El profesor de Educación Física Emiliano Sanz y Florencia Benítez presentaron la idea que fue aprobada en la última sesión del HCD de septiembre.
El proyecto está pensado como una herramienta de contención e integración y está dirigida a jóvenes de escasos recursos para quienes el mar queda más lejos en el sentido que por una cuestión económica les está vedada la posibilidad de acceder a los deportes acuáticos, en este caso es el surf el que se hace posible y cercano.
“Es un proyecto que venimos trabajando con Florencia Benítez y la verdad es un avance y otro pasito hacia el desarrollo de estos deportes que están teniendo un auge importante en este último tiempo y más cumpliendo un rol social con este grupo de chicos del barrio La palangana, así que una alegría muy grande por este paso. El proyecto surgió porque es un deporte con un alto rédito económico, son muy caras las tablas, los trajes de neoprene y en este barrio donde nosotros estamos trabajando donde hacemos otro tipo de actividades también se nos ocurrió la idea de por qué en Pinamar, chicos que viven a 40 cuadras del mar quizás o no conocían la playa o muy poca y olvídate practicar este tipo de deportes, y el deporte es una gran herramienta de cambio y transformación, tanto en la persona como en las comunidades, entonces tomamos a este deporte como esa posibilidad y obvio en constante contacto con el medio ambiente y desde ahí poder generar y bajar concepto de formar como movernos por el medio ambiente y trabajar en una conexión directa junto con el deporte, con los chicos trabajamos ese tipo de contenidos más allá del deporte, el cuidado del entorno para que esta actividad se pueda realizar porque si no tenemos un mar limpio o un medio ambiente acorde y ameno este tipo de deportes se hacen casi imposibles”, detalló Emiliano Sanz.
En un distrito donde la práctica de los deportes subacuáticos tendría que ser una constante en la formación deportiva de los jóvenes esta norma es importante ya que llega a hogares humildes para quienes la práctica siempre fue vista como una posibilidad remota.
“Los materiales los manejamos, es una suma de voluntades, en Pinamar hay varias escuelitas de surf entonces cada vez que organizamos estas jornadas una semana antes convocamos a profes de esas escuelitas y le pedimos que vengan con una tabla o con algo de material que sirva para la clínica, yo tengo mi escuela también donde tengo tablas, pero esto es en colaboración de todas las escuelas. Este año a uno de los profes, Benjamín José, se le ocurrió armar un roperito surfero, donde todos los materiales en desuso, desde tablas hasta trajes, pitas, parafina, lo recolectamos para trabajar en ese y otros proyectos y ya nos han donado 3 o 4 tablas y trajes. Nosotros convocamos, vamos al barrio, llevamos unas autorizaciones a la familia para que los dejen ir y combinamos con un grupo de gente a voluntad que van con sus autos, buscan a los chicos y vamos a la playa y hacemos toda una jornada, no solo de surf, sino cuidado de medio ambiente, la importancia del médano, de no tirar la basura ahí, más un almuerzo o algo para que coman porque después de la actividad genera un poco de hambre. Son 3 o 4 horas y después esa misma gente que busco a los chicos los va a buscar a la playa y los lleva a los barrios”, completa el informe.
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