Un camino a seguir

Escritora, poetisa, docente de años y ahora abogada. Una mujer geselina que se recibió de abogada en UADE y que acentuó la tradicional calidez que rodea a un acto de colación.

El segundo acto de colación de UADE contó con un matiz distintivo. Entre las egresadas hubo una que, con 75 años, logró su cometido y se recibió de abogada. Se trata de la escritora e historiadora Bonnie Favelis, quien en la realidad se llama Beatriz Marta Schijvarger, reconocida integrante de la comunidad geselina.

“Es un deseo porque todos los sueños que tuve los concreté y, como los sueños son reveladores, yo me acostaba y me decía: ‘Voy a pensar qué soñé anoche’. Creo que me hacía falta, aunque Lacan dice que hay que aprender a vivir con las cosas que nos faltan”, afirma.

Bea estudió Profesorado en Ciencias de la Educación, enfermería en la Cruz Roja Internacional, como su madre, y luego corte y confección, también a raíz de la influencia materna.

Con un carácter afable y muy particular, cuenta su experiencia como docente: “Cuando yo empecé a dictar cátedra me di cuenta de que los alumnos de cuarto año donde yo daba Literatura Española e Hispanoamericana no venían preparados de la escuela media y cuando estuve preparando los módulos para la reforma educativa también me di cuenta de que había algún desorden y que no estaba bien segura viendo el sistema, que era el mismo que estábamos copiando de España y que allí no funcionó y me dije: ‘Algo hay que hacer. ¿Cómo se puede hacer para que algo suceda?... Y aplicar una ley, - me dije - entonces tengo que estudiar leyes”.

Tras un viaje a Ginebra surge en ella la necesidad de estudiar derecho. Una decisión que se hizo propicia al tomar conocimiento de que UADE había traído esa carrera de grado.

“El método de estudio presencial es extraordinario y la capacidad que tienen los docentes, que son preparados para enseñar y por sobre todo acompañar, es made in UADE. Es una gran universidad”, elogia.

A Bea le llevó cuatro años y una espera de tres meses para su último final el poder cumplimentar el plan de estudios de la carrera. Fue el 11 de marzo de este año, cuando pudo materializar su sueño al rendir la materia que le quedaba.

“Nunca me pareció mucho el esfuerzo porque para mí leer es un acto inteligente. Además, me parece que voy a aplicar bien las leyes. Pero lo que más me interesó es que voy a empezar con el nuevo código. Hacía 148 años que teníamos esas mismas leyes”, reflexiona.

Ella seguirá capacitándose y se presentará para ser docente. Cree profundamente en el apoyo de la familia y siente que su decisión generó en ella la importancia de sentirse viva. Así como el acompañamiento de su familia, está el cariño de sus compañeros, aquellos que le avisaban a la hora de su medicamento cada vez que sonaba la alarma de su móvil durante las largas horas de la cursada de Derecho Aduanero.

“Me parece que la felicidad es tener amigos y una actividad”, simplifica esta nueva abogada, que aspira a defender la verdad y la justicia.

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