Una acción solidaria con impronta pinamarense

La campaña Un abrigo para el amigo invisible cumple 26 años el penúltimo sábado de julio.

Basta navegar Google en busca de antecedentes y eventos que congregue esta demostración de amor por el prójimo para comprobar que la parroquia de Pinamar figura casi como un caso excluyente de acción solidaria de esta naturaleza, en la que participa codo a codo toda la comunidad de la ciudad cabecera y las localidades de Ostende y Valeria del Mar. Propicia la donación de zapatillas, zapatos y ropa para bebés y niños por parte de los vecinos a Cáritas local a fin de que los redistribuya entre las poblaciones más necesitadas del partido.

La participación ha ido creciendo con el transcurrir del tiempo y se convirtió en un clásico pinamarense de la caridad que complementa a las colectas nacionales de Cáritas. Moviliza a más de un centenar y medio de voluntarios, entre jóvenes y adolescentes, bomberos, scouts, catequistas y laicos, en diversas acciones, que comenzaron el jueves con la recolección de ropa y alimentos en los colegios primarios y continúan en las misas del fin de semana.

El programa culmina con la recorrida que el contingente de jóvenes y adolescentes, junto a los bomberos, scouts y catequistas realiza por las calles de Pinamar, Ostende y Valeria del Mar para recibir donaciones y así poder llevarlas a las capillas del barrio San José y Laura Vicuña, de Ostende, para ponerlas a disposición de la Cáritas perteneciente al partido.

En las anteriores campañas se había tomado como referencia la marca de 5000 prendas para adultos, las 1500 para niños, las 150 para bebés, casi 500 pares de calzado y media tonelada de alimentos, que en poco años multiplicó las cantidades en el caso de la indumentaria, con 9011 prendas, 4800 unidades de ropa vendida y 415 alimentos entregados.

“Las Sagradas Escrituras dicen que el que da con alegría y generosidad, recibe mucho. Y creemos en esto. Es por eso que agradecemos el esfuerzo que puedan hacer”, afirmó el presbítero Marcelo Panebianco.

Es el mensaje que transmite el párroco a los catequistas que compartieron el lunes pasado, y lo harán de nuevo el siguiente, los dos encuentros de formación de todos los niveles. El propósito es que éstos a su vez difundan el espacio de acompañamiento al prójimo que lo necesita con el énfasis con que predican la Palabra.

Se trabajan en estos cónclaves temas vinculados con los sacramentos, la eucaristía y partes de la misa con el propósito de esclarecer el significado real del compromiso con la misión evangelizadora.