En los últimos años y bajo la mirada de un contexto crudo de violencia de género, comenzaron a ser cuestionados los concursos de belleza en distintas localidades de Argentina. ¿Cosifican a la mujer y fomentan estereotipos o son parte de tradiciones que representan nuestra cultura y nuestra identidad, además de promover el turismo y la economía local? Pinamar no quedó afuera de este debate.
Antecedentes hubo en todo el país, algunos con más repercusión que otros. El caso más cercano fue la vecina Villa Gesell, que en 2015, por decisión del entonces intendente Gustavo Barrera, puso fin a la corona para “evitar la cosificación de la imagen femenina”, por lo que dejó de existir la tradicional elección de la Reina de la Diversidad Cultural. El intendente Barrera explicó en su momento: “Tomamos la decisión de no realizar el concurso, nos basamos en la Ley 26.485, en la cual se busca proteger a la mujer, se evita la violencia simbólica y la cosificación de la imagen femenina, porque lo que se cuestiona es la posición del Estado ante este tipo de eventos, entonces queremos proteger la integridad de la mujer”. Por su parte, la entonces secretaria de Gobierno, Adriana Migliorisi, expresó al respecto: “Como docente hemos luchado contra las diferencias. Los chicos de jardín de infantes dicen que un compañero es ‘lindo’ cuando es una buena persona, y que es ‘feo’ cuando los molesta, sin ver lo estético; esos valores se pierden y es una obligación del Estado rescatar esos valores y dar el ejemplo”. Otro caso cercano nos lleva a la ciudad feliz con la cancelación del concurso Miss Cola Reef, que coronaba a las mejores “colas” del verano marplatense. Durante la última temporada, las mismas autoridades de la marca fueron quienes tomaron la decisión de reemplazar este clásico estival por una competencia de trucos y maniobras de surf, la entrega de premios y un DJ set con presencia de personajes famosos. En la Argentina, otros municipios tomaron la decisión de no realizar los concursos de manera oficial, entre ellos, Chivilcoy, Coronel Suárez, Saladillo, Junín y Gualeguaychú. En la provincia de Buenos Aires hay dos proyectos legislativos con el mismo fin. El debate llegó también a Villa Gral. Belgrano (Córdoba) y su tradicional Reina de la Cerveza; a Mendoza y la Vendimia, donde se puso en jaque a la reina. Los argumentos de quienes buscan su prohibición confluyen todos en que estos eventos favorecen la violencia simbólica contra las mujeres y reafirman estereotipos sexistas. Luego hay casos puntuales donde se movieron las piezas a favor de cambiar los criterios de selección de las candidatas para valorar otros aspectos de la persona. Carlos Paz cambió el tablero en este sentido y en el año 2016 coronó a Mariana Tarrés, con una figura “XL” (como ella misma se define), y mostró así una elección (de la reina) revolucionaria de los estereotipos 90-60-90 para derribar prejuicios e instalar el debate sobre el cuerpo ideal y sobre qué atributos calificar en una mujer a la hora de elegir una representante o embajadora para el turismo y la cultura local, regional o nacional.
A favor de la Corona
Por otro lado, y ante el debate suscitado a nivel nacional, distintas personalidades han salido a defender los concursos de belleza con fundamentos que explicitan la otra mirada. Tal es el caso de la reconocida Teté Cosutarot, ex modelo y reina de la Manzana por el año 66, quien destacó que para ella “fue un orgullo poder representar al Alto Valle” y que “estas fiestas significan muchísima preparación en cada comunidad”. Desde una experiencia que enriquece a las chicas que deciden participar de estas competencias hasta considerar estos mega-eventos como parte de la cultura popular de nuestros pueblos y como incentivadores del turismo regional, se fundamenta la perspectiva a favor de la continuidad de los mismos. Nadia Cerri, directora del conocido Miss Mundo Argentina, lo explica con detalles en una entrevista televisiva: “Basamos el concurso en cuatro pilares fundamentales, que son el proyecto social de las chicas, la salud y el deporte, el talento y la cultura. Las chicas que no se animaron antes, deben inscribirse y vivir esta experiencia porque lo vale. No elegimos un packaging o envoltorio. Ya hace dos años que eliminamos la competencia en trajes de baño y no más el 90-60-90 porque entendemos que no hay mujer ni linda ni fea. Si bien somos mujeres que nos gusta la moda y vernos bonitas pero entendemos que la belleza pasa por otro lugar”, expresó la directora en referencia a la pregunta sobre la nueva valoración femenina para evitar la cosificación de la que todos hablan. Y continuó: “Somos unas 60 personas que trabajamos incansablemente para dar oportunidades a chicas y este año incorporamos varones también. Vamos a hacer la elección de Mister Mundo Argentina, basado en deporte y cultura”. También agregó que cada evento se dispone con un fin solidario.
¿Qué pasó en Pinamar?
Nuestra ciudad también fue el escenario para coronar reinas y princesas de belleza durante muchos años, entre ellas Miss Pinamar y la Reina de la Fiesta del Reencuentro, por ejemplo. Hace pocas semanas, la noticia de que Miss Mundo Argentina tendría su edición en Pinamar, Madariaga y Villa Gesell hizo pie en los medios, incluido Pionero (edición del 16/06). Su representante elegida a nivel local es Fernanda Aguilar, diseñadora de moda y conocida por su labor solidaria a través de la ONG que trabaja en contra de la violencia de género Mujeres por Pinamar. El proyecto preveía un proceso de selección de las candidatas y, por aquellos días, comenzaba la inscripción, que culminaría con una noche de gala, desfile y coronación de la reina, en un hotel de Pinamar. Cuando se difundió esta noticia, un grupo de mujeres que forman la agrupación local feminista llamada Fiera decidió manifestar su repudio públicamente, además de solicitar la intervención de la Municipalidad para anular el concurso. Las idas y vueltas por las redes sociales no generaron demasiado ruido, pero sí lo hubo entre ambas partes, que intentaron intercambiar opiniones, sin éxito de un acuerdo finalmente, hasta que esta semana la organizadora confirmó la noticia de cancelación del evento, no así del envío de representantes al concurso nacional, que se llevará a cabo en la ciudad de Buenos Aires el próximo 29 de julio.
¿Qué dice Fiera?
“Nos enteramos de la gran contradicción que significaba que una líder que conduce una ONG en defensa de los derechos de las mujeres organice, a su vez, el concurso misógino y machista Miss mundo. Todo lo informado es en franca apología de la discriminación, lo que nos insta como agrupación de mujeres a presentar, en sede del INADI una denuncia al respecto de esos requisitos y de los simbolismos cosificantes que representan este tipo de competencias. El concurso pretende evitar las críticas insoslayables, citando una supuesta y no bien intencionada corrección política al medirse ‘el interior’ de las jóvenes competidoras, porque según se afirma también serán evaluados sus talentos artísticos y su compromiso social. Compromiso social que no puede ser tal, siendo convocadas a participar de un mensaje de cosificación”, expone la agrupación en contra del concurso, entre otros puntos.
¿Qué dice Fernanda Aguilar?
“Nada tiene que ver la violencia de género con estos concursos. Este evento iba a ser una fiesta. Y, antes de ser presidenta de la ONG, soy diseñadora de moda, trabajo con la belleza, el glamour, la moda… lo cual me hace muy feliz. No solo se ocasionó daño económico hacia mí sino también a 30 personas más que formaban parte de un equipo, que se quedaron sin trabajo. Esto me pareció injusto y egoísta. Porque todos podemos pensar diferente, tener distintas visiones de las cosas pero no por eso voy a ser violento con el que piensa diferente y yo sufrí violencia por parte de estas personas que me difamaron por Facebook y otras vías, también a mi agrupación Mujeres por Pinamar. Y realicé la denuncia correspondiente”.
El debate sobre los concursos de belleza y la cosificación de la mujer llegó así a Pinamar, con marcadas posturas a favor y en contra. Cabe preguntarnos si podemos debatir, intercambiar ideas, opiniones, diferir inclusive; pero sin destruirnos unos a otros, sin ofendernos por pensar diferente, en un contexto social y político que reproduce cada día la tan mencionada polarización o grieta, que nada constructivo propicia aparentemente. El feminismo propone una interpelación al sistema machista patriarcal que dominó al mundo, donde la diferencia sexual primaba favoreciendo a los hombres y generando un sistema de diferencias sociales injustas. Bajo esta mirada… las preguntas serían: ¿entran en jaque todos los valores y tradiciones que aún hoy llevamos a la práctica? ¿Es todo desechable? ¿Se puede pretender derrocar un sistema de creencias que sustenta al sistema de valores económicos del mundo? ¿O podemos readecuar algunas cosas? El debate es amplio, interesante y aún es un libro abierto que no encontró puntos de encuentro a lo largo y ancho del país. ¿Debatimos?