Lo atamos con alambre

Si hay algo que ya sabemos a esta altura, y tenemos real dimensión, es del nivel de incumplimiento en promesas de campaña de los actuales gobiernos. A excepción del gobierno de Mariú, a quien salvamos de esta generalidad por entender que está peleando una muy difícil en un terreno sumamente hostil y corrupto, y a quien debemos apoyar con sus aciertos y errores si queremos cambiar esta realidad (siempre pensá que, sino estuviera ella, lo tendríamos a Aníbal).Ahora, volviendo al incumplimiento serial, el más notorio es del gobierno nacional, ya que prácticamente no cumplió ninguna de ellas. En realidad para ser justos hay algunas que están encaminadas a cumplirse, solo que las están buscando en el Ipad. Todavía esperamos que los asalariados no paguen Ganancias, no pagar por el fútbol, tener inflación de un dígito, bajar la pobreza considerablemente, que no exista corrupción en su gobierno, endeudarse seriamente y no adulterar los índices oficiales entre otras cosas. Sabemos que para ganar una elección hay que decir lo que la gente quiere escuchar y después hacer lo que realmente pensabas. Nuestro caso local es distinto, porque para ser honestos nunca prometieron nada, ya que ni programa tenían. Simplemente bajaron a aplicación de Google maps y empezaron a ver qué onda. De todo esto, lo que realmente me preocupa es la generación de trabajo, ya que esto el común de la gente lo puede analizar por la estadística oficial o bien por el termómetro en la calle. Ahora bien, si la estadística estuviera un poquito corregida a mano, digamos, no sería un fiel reflejo de la realidad (te suena familiar ¿no?).Después de 500 días de gestión en redes sociales y una pesada herencia, hay cuatro millones y medio de trabajadores que están en la informalidad y un millón y medio de trabajadores que están desocupados. A su vez, la mitad de la población con ingresos percibe menos de $10.000 mensuales siendo $14.000 la línea de pobreza.

Ninguna economía puede resistir estos números. Ninguna economía puede pretender desarrollar un país con estos números. Se necesitan políticas que generen trabajo genuino. Como me dice un amigo y cliente siempre, este país es inviable. Por suerte para contrarrestar esta situación de la cual los niños herederos Pro no tienen absolutamente nada de responsabilidad, el gobierno nacional anunció el lunes el lanzamiento de un programa de subsidio a las empresas que incorporen trabajadores beneficiarios de planes de empleo. Se trata del plan te empalmo, digo empalme (¿pensabas que no había nada que supere la explotación aceptada en el empleo de la famosas casa de hamburguesas?). Lo bueno es que en nuestro generoso país tenemos numerosos planes y, de acuerdo al grado de necesidad, o ganas de hacer algo de tu vida o bien afinidad con el puntero del barrio, podés acceder. Entre los que se destacan, Argentina Trabaja, Más y Mejor Trabajo, Construir Empleo. Casi todas las ayudas económicas llegan hasta los $4.000 mensuales. Hasta ahí, no está mal, porque siempre hay que ayudar al que más lo necesita; ahora bien, recordemos que la moda de los planes la instaló el Lord de Lomas de Zamora en el año 2002, cuando la pobreza y la indigencia estaban en niveles históricos (como siempre, en toda crisis hubo ganadores que hoy dirigen los destinos del país). Lo que intento entender es la justificación de que no se exija contraprestación efectiva de esos planes. Desde el Plan Jefas y Jefes hasta los que tenemos hoy, nunca se controló eficientemente que los beneficiarios de los planes realmente trabajen, lo que genera en definitiva que los que contribuimos y pagamos nuestros impuestos destinemos parte a que discrecionalmente se asignen sin control. Eso no me parece justo.

Con este nuevo plan, anunciado justo el día del trabajador, no es más que otra búsqueda de bajar el desempleo de manera conveniente en un año de elecciones, pero poco constructiva en relación al desarrollo de un país. Lo mismo hicieron Ella y Él (si sos funcionario público enquistado hace años en tu puesto, no leas esto porque no vas a comprenderlo nunca. Luego, al final, para vos hay para colorear figuras y unirlas).

El Gobierno va a pagar y seguirá pagando a los trabajadores el subsidio actual que las empresas tomarán como parte de pago del sueldo. Es decir, vos vas a pagarles a las empresas para que te contraten. ¿Entendés realmente lo que sucede? Es la misma plata, pero cambia de manos.

Entiendo que desde el Gobierno apuestan a que al estar eximidos de pagar una parte del ingreso del trabajador, el menor sueldo y costo laboral (¡fantástica fiesta!) que pagarán esas empresas las lleve a incorporar más gente. A ver, no entiendo mucho de números ni de economía, pero si no hay trabajo porque no hay demanda de bienes y servicios, ¿por qué las empresas tomarían más gente? Podrían buscar simplemente bajar los costos laborales por dos años, que es lo que dura el programa, y tener mayor rentabilidad. Eso no lo mostrarán las estadísticas, sólo, como hace una década, mostrarán que hay más trabajo, pero siempre atado con alambre.