Una ley nacional visibiliza una problemática que se hace carne en la mujer en el embarazo y en las instancias que rodean al alumbramiento. Una vieja práctica que por primera vez es tratada con seriedad. Un tema de suma importancia y un evento que merece una alta convocatoria.
Desde el Programa Municipal Vida sin Violencia, dependiente de la Dirección de la Familia y Acceso a la Justicia, se informa sobre la actividad a realizarse conjuntamente con las profesionales obstétricas de la Secretaría de Salud.
Se trata de una charla abierta a toda la comunidad sobre violencia obstétrica, que tendrá lugar hoy, viernes 28 de junio, a las 19 en la sede de la Colectividad Paraguaya: Segunda Central 848 y Matheu, en Ostende.
La Ley Nacional 25.929 de Parto humanizado o parto digno protege a las mujeres en una de las situaciones de mayor vulnerabilidad que pueden atravesar: el momento de parir. Esta ley debe garantizar la protección integral de la mamá y el bebé a ser cuidados y protegidos por todos los efectores de salud.
“La verdad es que esta charla surge por la demanda de las propias mujeres con las que venimos haciendo talleres, por pedido de la presidente de la Colectividad Paraguaya en nuestra ciudad. Recordemos que hace muy poco que la institución ha elegido a una mujer en ese cargo y nos han pedido en esto de relacionarnos y poder hablar sobre cuestiones de violencia familiar, de los buenos tratos y demás. Así que hemos ido desde Vida sin violencia, y en el marco de estas charlas algunas mujeres nos han pedido cuándo podríamos ir a hablar sobre violencia obstétrica o sobre la nueva ley de parto respetado”, detalla la licenciada Maricel Usano, integrante del grupo.
Es importante concientizar e informar a las mujeres y a la sociedad toda de los derechos y garantías cuyo cumplimiento se debe exigir en toda institución de salud, sea pública o privada.
La problemática va ganando espacio, no sólo en nuestro país sino también en el extranjero. “Estas prácticas violentas estaban mucho más invisibilizadas antes y siguen estando porque hay una construcción de la mujer gestante, de la mujer pronta a parir, como una mujer que tiene que ser obediente”, explica.
Prohibición de gritar o intervenciones más sutiles donde la mujer no es consultada, no es avisada acerca de lo que van a hacer sobre su propio cuerpo, son ejemplos de violencia obstétrica.
“La realidad es que un embarazo o un parto no tienen por qué ser patologizados; o sea, darle un sentido como de enfermedad. Hay partos que, cuando todo va bien, y siempre hacemos esta aclaración, cuando ni la madre ni el bebé corren riesgo, estamos hablando de procesos donde hay salubridad… no tienen por qué ser patologizados al extremo. Esto quiere decir las intervenciones médicas, procesos tal vez invasivos que quizás no hacen falta. Esto es la patologización del embarazo, o de algunas instancias del parto”, amplía.
Para que quede en claro: se trata de visibilizar una problemática que siempre existió, y no de una frecuencia en aumento de una práctica en cuestión.
Este tipo de violencia se produce en uno de los momentos de mayor vulnerabilidad de la mujer. La ley llega para poner las cosas en su lugar y prevé un apoyo psicológico a la mujer que transita esas circunstancias.
El concepto
Violencia obstétrica es aquella violencia que puede llegar a ejercer todo el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de la mujer y/o toda persona con capacidad gestante (abarca también a los sujetos con identidades transgénero). Se expresa en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales. La violencia obstétrica puede afectar a la mujer y a su hijo durante el embarazo, el parto e incluso el postparto.