La ampliación de una casa significa reducir el espacio exterior de un terreno. Los arquitectos responsables de esta vivienda, dicen que el tema del proyecto que han desarrollado para el “Paisaje de la casa” como denominaron a esta vivienda, es la restitución de un espacio exterior. El sitio del proyecto se encuentra en Nantes, Francia, en un área establecida en una cresta del macizo de Amórica. El terreno de 300 m² alberga en su parte inferior una pequeña casa como un testimonio del pasado obrero del barrio. Diseñaron un camino creado a partir de la idea estructural de una obra de teatro, donde las escenas se suceden y nos sorprenden una tras otra, con terrazas contiguas conectadas por rampas, formando un itinerario que se abre a un patio, sucesivamente, con vista al corazón de los pequeños jardines urbanos y el gran escenario en la costa sur de la región del Loire.

El desarrollo de este camino define una superficie. El volumen situado por debajo de la superficie forma la extensión de la casa, una serie de espacios habitables sala de estar, sala de comer, cocina, sala de juegos, taller todos interconectados por vistas oblicuas, por niveles distintos y sin ningún tipo de puerta interior.

Tenemos aquí un excelente ejemplo de como ampliar una casa existente de como aprovechar su potencial. En la casa antigua de gruesas paredes se ubican los dormitorios. En la planta baja la suite principal y en la alta dos dormitorios. De allí en más pasamos a conectarnos con una vivienda lúdica, de grandes ventanales que permiten incorporar el jardín y el sol al interior de la casa. La relación con el paisaje es doble: la casa no es sólo un potencial de diversos vínculos con el exterior, sino que el trabajo con el material significa la creación de un paisaje interior.

El granulado de la madera contrachapada, los motivos dibujados por la lluvia en la estructura metálica durante la construcción, el efecto muaré de la resina o el patrón repetitivo de las tejas de cemento crean un universo separado, de la misma manera como las nubes dibujan paisajes inesperados que invitan a la contemplación.

Madera clara para su interior, chapa zincada para las fachadas. Terrazas de deck de madera que forman rampas e invitan al juego. Los cielorrasos también están terminados en madera de forma tal que el interior es una envolvente que abraza a sus habitantes con sus objetos de trabajo o de distracción y que con sus colores y formas le dan vida a esta casa. Una casa que se observa es vivida plenamente, un telescopio por allí, un pizarrón por allá, un metegol contiguo a la cocina, libros, plantas, las vida misma de una familia que eligió conservar la casa antigua existente y potenciarla con una ampliación plenamente actual y que con sus materiales tan contrastantes generan un contrapunto singular. Infaltable el delicioso jardín con sus tulipanes, glisinas y palmeras. Esta acertada ampliación es obra de Mabire Reich, Arquitectos, tiene una superficie total de 185 m², su construcción finalizó en 2015 y las fotografías pertenecen a Guillaume Satre.

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