Una Patria inclusiva, con tierra, techo y trabajo para todos

Enviado por el equipo de comunicación de la parroquia Ntra. Sra. de la Paz

Si este sábado venidero se festeja el Día de la Virgen de Luján es porque en la misma fecha de 1887 el papa León XIII celebró la coronación canónica de la imagen, cuyo primer santuario había sido erigido más de un siglo antes.

Según el libro escrito por el padre Juan Guillermo Durán, la representación de la Inmaculada Concepción, que medía 38 centímetros de altura y se hizo con arcilla cocida, recaló inesperadamente a orillas del río Luján.

Fue donde los navegantes que la traían de Pernambuco, Brasil, acamparon, camino a Córdoba, y recibieron la señal de que la determinación de la virgen era quedarse en lo que hoy es la villa de Luján, para amparo y veneración de los pobladores de la zona. Tal es así que en torno de esa milagrosa decisión se erigió la Basílica y alrededor, la ciudad.

Advocación de la virgen María, como también lo es Nuestra Señora de la Paz, el paso de los años la convirtió en Patrona del antiguo Virreinato del Río de la Plata; y luego de Argentina, Uruguay y Paraguay.

En nuestro país todos los años congrega multitudinarias peregrinaciones; la más tradicional es la caminata convocada por la juventud entre fines de setiembre y comienzos de octubre.

Una semana antes del Día de la Virgen de Luján, Pinamar conmemoró el día de San José obrero, patrono de los trabajadores y de la capilla en el ejido urbano. Luego del triduo (rezos y rituales) entre el miércoles y el viernes previos, el sábado 1° de Mayo se ofició la misa vespertina en San José, con la tradicional bendición de las herramientas en el atrio.

En su carta apostólica Patris corde, Francisco definió al padre nutricio de Jesús como un “carpintero que trabajaba honestamente para asegurar el sustento de su familia. De él, Jesús aprendió el valor, la dignidad y la alegría de lo que significa comer el pan que es fruto del propio trabajo”.

El obispo Gabriel Mestre, en su mensaje alusivo, compartió la frase del Papa en la encíclica Fratelli Tutti: “Es posible anhelar un planeta que asegure tierra, techo y trabajo para todos”.

Aunque se lamentó que las “tres T”, que condensan muchos principios de la Doctrina Social de la Iglesia de siempre, estén fuera del alcance de muchas familias de nuestra Patria, y exhortó a la dirigencia política, social y religiosa a construir una Argentina inclusiva.