Sabiendo que el cliente vivía en un kampoong, una aldea urbana de alta densidad, el estudio de arquitectura le ofreció la misma experiencia en su nuevo hogar. Por lo tanto, esta residencia se inspira en el orden del kampoong y en la necesidad de espacios verdes tan requeridos por el cliente. Estas se han convertido en las directrices principales, traduciéndolas en un proyecto de volúmenes y plantas que han fragmentado el interior y el exterior.

Cada volumen está separado por un vacío verde, que colabora con el microclima aportando luz y ventilación. Esta estrategia también aumenta la interacción social entre los residentes desde sus dormitorios, sin interrumpir la privacidad. El pasillo que conecta todas las habitaciones no sólo sirve como una puerta de entrada, sino que también puede ayudar a los usuarios a interactuar socialmente como en un kampoong.

La primera impresión de esta casa está en la zona de entrada que representa la experiencia del kampoong mezclando varias texturas de materiales, el tragaluz, las zonas verdes y el viento. Desde esta zona, podemos ver que el espacio verde transversal está enmarcado por una sala principal abierta. Está al lado del espacio verde en la zona de la escalera y el pasillo de conexión. Básicamente, el área pública de esta casa es un espacio al aire libre con sombra. Las áreas verdes también se aplican al diseño exterior, utilizando jardineras en las fachadas que también forman parte del dormitorio.

El cliente quería tener un gran patio para algunas actividades familiares, por lo tanto, los arquitectos crearon una zona verde enmarcada por la sala principal. La necesidad de un gran patio trasero hace que el volumen esté centralizado pero fragmentado para la iluminación y la circulación del aire en todos los ambientes, lo que representa un kampoong urbano con forma de hogar.

La chapa metálica, que normalmente se utiliza para los techos, se aplicó aquí en la fachada, ya que es un material que puede hacer frente al sol y a la lluvia. También se usó el ladrillo a la vista, usándolo trabado y dejando separaciones entre los mismo, aberturas para la circulación del aire.

El ladrillo a la vista adquiere una belleza y naturalidad en un clima tropical, rodeado del verde frondoso que nace en estas latitudes, además de ser un material que no requiere tanto mantenimiento.

La casa se encuentra en Cimahi, Indonesia, tiene un área total de 200 m². Los arquitectos responsables del proyecto son: Ismail Solehudin Architecture, fue terminada su construcción en 2020. Las fotografías pertenecen a: Mario Wibowo.

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