Los corredores, estrategia de la naturaleza

En las últimas décadas se acentuó la alteración ambiental en vastas zonas del planeta. A pesar de esta tendencia, algunas áreas se subieron al podio de los “ganadores”.

Son las llamadas corredores biológicos. A veces son tan sólo mosaicos, pero aun así, es un buen comienzo de restauración ambiental. Leemos en la revista de Aves Argentinas del mes de abril en el artículo firmado por Andrés Bosso y Paula Soneira que “si bien la Argentina avanza en su sistema de parques y reservas naturales, esas áreas abarcan tan sólo un 8% de la superficie del país, por lo que es en el 92% restante donde se dirime el futuro de nuestros ecosistemas”.

Actualmente, el nombre de “corredor biológico, corredor ecológico o corredor de conservación” se utiliza para nombrar una región a través de la cual las áreas protegidas existentes o los remanentes de los ecosistemas originales mantienen su conectividad mediante actividades en el paisaje intermedio que permiten el flujo de las especies. Son áreas, generalmente alargadas, que conectan dos o más regiones. Pueden ser franjas estrechas de vegetación, bosques ribereños, túneles por debajo de carreteras, plantaciones, vegetación remanente o grandes extensiones de bosques naturales. En nuestro país, en las últimas décadas, se están generando corredores a lo largo de las vías férreas en desuso (no hay mal que por bien no venga). Los corredores mantienen la continuidad de los procesos biológicos. Uno de los más importantes para la conservación es el proceso de dispersión de los individuos. Generación tras generación las poblaciones se dispersan y colonizan exitosamente lugares lejanos al sitio donde nacieron. En las plantas son las semillas las que realizan la dispersión mientras que en los animales generalmente son los individuos jóvenes los que migran. Los corredores permiten el movimiento y la colonización de los individuos, con lo que se previene la extinción de poblaciones, se mantiene el intercambio genético y se conserva la diversidad de especies en los sucesivos tramos.

Un corredor biológico es la estrategia de la naturaleza, en su eterna sabiduría, para luchar contra la fragmentación que se origina por la transformación del paisaje con el objetivo de abrir tierras de cultivo, crear pastizales para el ganado, construir presas y carreteras o por el desarrollo urbano que desencadena una serie de modificaciones en los procesos ecológicos y por consecuencia impacta las poblaciones y comunidades de flora y fauna, los suelos y el agua.