“Veníamos de una época que no queríamos tener más”

Antes era docente y ama de casa pero el crimen de su hermano hizo que trastocara el dolor en lucha, en un deseo de ser mejor, día a día.

A partir del crimen de José Luis Cabezas, el periodismo cambió en la Argentina y un entorno cómplice e impune empezó a desvanecerse lentamente. La sed de justicia tomó nuevos bríos y combatió de igual a igual con el olvido hasta vencerlo, hasta determinar que nadie dejara de saber sobre lo ocurrido en Pinamar aquella temporada de 1997.

Hoy los responsables del asesinato están en libertad, y la familia del fotógrafo, quebrada por la amargura. Cabe preguntarse quién era Gladys Cabezas antes de la pérdida de su hermano.
–¿Quién era Gladys Cabezas antes de esta pérdida?
–Gladys Cabezas era una docente, una mamá que trabajaba, que daba clases particulares, que tenía su segundo grado con sus alumnos y sus tres hijos; esa era Gladys Cabezas y luego pasó a ser la hermana de José Luis. Cuando vos me veías, hace un rato, yo estaba hablando con gente que ha venido ayer, gente de la Secretaría de Derechos Humanos de Nación, son mis compañeros de trabajo con quienes no tuve oportunidad de hablar, por eso hoy nos levantamos temprano y hablamos porque queremos cambiar un montón de cosas.

–¿Por qué José Luis se ha erigido en una bandera?
–Porque veníamos de una época que no queríamos tener más y porque fue el primer periodista muerto en democracia y en un contexto de un gobierno donde José Luis, sin querer, descubrió una mafia donde estaban involucrados empresarios, sindicalistas, el presidente, entre otros.

–¿Cómo es volver a Pinamar? ¿Recordás aquel balneario de la impunidad y el lujo?
–Yo creo que ha cambiado Pinamar. Me sorprendió este año, el año pasado también; pero este año me sorprendió muchísimo. Ya no viene la gente que tiene mucha plata. A Pinamar venimos todos, es un Pinamar que participa; en el acto de mi hermano lo he visto, lo he visto en la gente, en los que viven acá y en los que no viven acá y vienen de veraneo. Me parece que son otros aires de Pinamar. Yo puedo venir y hacer ese homenaje porque no es mi marido, es mi hermano, y los sentimientos son distintos. Uno se puede separar en un montón de cosas. Yo lo amo a mi hermano, por supuesto, pero los sentimientos son distintos. Yo puedo luchar de otra manera.

–¿Qué te dejaron los actos que se hicieron?
–Que nunca se lo olvidan y mostrarlo como era José Luis, una persona sencilla y como un laburador. La muestra fotográfica es eso, mostrarlo a José Luis como un laburador y como persona, más allá de que fue un excelente fotógrafo. Pero uno, cuando es bueno, es bueno en todo, y mi hermano fue bueno siempre, por eso era buen fotógrafo, y estos asesinos mataron una persona buena.

–¿Qué papel tuvo Pionero en esa época?
–Yo nunca tuve problemas con los medios, para mi ustedes fueron la piedra fundamental de que nosotros hagamos todo lo que hacemos, la fuerza que nos dan siempre para seguir porque siempre están. La verdad, yo no tengo una crítica con los medios, la verdad no lo podría hacer, sería muy injusta.

–¿Qué te pareció la obra de Gabriel Michi?
–El libro es excelente, la verdad de lo que pasó con Cabezas. Encontré un montón de cosas que no conocía o que me había olvidado.

–Así como todos sabemos detalles del caso y el presente de tu familia, ¿es como que cada uno lo tomó a su manera, con su reacción personal?
–Nosotros no éramos una familia mediática, íbamos detrás de una justicia y el dolor que tenemos mi viejo lo convirtió en tristeza, mi mamá también y yo lo convierto en lucha, en luchar cada día para ser mejor, y no ya para recuperar a mi hermano, sino para construir un país mejor; lo necesitamos. Es muy triste pasar lo que pasamos nosotros y no se lo deseamos a nadie.