Daniel Arroyo fue secretario de Políticas Sociales y Desarrollo Humano del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y luego ministro de la misma área, pero en la provincia de Buenos Aires. Su último libro, Las cuatro Argentinas y el drama de la grieta social, presenta un diagnóstico del país y algunas propuestas para resolver los problemas.

“Queremos plantear que la situación se ha complicado, que el gobierno está mal orientado y que hay que encarar otras políticas”, sostuvo el funcionario.

“Fundamentalmente hay que tomar tres temas como centrales”, dijo Arroyo. “Primero el tema de las pymes y el mercado interno. Si acá no se reactiva la construcción, el textil, el comercio metalmecánico, la cosa no va a mejorar. El Gobierno cree en el derrame, y nosotros creemos en el trabajo y la producción”.

“Segundo, hay un serio problema con los precios. Está todo caro, la plata no alcanza, y queremos que a la canasta básica de los alimentos, a los precios básicos de lo que se consume diariamente, se le quiten los impuestos y bajen los precios”.

“En tercer lugar, hay que fomentar el tema del trabajo. El que tenga un plan social, que pueda trabajar y se haga un puente entre planes sociales y trabajo para terminar con la intermediación”.

Arroyo manifestó que “este es el eje central y creemos que no hay polarización sino gente que la está pasando mal y no está llegando a fin de mes. Hay que orientar hacia adelante, y hacer las propuestas que la Argentina necesita”.

Por su parte Malena Galmarini, secretaria de Política Sanitaria y Desarrollo Humano del Partido de Tigre, sostuvo que “cada vez que el país se complica, como ahora, y viene complicado desde hace varios años, y eso se ve reflejado en la sociedad. Y las mujeres pasamos a ser, como siempre, las más vulnerables entre los vulnerables”.

“Somos las más pobres entre los pobres, somos las que menos posibilidad de empleo tenemos, somos las que además de sufrir la inseguridad en la calle como todos la sufrimos adentro de nuestras casas. Es un momento para poner el oído bien pegado en la tierra, caminar con nuestra gente, entender que nuestros compatriotas no la están pasando bien. Y que las peleas entre los dirigentes políticos, los dirigentes sindicales y empresariales es una burbuja, no están mirando qué le pasa al vecino de a pie”.

“Las mujeres cuando van al supermercado o al almacén, no solamente ya no llegan a fin de mes sino que ese almacén o mercadito de barrio tampoco le puede fiar. Porque si le fía, no llegan ellos. Y así se complica la cosa”.

“De nuevo estamos viendo problemas de malnutrición de los chicos. Hace unos días hablaba con un vecino de un municipio de la Provincia que había caído entre el 10 y 15% el boleto del colectivo. Esto quiere decir que la gente no tiene trabajo, no tiene dónde ir, o que tiene que ir caminando, si no, no llega a fin de mes”.

“Estamos intentando que la gente vea que acá hay un frente, un partido político, con dirigentes sólidos y un gran equipo, con ganas de hacer las cosas bien. Dejarnos de estas disputas de poder que no le llega a la gente y que en realidad le complica la situación. Lo que queremos es tener propuestas hacia adelante, entendiendo que el pasado ni este presente nos va a sacar adelante como país, como comunidad ni como familia. Hay muchas cosas por hacer, donde hay que empezar a tomar sistémicamente los problemas que estamos teniendo. Que no es uno contra otro sino es todo junto; que no es el que no está conmigo está enfrente, sino que podemos tener distintas opiniones. Que cuando hablamos de diálogo éste tiene que ser real; tenemos que intercambiar opiniones, inventar nuestras ideas, pensar en esos problemas que venimos acrecentando y profundizando hace mucho tiempo. Porque nuestros vecinos y ciudadanos merecen tener una mejor calidad de vida”.

“No alcanza ni con la teoría del derrame ni con el populismo berreta. Eso lleva o a la cristalización de la pobreza o al aumento de la pobreza. Y nosotros lo que queremos es que nuestros conciudadanos vivan bien”.