La máscara, detrás de un hito histórico

La condición de veterano de Malvinas fue utilizada en diversas oportunidades para ir consiguiendo beneficios personales que cualquier otro funcionario municipal o empleado no hubiese obtenido. Un funcionario de bajo perfil, pero que inexplicablemente sigue ocupando un cargo en un área de profunda raigambre política. Sin embargo, tras haber logrado el alejamiento de una decena de colaboradores de la primera hora, sus funciones crecen.

Todo comenzó con un polémico decreto (475/2016), apenas iniciada la gestión de Martín Yeza, según cual el secretario de Desarrollo Social será incorporado a la planta municipal como agente 8 de forma permanente una vez finalizada la tarea como funcionario político. Una linda forma de esquivar una de las características principales de la democracia, que es poder elegir a los representantes cada cuatro años.

Los cuestionamientos a Eduardo Canitrot, más allá del devenir de su secretaría, están relacionados con su persona, ya que ha ejercido como funcionario en más de una ocasión (en Producción y en el Cementerio, siempre para Blas Altieri) y en cada una de ellas ha tenido conflictos, los que se han solapado tras la fachada de ex combatiente.

No son pocos los que recuerdan un polémico cambio de pisos en la necrópolis pinamarense, difícil de justificar. Bajo esta estela van quedando sus ineficiencias, sus errores, pero sobre todo las oportunidades que no rechaza para acaparar todo sueldo, subsidio o beneficio que se cruce en su camino. En la actualidad cobraría un sueldo de $51.324, 45 como secretario, más un subsidio como ex combatiente de Malvinas por $13.807,78 mensuales; se lo exime de pagos de tasas y tributos inherentes a Habilitación Comercial, esto sin contar los diferentes subsidios que percibe del gobierno nacional. Pero esto no es todo. Lo más curioso es que, desde 2012 hasta diciembre de 2016, Canitrot percibió un anticipo jubilatorio. Aunque parezca increíble, en la época que se desempeñaba como director del Cementerio, y por el Decreto 737/12, que le permitía acogerse a la ley que confiere beneficios previsionales a los ex combatientes de Malvinas, se amparó en el anticipo jubilatorio del 60% del sueldo más bonificaciones y el 100% del subsidio de la Ley 12.875. Por otro lado, también entonces se le liquidaron las vacaciones no gozadas de 28 días de 2011.

Al volver a la gestión en diciembre de 2015, Canitrot suspendió el proceso jubilatorio (de por sí bastante demorado); sin embargo, ¿qué pasó con lo percibido? El 1 de diciembre de 2016 la Asesoría General de Gobierno, a instancias de una consulta hecha por el Honorable Concejo Deliberante al respecto, emitió un dictamen a la Municipalidad de Pinamar por el cual le deniega el anticipo jubilatorio. El dictamen “le niega el derecho a seguir percibiendo el importe correspondiente al sesenta por ciento (60%) de su remuneración mensual hasta tanto se haga efectivo el pago de su prestación previsional. Las retribuciones percibidas durante dicho período tendrán el carácter de anticipo, y serán deducidas al momento de efectuarse la liquidación de los retroactivos correspondientes. […] Consecuentemente, producido el cese de un agente sin los recaudos para acceder a la pasividad, al que se le hubiere liquidado anticipo jubilatorio, corresponde la obligación de devolver la totalidad de las sumas percibidas por dicho concepto”.

Por otro lado, la asesoría dictamina que como entre el cese en la función pública dispuesto por Altieri y el alta decidida por Yeza no existió prestación de servicios efectivos, resulta inviable abonar contraprestación alguna, es decir la remuneración (artículos 8º y consecuentes, Ley Nº 11.757 y 5º y consecuentes, Ley Nº 14.656). Por lo que el Municipio deberá resolver la impugnación deducida contra el Decreto N° 475/16.

A cargo de este funcionario, el manejo de Desarrollo Social recibió críticas casi desde el comienzo. Constantes inasistencias a su puesto de trabajo (es muy común cruzarlo por la calle corriendo o subiendo fotos a las redes sociales de diferentes maratones en que participa en horarios de trabajo), ineficiencia, inacción, desorganización y fundamentalmente falta de colaboración con otras áreas fueron algunas de las acusaciones recibidas. Se sabe de la capacidad y el trabajo de las asistentes y del equipo en general; sin embargo, la falta de conducción significó que muchos de los esfuerzos individuales se vieran superados, por lo que hubo fallas en las visitas necesarias para la entrega de becas, y lo mismo sucedió con las Comisión de la Vivienda, que sufrió las desinteligencias del área, lo que a su vez retrasó muchas decisiones, incluyendo las gestiones por las viviendas para los habitantes de La Palangana, de las que, según se dice por los pasillos, se ufana de haber conseguido y de las que las mismas fuentes indiscretas indicarían que casi se pierden por falta de seguimiento.

En los últimos días se informó que por decisión de la gobernadora, María Eugenia Vidal, Pinamar será uno de los distritos “piloto”, por lo que el Servicio Alimentario Escolar (SAE) será responsabilidad del área de Desarrollo Social del Municipio, en lugar del Consejo Escolar, como hasta el momento. Quizás por esto, o porque en medio de varios temporales las deficiencias de un área tan sensible se hacen notar más, es que el nombre de Eduardo Canitrot y el funcionamiento como secretario de Desarrollo Social se cuestionan en los medios.

En consecuencia, en los tres años restantes de función (esto siempre y cuando conserve su lugar en la gestión), Canitrot debiera devolver al Municipio lo percibido en ese período, algo que hasta la fecha no solo no ha hecho sino que, por el contrario, cobra más que cualquier otro funcionario.

A falta de mayores méritos, es difícil entender el vínculo con el actual titular del Ejecutivo, cómo con su accionar han quedado fuera del juego valiosos colaboradores de la campaña y la libertad exagerada de que goza a la hora de trasladarse a competir en su pasión por el atletismo.

Cabe preguntarse si antes de otorgar la condición de Ciudadano Ilustre de Pinamar (Ordenanza 3440/07), que fue concedida a muy pocas personas en la historia local, habría que hacer una tarea de labor legislativa previa para que no ocurran estos casos.