Una crítica encendida y comprometida

Sin pelos en la lengua, el arquitecto Cambre dice lo que otros callan con relación a la audiencia pública referida a la actualización del COU.

“Yo no tengo miedo de decir las cosas como las siento. Pero ¿quiénes eran los que defendían el proyecto, el otro día, en la audiencia pública?”, se pregunta en voz alta el arquitecto Fabián Cambre.

Su interrogante surge ante la evidencia de que los profesionales asistentes a la pretendida audiencia se encuentran divididos, alguien dirá enfrentados, por la reformulación del Código de Ordenamiento Urbano (COU), que parece ser la máscara de un conflicto de intereses más que una lucha por el bien común, un concepto más usado en la verborragia del discurso que en la práctica.

“No te quiero comprometer pero sí, Pablo Vilas, “Palito” García que trabaja en el CAAIP, funcional a los cuatro de siempre, quienes tuvieron el poder de Pinamar. Yo te voy a decir, él es el que hizo el edificio, ese paredón que está frente a la plaza de Ayudar nos hace bien. Todo ese frente que está pasado de COU, FOS, FOT, de todo… es parte de los que deciden eso. Mabel Dolhare, quien se ha pasado en el Concejo haciendo excepciones tras excepciones. Mabel Dolhare, para que lo sepa también la comunidad de Pinamar, que es quien dice defender también el COU, era quien tuvo que ver con la denuncia cuando abrieron la calle en Falucho y San Martín, cuando abrieron la costanera en el espacio de servidumbre para que pueda haber un nuevo loteo. ¿Se acuerdan? Pablo Vilas es la persona que dice que participó directamente en la decisión del COU. Pero también es quien a través de la plusvalía que creo que aún no se pagó y que se eleva a 4,5 millones de pesos y que estarán esperando que el Concejo haga un pedido de informes es quien hizo el B-Twins, este edificio que ocupa el lugar donde estaba el cine Pinamar y que tiene un piso de más. Esa es la gente que dice defender el COU”, describe crudamente Cambre.

Al arquitecto lo preocupan las zonas críticas del Barrio San José, Ostende o Valeria del Mar de la calle Andes hacia la ruta, de la calle Garay, que se mezcla con la zona industrial. A lo que se suma la interacción con los partidos vecinos.

“Todos esos arquitectos que dicen defenderlo, que ponen esas modificaciones, son quienes están de acuerdo los intereses económicos y funcionales a esos que quieren hacer las especulaciones de la renta diferenciada del suelo. Esas son las cosas que también tenemos que debatir. Por eso digo, hay que ir por la positiva dentro de un proyecto político pero también hay que ser razonable en lo que se está haciendo. Porque yo no los vi resolviendo las situaciones más problemáticas de crisis”, agrega.

En otra perspectiva, Fabián Cambre se preocupa porque nota que no hay un valor de reventa de terrenos que sea tentador para los inversores. “Para eso hay que pensar la ciudad de otra forma”, asegura.