El Rosario ilumina desde la playa la conciencia de mantenerla limpia

Enviado por el equipo de Comunicación de la parroquia Ntra. Sra. de la Paz

El viernes, después de la misa nocturna, la explanada de la iglesia se erige en punto de reunión para marchar en procesión al balneario Marbella, avenido en ese momento en santuario.

Se le encienden velas alrededor e, iluminado por el resplandor y los reflejos del mar, el rumor del rezo colectivo del Rosario se fusiona con el rugir de las olas que rompen.

Es un momento de belleza, de comunión entre la Naturaleza, su Padre y los asistentes a la conjunción milagrosa que resalta en plena temporada alta turística el principal sustento productivo que posee Pinamar: la playa.

El mismo manto de arena acariciado por la espuma iodada que va y viene por la orilla es el que acoge a los veraneantes que lo cubren con sus sombrillas, toallas, cuando toman unos días de descanso de las responsabilidades y del estrés urbanos de todo el año.

Así como la parroquia hace su aporte de espiritualidad al epicentro de este patrimonio pinamarense, junto a los bosques, hay voluntarios que permanentemente ayudan a las autoridades municipales en la ardua tarea de limpiar la playa.

Se trata de grupos comunitarios que multiplican su accionar ante la cantidad de residuos, como colillas de cigarrillo, envases y bolsas plásticos, botellas, tapitas, etc., que el descuido de los turistas deja cotidianamente a su paso, y causa estragos en la vida silvestre, la pesca y el turismo.

Hay ONG dedicadas a la labor de limpieza del arenal: por ejemplo, las lideradas por Gastón Caminata, surfer, empresario gastronómico y presidente voluntario de Big Human Wave (@yoamomiplayaok en las redes), y Gustavo Huici (presidente de Surfrider Argentina, dedicada a preservar, restaurar o rehabilitar los ecosistemas costeros y las cuencas hidrológicas a través de la educación, la participación ciudadana y la investigación).

Asimismo, la Municipalidad de Pinamar impulsó hace cinco años un programa denominado de “Islas ambientales”, a partir del que empezó a funcionar la cooperativa Reciclando Conciencia, que organiza junto a instituciones educativas y públicas del partido jornadas de limpieza en las playas de Pinamar, Valeria del Mar, Cariló y Ostende.

Son contribuciones todas estas que morigeran este grave factor de contaminación e higiene que sitúa a la Argentina entre los 30 países que más desechos tiran al mar, según el último Censo de Basura Costera Marina 2019, realizado por la Fundación Vida Silvestre Argentina y otras ONG costeras.

Consideramos un deber cristiano transmitir la conciencia ambiental, el cuidado de la Casa Común, como denomina el papa Francisco al planeta en el que habitamos.

La costa es un objetivo altamente estratégico en esta dirección.

No por nada Mar del Plata fue elegida este año sede para la IV Asamblea Nacional de Intendentes de la Red Argentina de Municipios frente el Cambio Climático (RAMCC), a desarrollarse el 18 y el 19 marzo. La red cuenta con 252 integrantes en todo el país, y Mar del Plata la integra desde 2019.