos y la aprobación de los concejales de Cambiemos.

Al tratar el tercer punto, la remisión del expediente de Presupuesto, la votación fue exactamente opuesta: por ocho votos positivos y seis negativos, se decidió someter a tratamiento este tema y luego se lo aprobó.

Luego, antes de votar el último punto, el debate se intensificó, sobre todo porque se trataba de un repudio a la reforma previsional, un proyecto de ley nacional que ha generado discusiones en medios y redes sociales. Por otro lado, Urrizola, un poco desplazado del centro de la escena con la llegada de los nuevos ediles, pedía a los gritos que al menos se aprobara un proyecto (que él traía impreso, listo para hornear) que autorizaría al Ejecutivo a reducir los descuentos en caso de necesitarlo. Quizás a fin de bajar un poco el nivel de las discusiones, se acordó trabajar en el proyecto y en todo caso llamar a una nueva extraordinaria para tratarlo. Pero, mientras Apolonio pedía que fuera el martes mismo, desde la oposición se pedía tiempo para analizarlo.

Claramente sin acuerdos, y tal vez con la idea de dejar el resto de la batalla para otro día, el bloque FPV, autor del proyecto del último punto, mocionó un pase a comisión, que fue aprobado por unanimidad; y con eso se dio por finalizada la primera sesión extraordinaria de 2018.