Por Cristina Ivanec, arquitecta.
Matrícula Nacional 16404 // Matrícula Pinamar 971
En un barrio residencial de la histórica ciudad de Brujas, Bélgica, podemos encontrarnos con esta posibilidad de vivir y trabajar en un mismo lugar. Los clientes, ambos médicos de un hospital cercano, soñaban con un nuevo hogar con espacio para su práctica médica. Después de mucho buscar, encontraron la ubicación ideal en un sitio que originalmente tenía dos parcelas, incluida una casa antigua y una importante cantidad de robles centenarios.
Los arquitectos optaron por una arquitectura íntima con ladrillo y vidrio en forma de “L ” encajándola perfectamente en el entorno. Para ellos, este era siempre un punto de partida. El hecho de que el cliente haya estado muy interesado, tanto en la arquitectura como en el diseño, y que compartiera el punto de vista ciertamente contribuyó al éxito de este proyecto.
En la fachada, bastante cerrada, se invita al visitante a entrar por la discreta abertura junto a la sala de espera del consultorio. La propia puerta de entrada, que conduce al sector privado de la casa, está más alejada para evitar malos entendidos. Los arquitectos idearon la separación, tanto acústica como visual, entre la práctica y la vida privada, a través de paredes dobles.
Lógicamente, el consultorio y el garaje se encuentran en la parte delantera, mientras que todos los salones están orientados hacia el jardín y la piscina en la parte trasera, que está completamente relacionada visualmente ya que solo la separan grandes paños de vidrio que pueden ser abiertos totalmente. La cocina tiene un papel destacado. Un encantador patio con una ventana que recibe el sol de la mañana directamente sobre la estufa, aumentando la percepción de amplitud, así como la terraza cubierta integrada al comedor. El agua de la piscina, que se ve desde todos los rincones de la casa, ofrece tranquilidad, además de hermosos reflejos.
En la planta superior, en el volumen menor que sigue la forma de "L" de la planta baja, se encuentra la zona de dormitorios. Dos habitaciones para niños y una para invitados, en la fachada frontal, están separadas del resto por un largo salón. Al final del mismo, se ubican dos baños, uno compartido por los niños. El dormitorio principal, con su propio baño, da al jardín, mientras que el armario se extiende a lo largo de la fachada trasera.
Tanto el interior como el exterior son atemporales. El ladrillo Kolumba de Petersen, de cara alargada, hace que la casa se camufle a su alrededor. El uso de vidrio y aluminio hace que la envoltura sea minimalista y fácil de mantener. Los materiales aplicados, como el azulejo Ceppo di gre que se puede encontrar en la terraza y al lado de la fachada posterior junto con la madera, garantizan que la diferencia entre el interior y el exterior sea insignificante.
Con este proyecto, se ha logrado una casa que resistirá fácilmente el paso del tiempo y se convertirá en una combinación ideal de vida y trabajo. Cada arquitecto se propone satisfacer a su cliente y eso ciertamente sucedió aquí.
La casa se localiza en Bruges, Bélgica, el estudio de arquitectura responsable del proyecto es CAS architecten. Tiene un área total de 300 m² su construcción finalizó en 2018 y las fotografías pertenecen a Tim Van de Velde.
— -
Contactos:
Instagram: @estudiodearqi
Facebook: Cristina Ivanec+asociados Arquitectos
Gmail: arqcbivanec@gmail.com
Página web: http://cristinaivanec.wixsite.com/arquitectos