Erradicaron el complejo La palangana

Sobre el mediodía del martes pasado, el intendente acompañado por el viceministro de Desarrollo Social de la Nación presenció la demolición de lo que quedaba de las precarias viviendas.

“El proceso fue largo e intenso pero siempre buscando lo mejor para todas las familias, tratando de que las condiciones de vida para todos ellos sean las mejores”, comienza diciendo la gacetilla municipal que da cuenta del traslado de las familias que habitaban el asentamiento conocido como La palangana.

Si bien no se trataba de un núcleo de muchos habitantes, las distintas administraciones municipales no habían podido erradicar el puñado de viviendas que era habitado por unas catorce familias. En estos casos siempre se busca solucionar el problema de la mejor forma y ese camino es el que no acarrea consecuencias políticas adversas y al parecer Yeza lo hizo.

“El proceso fue largo e intenso pero siempre buscando lo mejor para todas las familias, tratando de que las condiciones de vida para todos ellos sean las mejores”

Por eso cerca del mediodía del martes pasado, un par de máquinas y un camión procedieron a derribar lo que quedaba de las precarias viviendas en una actitud más simbólica que efectiva porque sus originales moradores ya se encontraban ocupando sus nuevas viviendas. Hacía allí iban a ir luego del intercambio con la prensa, el intendente Martín Yeza y el viceministro de Desarrollo Social de la Nación, Carlos María Pedrini, quitándole al relevamiento mediático la posibilidad de que sean los mismos vecinos en sus nuevas casas los que hicieran oír su testimonio acerca del cambio.

El intendente destacó que en realidad había prevalecido el criterio de trasladar a las familias y no de erigir nuevas comodidades en el lugar del asentamiento. Sí adelantó que este espacio sería destinado a mejorar la seguridad del barrio con una torre de iluminación y otros elementos.

Tal cual estaba previsto, en el lugar, se desarrolló una rueda de prensa con presencia de Yeza, quien consideró “importantísimo avanzar en este tipo de decisiones. Para muchos no son las condiciones ideales pero cuando ves las caras de los chicos, el agradecimiento de la gente, no podés dudar. El trabajo es muy importante, requiere coordinación, sudor, convencimiento y el apoyo de todos los vecinos de la zona. Esta fue una promesa de campaña y la estamos resolviendo”. El mandatario dejó en claro que todos los partidos políticos trabajaron en esta acción y que a medida que transcurría el tiempo las familias se iban incrementando de modo tal que dos tercios de la totalidad de los trasladados eran chicos nacidos en Pinamar.

Por su parte, Pedrini opinó: “Seguimos los lineamientos del presidente Macri y la gobernadora Vidal. Estas familias irán pagando sus viviendas y son parte del cuidado y la proyección que apoyamos desde la Nación. Con la gente de Pinamar, su intendente, sus equipos de Vivienda y Desarrollo Social hemos podido apoyar esta iniciativa y lo venimos acompañando desde hace un año. Es una decisión la de no permitir asentamientos pero a la vez brindarles a estos vecinos la asistencia que necesiten para poder vivir mejor. Tanto Nación como Provincia seguiremos acompañando”. En realidad lo que los vecinos deben pagar son los terrenos, ya que las viviendas son provistas por la Nación.

“Hay vecinos que tienen el sueño de la vivienda propia y piensan que esta solución no es la ideal. Nosotros recorrimos el asentamiento en campaña, vinimos la primera vez con la gobernadora y la verdad es que el sentimiento que cualquier pinamarense tenía al venir acá era que por un lado era un tema a resolver y, por el otro, el temor a que crezca. La verdad es que tenía mucho espacio para seguir desarrollándose como asentamiento; sin ir más lejos, tenemos en Gesell un asentamiento de mil familias aproximadamente y acá catorce, con el peligro de expandirse”, acotó el intendente. Yeza calificó de cicatriz al asentamiento, además, convencido de que nadie puede criticar la política de asistencia social llevada adelante por su gestión, más allá de budines con hongos, en clara alusión a los destinados para el consumo de los alumnos de la Escuela 4 de Valeria del Mar, que todavía sigue dando que hablar.

Lo cierto es que catorce familias conformadas por 75 personas ya duermen y se desarrollan en viviendas dignas, lo que necesariamente no va a hacer que crean en las promesas de campaña, ya que desde siempre hubo promesas y nunca se cumplió con la palabra empeñada.