Mensaje del Miércoles de Ceniza: no cerrar el corazón al don del hermano

Transcurridos los carnavales, el próximo Miércoles de Ceniza (que este año coincide con el primer día de marzo, por el calendario lunar que define la fecha de la Pascua) marca la entrada oficial en Cuaresma, que recuerda el retiro de Jesús al desierto para rezar y meditar durante 40 días.

En Pinamar, la parroquia adecuó al acontecimiento tres horarios de misas: a las 9 y a las 20.30 en Nuestra Señora de La Paz y a las 19 en Laura Vicuña (Ostende), en las que el padre Marcelo Panebianco trazará una cruz sobre cada fiel con cenizas procedentes de los ramos del año anterior, diciéndole: “Conviértete y cree en el Evangelio”, ritual que viene de una antigua práctica penitencial que se remonta al pueblo judío.

En el mensaje alusivo, el papa Francisco se centró “en la parábola del hombre rico y el pobre Lázaro”, cuya enseñanza es que “El otro es un don”. Junto con “El pecado nos ciega” y “La Palabra es un don” constituyen los tres puntos sobre los que apoya el Sumo Pontífice su reflexión cuaresmal.

Pone de relieve que “Jesús es el amigo fiel que nunca nos abandona, porque incluso cuando pecamos espera pacientemente que volvamos a él y, con esta espera, manifiesta su voluntad de perdonar”.

Recuerda asimismo el Santo Padre que “la Cuaresma es un tiempo propicio para intensificar la vida del espíritu a través de los medios santos que la Iglesia nos ofrece: el ayuno, la oración y la limosna”.

Y añade que, “en la base de todo está la Palabra de Dios, que en este tiempo se nos invita a escuchar y a meditar con mayor frecuencia”.

Vuelve sobre la ayuda que representa “el Evangelio del rico y el pobre Lázaro” en la preparación para la Pascua que se acerca.

Para el Papa, “la liturgia del Miércoles de Ceniza invita a vivir una experiencia semejante a la que el rico ha vivido de manera muy dramática”.

Y subraya que “el verdadero problema del rico: la raíz de sus males, está en no prestar oído a la Palabra de Dios; esto es lo que le llevó a no amar ya a Dios y, por tanto, a despreciar al prójimo. La Palabra de Dios es una fuerza viva, capaz de suscitar la conversión del corazón de los hombres y orientar nuevamente a Dios. Cerrar el corazón al don de Dios que habla tiene como efecto cerrar el corazón al don del hermano”, sostiene.

El Mensaje entregado por el papa Francisco a la oficina de prensa del Vaticano exhorta a “todos los fieles a que manifiesten también esta renovación espiritual participando en las campañas de Cuaresma, que muchas organizaciones de la Iglesia promueven en distintas partes del mundo, para que aumente la cultura del encuentro en la única familia humana”.

La misión pastoral en Pinamar pone en marcha distintas acciones para atraer y canalizar la energía solidaria de nuestra comunidad en plena finalización de la temporada veraniega 2017.